22 mayo 2006

REVISION DE FERRERA Y ELOGIO DE CRUZ

REVISION DE FERRERA Y ELOGIO DE CRUZ
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Tribuna de Salamanca

Hasta el día que escribo el articulo lo más destacable que he visto en San Isidro ha sido a Fernando Cruz cortar la oreja más importante por una faena importante con mucho mérito de torero bueno y valiente. Siempre toreó "palante", nunca le negó el terreno al toro dándole su sitio y sus ventajas. Cruz tomó su lugar en el ruedo en una faena basada en la verdad del toreo que no es otra que la de torear con el corazón y la razón sin olvidar una racioncita de estómago. Por eso es necesario valorar y elogiar su actuación por encima de la de los chavales Encabo, Jiménez y Gallo que cortaron "otras" orejas el día de los de Victoriano cuando en realidad Madrid solo debió permitir sendas vueltas al ruedo. Las comparaciones son odiosas pero las limitaciones de lo humano las hacen necesarias. En conciencia Cruz ha puesto sobre la arena de las Ventas la verdad del toreo y los otros y figuras como Finito, que está "pa irse" y Juli que pierde por segundos su vitola de figura incluido el caché, se han quedado con el culo al aire. Pues dicho esto es preocupante la segunda actuación de Cruz con los Guardiolas. Se justificó su inoperancia por las condiciones del sexto, un toro bravo en los dos primeros tercios que se apagó fulminantemente en la muleta pero donde devolvió la oreja fue en el tercero de la tarde un Guardiola encastado al que el madrileño no le cogió el tono de la embestida. Quizás fueran los 20 contratos que le firmó Choperita después de su gesta.
Otro de los toreros que me han gustado aunque como saben mis lectores no es de mi preferencia ha sido Ferrera por eso quiero hacer una revisión de su tauromaquia que aunque no ha ganado tampoco ha perdido y sin embargo le ha puesto un salpimentón agradable.
A Ferrera lo lanzó Luis Álvarez tras haberse jugado la vida curiosamente también con un toro de Carriquiri en la misma plaza. Luego rompió con él para irse con Corbelle al que dejó diciendo de él que era un torero conflictivo. Casas lo ha rescatado y en sus manos lo hemos visto con otros esfuerzos atléticos que tapan carencias artísticas pero no tomó el olivo en ninguno de los pares que puso, excelentes los del quinto toro. Un primero de poder a poder. Un segundo citando de espaldas quebrándolo, cuadrándolo y clavando con emoción y un tercero por dentro al quiebro, recortando y saliendo airoso con los brazos en alto cual baile de sevillanas. Ha pasado de la incapacidad técnica a la capacidad emotiva que debe tener un torero que llega al publico, además fue capaz de someter a un complicado toro de el yernísimo que no es otro que el yerno de Martín Lorca al que saben ustedes le dicen El Marqués de Fuengirola, a base de jugársela y matarlo de una buena estocada.
Creo que ahora Ferrera debe dejar de ser un torero conflictivo. Hacer las paces con el Fandi que le va a dar más que le va a quitar. Debe ir perfilando su personalidad para hacer el toreo que él sienta. Que en vez de gritarle a los toros los acaricie con la voz, si el miedo lo deja, y en vez de dar espectaculares saltos cuando pone banderillas, les ande por la cara cual Vito o Bienvenida. Que no tome el olivo que por hacerlo a Antonio Ordoñez un toro le arrancó una falange. Quizás con esta revisión Ferrera no se aburra en las faenas de muleta y aún, el tiempo lo dirá, queda la incógnita de saber si lo que hace lo hace por afición. ¿Porqué me pregunto esto? Porque el concepto de la bravura lo tiene equivocado como tantos otros chavales que pululan por los ruedos. Ferrera que ha sido codicioso, ambicioso sin medida y éticamente imperfecto, debe llegar al publico, más por la verdad del torero con oficio que por la vulgaridad.

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