Sí cortó Roca Rey la oreja del tercero (oreja pedida por el tontódromo) después de dos avisos y una faena llena de palmas de tango a la colocación, al alivio, al parón, al encimismo ante un toro de Cortés, encastado, exigente, que fue bueno por el pitón izquierdo y fiero por el derecho. Pitón por cierto por el que toreó mejor el peruano ligando y bajando la mano, tragando y aguantando.
El Juli sorteó un lote de Toros de Cortés que fue aplaudido al arrastre. Con el primero anduvo descolocado, fuera de cacho y descentrado. Se le protestaron los defectos en la faena. El toro encastado y fiero por encima del torero. Con el cuarto estuvo un poco más centrado ligando mejor los derechazos pero por el pitón izquierdo no se centró con las embestidas y le protestaron nuevamente la colocación. Eso sí, El Juli tiró de oficio, templando y corriendo cuando pudo la mano baja. Fue avisado.
La cuadrilla de El Juli debió creerse por un momento que estaban en una plaza de carros y pretendían tirar al toro herido con la rueda de peones, y esto es una falta de profesionalidad y una ventaja.
Talavante pasó por esta corrida como pasó por la feria, soso, tenebroso y mentiroso. Su lote fue de Victoriano del Río, el segundo manejable y bueno, el quinto bueno que perdió la fiereza de los primeros tercios. Y Talavante trasteó sin mérito al segundo, con un toreo facilón como de plaza de tercera con toro de tercera pero realmente no toreó al toro, lo visitó. Con el quinto no quiso hacer el esfuerzo. Muy cómodo, anduvo conformista.
La corrida con los dos hierros de la casa: Victoriano del Río y Toros de Cortés estuvo correctamente presentada y encastada, con pujanza, velocidad, recorrido y toreabilidad.
¡Aquí paz y allí gloria!
Al romper el paseíllo de guardó un minuto de silencio en memoria de José Cubero "Yiyo"
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