05 mayo 2006

DICTADORES DEL TOREO

DICTADORES DEL TOREO
Por Agustín Hervás

Hay acontecimientos a los que el destino te conduce inexorablemente y a mí me llevó en cumplimiento de mis obligaciones periodísticas a Sevilla el día uno de mayo.
El uno de mayo está cargado en España de recuerdos imborrables desde que se celebraba San José Obrero, esa manía del nacional catolicismo de sellar con nombres de santos lo que los paganos denominaban Solsticio de Invierno o de verano, o la fiesta del trabajo que es la que nos ocupa.
En Sevilla el día primero de mayo tiene además una carga emotiva mucho más fuerte porque este día en La Maestranza un toro salmantino le partió el corazón a Manolo Montoliú que actuaba a las ordenes de Manzanares y catorce años después, a José María Manzanares le cortaba la coleta su hijo.
Que los tiempos han cambiado o están cambiando es para todos uno de los aforismos más usuales cuando en nuestro alrededor y un poquito más allá se suceden hechos a los que no deberíamos ponerles nombre, quizás por guardar la compostura o la buena educación, eso que ahora escasea tanto.
Un año presencie en este mismo ruedo una monumental bronca de Joselito (perdón amigo Navalón, Pepito Arroyo), a Martín Recio porque este le había descubierto con una lidia impecable, un toro que el madrileño no había visto. Bronca que derivó en rabieta ya que Martín Arranz también recibió Mojama como aquello de y ahora... "¿porqué no sales tú a matarlo?"... y le largó la espada y la muleta.
De mala educación me parece a mí y a más, más, siendo el sevillano un publico tan sensible, que Manzanares le largara en el callejón de La Maestranza una sarta de palabrería mal sonante de la que lo más bonito que escuchó Lozano, fue aquello de Perro Judío. Sin embargo apartando los modos me parece a mí que el manzanas tenia su justificación.
Él ha declarado públicamente que le obligaron a tomar esa decisión, la de cortarse la coleta, porque no hay derecho...
Una de las razones discutibles, del nuevo reglamento andaluz, es la de dignificar a los profesionales del toreo y yo siempre he sostenido que son los propios interesados en dignificarse delante de la cara de los toros, porque después eso también se transmite al publico y a los despachos.
Con todos mis respetos a Manzanares y a su trayectoria profesional, llena por otra parte de grandes lagunas y algunas memorables tardes, ha sido él mismo el que se ha dejado perder el respeto por algunos y aquí no meto al publico sevillano que tan cariñosamente lo ha tratado sin apenas hacer méritos sonados para ello, pues ha sido uno de los toreros que en gustando en Sevilla nunca salió por la Puerta del Príncipe, salvo el día uno, de forma antirreglamentaria, aupado por sus compañeros. Salida que yo como aficionado no discutiré.
Pero en la rabieta Manzanares lleva razón a medias. Como consecuencia de la bronca que le echó a Lozano se cortó la coleta y además su hijo se ha quedado sin apoderado pues Luis Manuel le comunicó hace unos días que rompían relaciones y ante la petición de arreglo del chaval, sin más ni más explicaciones, se cerró la puerta para siempre.
Verán, es cierto que el lote de Alcurrucen que eligió el propio torero para Sevilla fue infumable, y es cierto que los Lozano, convertidos desde su paso por las Ventas en dictadores del toreo, han colocado lotes de sus propios toreros y ganadería en las plazas a donde han sido llamados. Y esta es la verdad del cabreo de Manzanares. Lo de la razón a medias se sustenta en que en vez de cabrearse después se podría haber cabreado antes y exigir la misma ganadería que pidió Cayetano, la de Zalduendo, cuyos novillos aún están embistiendo.
Decía Manzanares que no hay derecho y se refería a este trágala que los Lozano en el ejercicio dictatorial que ejercen sobre el toreo les imponen a sus toreros, torear todas las camadas de su ganadería que como saben es la de Alcurrucen y Hermanos Lozano.
Es así como está el toreo, ¡ellos sabrán!, he sostenido y sostengo que el mal de la fiesta está dentro de ella, no fuera, que aquel que pida dignidad debe ganársela.
Que los Lozano sean hoy día unos dictadores es porque a lo mejor el toreo le ha dado pie para ello, pero a veces el toreo y en este caso el manzanas con toda su veteranía... manda güevos, manda.

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