LA DIVISA UNA CUESTION DE ESTADO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Tribuna de Salamanca
Lo más importante que ha ocurrido en Madrid en los últimos días han sido lo bonitos, limpios y vestiditos que han salido los toros por los chiqueros. Sobre todo vestiditos con su divisa, cosa que en Sevilla ha desaparecido por eso que a veces tienen los sevillanos de mirarse más al ombligo que los del resto de España. Porque lo de las presidencias es otra cosa. En Madrid los presidentes ya son como en cualquier parte del mundo, menos en Andalucía. Sin lugar a dudas un logro importantísimo para el bien de la fiesta, si es que se llega a cumplir con rigor en todas las plazas, de momento andaluzas, más tarde ya veremos, es que el presidente oirá, ante cualquier problema en los reconocimientos, a los dos representantes de la afición. Logro conseguido a instancias de José Luis Fernández Torres, que fue presidente de la Malagueta, quien a finales de los noventa sugirió la presencia de miembros de la Unión Taurina de abonados de Málaga en los corrales.
El reconocimiento del día del festejo queda como un mero tramite porque el importante será el pactado para reconocer, que debe ser antes del de la celebración, y en este día veo justo que el empresario y el ganadero vayan a un contradictorio, es decir, en caso de disconformidad con los veterinarios actuantes, que puedan hacer valer la opinión de uno nombrado por ellos. Lo que no veo con claridad es que ante un fraude de afeitado tenga que ser el ganadero el responsable si es el empresario el que compra los toros que interesan a él o al matador, y como hay un contrato de compraventa, creo que debería tenerse en cuenta que el responsable actual de los toros es el que los compra al ganadero. Que en caso de sospechas de afeitado el ganadero decida lidiar bajo su responsabilidad es tomado del reglamento nacido de la ley Corcuera y me parece que es bueno acorralar a la mentira. En Madrid estas cosas no ocurren, los madrileños son los madrileños y la primera plaza del mundo, que en las corridas de rejones y en las novilladas se convierte en verbenera, sabe más del reglamento vigente ¿nacional?, que el mismo que lo parió.
Hemos sabido también por la lectura del texto de la norma andaluza, que ya no es necesario que los toros luzcan las divisas dejando el asunto a criterio de la empresa, con lo que asistiremos a criterios rácanos de algunos empresarios de billete pequeño. Sin embargo el empresario de Sevilla al que no se le presupone racanería ha decidido, atendiendo a la costumbre de la plaza rescatada de la década de los sesenta, no ponerlas, con lo que ha suscitado una polémica entre la afición debido a que la cosa puede llegar a ser una cuestión de estado. El gobierno central deberá en muchos casos dirimir ahora que estamos revisando los estatutos si los toros deben salir con divisa o si además debe ir adornada con los colores de las banderas autonomicas correspondientes, ¿autonomicas o nacionales, no sé?, medida que debería ayudar a los matadores a saber en qué comunidad se encuentran toreando.
Y hemos leído que ya se normaliza tapar los ojos a los caballos aunque se me ocurre que si los picadores han conseguido esto, los aficionados tendremos derecho a pedir control antidoping, pues es generalizado también el uso de sustancias tranquilizantes a los equinos. De todas formas los picadores deben quedar tranquilos porque la acorazada de picar que decía Vidal, se mantiene en las plazas pues la rebaja de 50 kilos en los caballos supone un absurdo consuetudinario al volumen del animal. En Madrid esto no importa, allí pica un caballo de capa Pía, que no está encuadrado en raza determinada.
Se hace ley que si el puntillero no puede acabar con una res devuelta, sea el espada de turno, poniendo fin así a su inhibición de la lidia cuando un toro es devuelto a los corrales. En Madrid esto no es problema tienen a Florito.
Me llama la atención y espero que se cumpla la prohibición de que se le provoque a los toros derrotar en la barrera y burladeros y es que bajo la excusa de que el toro es mejor si remata y de querer verlo el matador, se les fuerza a los animales a esto, a veces con trágicas consecuencias para el animal, que hasta incluso ha muerto conmocionado. En Madrid aunque no ha muerto ninguno, esta norma no se lleva porque allí se les obliga a rematar en los burladeros, es una cuestión moderna esta que le va bien a los cantamañanas taurinos.
En la suerte de varas nunca mandó el picador que es el verdadero profesional de esa suerte, y ahora con este reglamento menos. La suerte de varas es del matador que cambiará el tercio cuando quiera, excepto en plazas de primera que obligatoriamente entrará dos veces al caballo. Obsérvese que se dice entrará al caballo, no que será picado dos veces. En Madrid da igual se pica dos veces aunque el toro necesite cuatro, o más... y en realidad casi nunca en ninguna plaza vemos la bravura del toro.
Que el toro y el espectador son los dos grandes perjudicados del reglamento andaluz queda demostrado con todo lo comentado anteriormente, pero aún hay más botones de prueba y este es el referido al tema de las suspensiones, porque como antes constaba, iniciado el espectáculo y después suspendido el pagano no tendrá derecho a devolución. Cansados estamos de ver como algunos presidentes confabulados con las empresas dan comienzo a un espectáculo para suspenderlo al primer toro y ganar con ello la empresa un tacazo de dinero, de manera que por la protección del espectador debería devolvérsele el dinero de la entrada que no hubiera sido consumida al momento de la suspensión. En Madrid esto no ha pasado porque San Isidro ha sido generoso con el agua durante el año y no ha fastidiado las corridas de mayo.
Viene siendo habitual por la Junta Andaluza dar a conocer las sanciones firmes de los infractores en la temporada, pero para mejor opinión del aficionado deberían darse a conocer, no solo las sanciones firmes, sino también las propuestas después de cada festejo. Esto no ocurre ni en Madrid solo hubo una época en Málaga que se hizo y el aficionado siempre estuvo informado.
Por ultimo significar dos aspectos buenos de la norma. El primero en lo que se refiere a la reventa ya que se obliga a la empresa a "expender" el 70 % de cada clase de entrada con lo que la reventa tendrá menos entradas. Y segundo que las empresas tendrán que aumentar las taquillas de ventas de entradas en función del aforo de la plaza con el objeto de impedir aglomeraciones.
Ya "habemus" reglamento, rabia rapiña Madrid no lo tiene... y nos guste más o menos, ya que lo tenemos, cúmplase… por todos.
05 junio 2006
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