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Sin duda Rafaelillo es el torero propio para lidiar a los "adoldos". Cortó una oreja al primero que fue noble y bueno entregado en las embestidas por ambos pitones, por un oficio contrastado, una voluntad férrea y la elección de unos terrenos exactos para dar las lidias, luego recetó una buena estocada que bastó. Al cuarto se lo sacó a los medios lidiándolo, con el capote por delante y genufleso para enseñarle a embestir, pero no lo consiguió porque la condición del animal fue no pasar. Quizás se desgastara mucho en varas donde cumplió con amplitud.
Escribano no estuvo bien en banderillas, estuvo fácil y eso es no estar bien para un torero que pone banderillas porque las pone mejor Fernando Sánchez, y eso no vale. Solo el tercer par al violín quebrando tuvo emoción. El toro cumplió en varas y llegó atemperado a los demás tercios pero terminó tardeando y Escribano anduvo descolocado y su trasteo no llegaba al público. No se acopló y con la espada mal. Al quinto lo recibió a su portagayola personal que no es irse a la puertea de toriles a la primera ni a la segunda raya, sino a los medios y eso no es portagayola. Hizo un mejor tercio de banderillas pero el toro no servía para torearlo, ¿y para lidiarlo? Escribano olvidó lidiar ese toro. Recetó muy buena estocada.
Talavante cumplia su cuarta tarde en San Isidro y se puede decir que fracasó en la feria del mundo taurino. En banderillas El Fini se desmonteró y ante un bien toro por ambos pitones, se quedaba Talavante descolocado, sin cogerle el aire a las embestidas y obligando al toro al unipase y no mandándole. Entró a matar con muchas precauciones viéndosele que no quería arriesgar, bajonazo final. El sexto Adolfo sin fuerzas lo echaron al corral y salió uno de Garcigrande, feo y basto que cumplió en varas donde se gastó, luego se paró en los otros tercios. Con la espada dio un mitin.
Reflexión:
En una corrida del encaste Albaserrada - Saltillo pusieron unos sobreros de encaste Domecq, y eso Talavante no vale, Talavante o Joselito, su apoderado, que se las gasta igual que el que fue su apoderado, Martín Arranz, que hizo tropelías a montones en los ambientes ganaderos y en los previos a las corridas. En una corrida de este encaste tiene que haber sobreros del mismo porque si no se juega con ventaja. el publico que no es tonto se dio cuenta y le amargó la tarde a Talavante.
Y por listos, tanto el torero como su apoderado Joselito, me alegro de su fracaso en Las Ventas. Al final las malas compañías se pagan.
¡Aquí paz y allí gloria!
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