SERGIO SERRANO PIERDE EL TREN

                                                       FOTO DE MUNDOTORO

Hoy, precisamente hoy hubiera sido el día en que Sergio Serrano debería haber salido catapultado en su carrera taurina. Le tocó el Victorino de vacas más importante de esta ganadería en  muchos años y Serrano, va y lo pincha. Efectivamente "matador" hay otras heridas que no se curan tan rápido como las físicas. Se fue a ponerse de rodillas  en los medios delante de la puerta de chiqueros en los dos toros y en los dos tuvo que tirarse hacia un lado rompiendo así la ejecución de esta nefasta suerte, pues solo significa un alarde de valor porque luego, casi nunca, se sale airoso del trance. Al buen segundo toro, noble por ambos pitones que después de cada muletazo se colocaba solo frente al torero para que este no tuviera que rectificar la posición Serrano le imprimió temple y despaciosidad en su trasteo. Lo ovacionaron al arrastre. Con el quinto solo puso voluntad ante un toro cornipaso, que empezó embistiendo al paso, que terminó parándose.

Abría la corrida de Victorino, última de la feria, el ínclito Antonio Ferrera que hizo como que intentaba sacarle algo bien presentado primero que embestía a media altura y reponiendo pronto, pero no, era solo una simulación. En banderillas saludaron Chacón y Fernando Sánchez. En el cuarto y por cesión del segundo par del banderillero de tanta, Fernando Sánchez puso dos de antología y aún resuenan las ovaciones para el mejor banderillero que yo haya visto, después del maestro Montoliú. El toro número 13 en los costillares se dejó ampliamente siendo aún mejor por el pitón izquierdo y Ferrera aparentó un esfuerzo que tampoco hizo pues le dio por el encimismo y por tirar loa ayuda toreara muleta batiente, una de las modas tontas que se han puesto de moda en esta modernidad del toreo que no respeta tradiciones, ni los ritos del toreo. No entendió a este toro.

Román no debió torear, hacía una semana cayó herido y los sanitarios y preparadores físicos lo pusieron apra torear hoy, pero no, se le notaba. Anduvo porfión y quitándole la muleta al tercero que se dejaba al principio y como el torero no lo consintió terminó con embestidas tardas. En el sexto, que se llevó una ovación a la presentación y que fue manejable, Román anduvo con decisión pero le costó trabajo el toreo por abajo. No se acopló y la cosa no llegó a los tendidos.

¡Aquí paz y allí gloria!