18 junio 2023

MADRID. PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS. CORRIDA DE BENEFICENCIA. UN TORO DE JUAN PEDRO DOMECQ, BRAVO, TAPA LOS DEFECTOS DE FERNANDO ADRIÁN.

                    Sexto toro de Juan Pedro Domecq, nº 243 de 535 kilos y bien presentado. Un toro bravo.
 

Cuando salió este toro al ruedo, de una corrida de limpieza de corrales, yo no albergaba ninguna esperanza. El toreo moderno puede acabar con todo lo bueno y tradicional que tiene la tauromaquia. Por ejemplo con el buen toreo, el único, el ortodoxo, el arriesgado, ese de echar la "pata palante" y quebrar los toros en templados muletazos en la cadera del matador. Luego salió este mozo que ven en la foto y me hizo concebir esperanzas y no me defraudó. Bravo en el caballo, bravo en banderillas. Pidiendo guerra siempre, y bravo en la muleta, de viajes largos, embestidas humilladas, siempre a la orden de la muleta del torero que por desgracia a pesar de la ligazón se convertían en mantazos, porque el toreo moderno, querida y sufrida afición, se basa en eso, dar muchos muletazos ligando pero destoreando, y no me cansaré de repetirlo, el destoreo se basa en hacer girar la pierna de salida sobre el eje de la contraria como haciendo el giro de un tío vivo, o el de un compás trazando circunferencias. Le dieron las dos orejas, si, ¡ojalá que le valgan! pero debe constar, y aquí quedará para los anales, escrito, que el toro bravo de Juan Pedro Domecq tapó los defectos del toreo de Fernando Adrián. Se le ocurrió brindar a Miguel Abellán y la querida y sufrida afición venteña le protestó el brindis. Con razón.

Su primer toro UN NOVILLO, de Daniel Ruíz fue protestado durante todo el tiempo que estuvo en el ruedo, y en el arrastre, pitado. El público pidiendo ¡toros, toros!, al presidente, ¡fuera del palco! a los empresarios, ¡Dimisión Plaza 1" Y al torero, al que respetaron con mucha educación, bien le podrían haber gritado: ¡Y a ti, que te den! Pero no lo hicieron por educación. El novillote se desplomaba en tierra cada dos por tres, su bondad y su nobleza no eran bien recibadas. Adrián se echó rodillas en tierra y el novillejo le pegó un tantarantán ante la indiferencia de la mayoría y encima el chaval se puso pezorro perdiendo un tiempo de oro para nuestras vidas.

Abrió el cartel de esta corrida de la Beneficencia, depauperada y venida a menos aún cuando se acartelaran a los tres triunfadores del ciclo isidril, Sebastián Castella. Su primer toro fue de la ganadería de Daniel Ruíz, mal presentado, culipollo que le faltaba trapío para Madrid. Con muchos cuernos pero con poco cuerpo. Cumplidor en los dos primeros tercios fue bueno, con recorrido, enclasado y encastado en la muleta siendo ovacionado al arrastre. El francés fue cogido con el capote haciendo saltilleras, luego toreó por bajo muy bien, pero cuando se puso seriamnete frente al toro, destoreó las buenas embestidas, haciendo mejor las florituras que el toreo fundamental.

En el cuarto toro de Juan Pedro Domecq, correcto de presentación y desigual en los dos primeros tercios, que llegó a la muleta con pies, encastado, viniéndose de largo, dejándose pero apagándose, Castella tuvo un inicio entregado, toreando bien por bajo, se dobló inspirado y estuvo decidido pero se puso pesado recibiendo un aviso, dio una vuelta al ruedo.

Emilio de Justo estuvo voluntarioso en el segundo, otro de Juan Pedro, bien presentado y desigual en varas y banderillas que a la muleta llegó calamocheador por el izquierdo y de corto recorrido por el derecho, rajándose. Lo sometió por el izquierdo y por el derecho se los dio de uno en uno pero la faena no caló.

El quinto toro, de Victoriano del Río, bien presentado fue un toro encastado, bravo en varas y que llegó con pies a banderillas, repetidor en la muleta y excelente por el pitón izquierdo siempre queriendo embestir. De Justo le dio cercanía y el toro se las protestó, ligó algunos muletazos pero no dijeron nada. Fue avisado en una faena en la que definitivamente se le fue el toro sin haber hecho bien las cosas. El toro ovacionado al arrastre.

¡Aquí paz y allí gloria!


Al romper el paseíllo se guardó un minuto de silencio por Iván Fandiño.

A la corrida asistió en calidad de Jefe del Estado, el Borbón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y decía la Espe, que le pusieron el micro, que las protestas del 7 son de mala educación. Es decir, para esta señora el opinar en contra del tontódromo es de mala educación. ¿y el aparacar en la Gran Vía en lugar prhibido y salir huyendo de la poli de que es? A) Mala educación? b) Señal evidente de ser una sátrapa?c) estar jugando al pilla pilla con la autoridad? Creo que esta señora enferma de Cretinez, no es la mas indicada para dar lecciones de civismo.
Picornell