Foto de Maurice para el Corro de Andalucía
Y allí estuvo este parisino torero, seco y frío ejerciendo de buen francés, pero toreando por naturales en Las Ventas. Toda la tarde sin miedo, atropellando la razón y excediéndose en el corazón. Pisando unos terrenos comprometidos y pegándose unos arrimones de miedo, de miedo para nosotros los espectadores pues aquello que esté chaval de la capital francesa vino a hacer a Madrid, no tenía razón, pero su sin razón le dio como triunfador de la tarde al cortar la única oreja. Ahora bien, pongamos las cosas en su sitio. Remató al primer toro que había cogido al toricantano Rafael González de una estocada.
Bien. Pero al buen segundo toro de la tarde le hizo un mal planteamiento de muleta, por ejemplo quitándosela de la cara y acortando distancias con lo que impedía el desarrollo natural del muletazo. Al jabonero sucio que salió en cuarto lugar, que se pensaba las embestidas, que manseó y no se entregó, le hizo faena de valor y cercanías hasta que le pegó una voltereta. Pero ojo, para quien lo quiso ver, el toro repetía las embestidas cuando el torero le atacaba con la mano baja, que esa sí es una cualidad de este torero francés. Y con el basto sexto que mató por cogida de Rafael González, que no pasaba, otro arrimón , otro alarde de valor y todos allí contentos. Digo todos y digo público porque esta feria en Madrid se está viendo en los tendidos especímenes distintos y variados de aficionados, público y gente de medio pelo.
Rafael González que tomaba la alternativa y por consiguiente la confirmaba también, fue cogido por imprudente al ponerse con la tontería de las bernadinas cuando ya tenía la faena enjaretada. El toro que embistió con viveza dejándose bien no tuvo más remedio que cogerle. El torero quiso seguir en el ruedo y se empeñó en matar al toro pero se cayó en la cara del animal y la gente le pitaba y le decía que se fuera a la enfermería, y así un buen rato, hasta que el director de lidia lo convenció.
Joaquín Galdós demostró en su lote que no está preparado para afrontar este fuerte compromiso de Madrid, aunque en el tercero utilizara el recurso de la voz y empleara el toque delantero con la muleta y tuviera atisbos de colocación y pureza no fue suficiente para convencer a la dispersa gente del tendido. El quinto un toro en el que saludó tras los palos Roberto Blanco, que pegaba tornillazos aunque tenía recorrido, no se acopló el vecino de Fuengirola dando la sensación de que el toro había estado, y estuvo, por encima del torero.
La corrida de Fuente Ymbro desigualmente presentada, con romana y con dos toros embastecidos y sacados de tipo, el jabonero y el sexto, quizás por la edad. Toros viejos.
¡Aquí paz y allí gloria!
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