Alberto García Reyes escribió un artículo para el ABC de Sevilla sobre el asunto de las medallas. ¡Impecable!. Y que yo recomiendo, a aquellos mamamelones que se la cogen con papel de fumar. ¡Ya es hora de no callar por la cosa de lo políticamente correcto! Rivera Ordóñez es un torero de sangre. Tengo bastantes cosas escritas sobre él y su familia. Y también crónicas de corridas, mejores y peores. ¡Pues como es esto de los toros! Y efectivamente, desde el respeto que le tengo a esta profesión y a sus familias, nadie me callará poder expresar mi sensibilidad con lo estéticamente bueno, y lo vulgar. Por eso me pareció bien apoyar la decisión de Paco Camino y de José Tomás, además de recomendar a Rivera que no acepte esa medalla. De cual forma él es libre, faltaría más, de decidir, y nosotros (los críticos y aficionados) de poder hablar de lo que decida. Y no se olvide, repito, que su abuelo a los gallitos, los citaba en Madrid y con condesos.
http://www.abcdesevilla.es/20090309/opinion-firmas/camino-dignidad-200903082351.html
9 comentarios:
por favor,que los politicos no se metan en el mundo del toro.
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¿ COMO ES POSIBLE QUE CUANDO LE DAN LA MEDALLA AL MATADOR DE TOROS FRANCISCO RIVERA ORDOÑEZ, SE ACUERDEN DE LOS TOREROS RETIRADOS QUE NO LA TIENEN Y QUE SEGURAMENTE SE LA MERECEN ?CUANDO SE LA HAN DADO A OTROS TOREROS EN ACTIVOS, NADIE HA DICHO NADA Y LA NÓMINA DE TOREROS RETIRADOS SIN MEDALLAS ERA LA MISMA. ¡ QUE INJUSTAMENTE ESTÁ SIENDO TRATADO RIVERA POR ALGUNOS !
¡Que bien escrito! Me descubro Sr. Garcia Reyes.
Lo mismo en Rivera del Olimpo que su abuelo y si quiere solo parecerse, pues que cite a todos en una plaza con Condesos o con Victorinos y s saldas las diferencias, pero el este Reyezuelo del papel couche, no lo hara y por lo tanto que devuelva la medalla y aqui paz y alli gloria, que diria Agustin.
Salud
El falso ataque de dignidad que acaba de padecer José Tomás intencionada e increíblemente aliado con Paco Camino en su torvo propósito de hacerse más y más publicidad a costa de sumarse gratuita y cobardemente al linchamiento de un compañero que curiosamente es nieto de Antonio Ordóñez, hijo de Paquirri y sobrino de Luís Miguel Dominguín - habría que saber quien convenció a quien y si ambos hubieran osado o no dar este paso de haber estado todavía vivos tan ilustrísimos difuntos –, no se atrevieron a rumiarlo y menos a exhibirlo, como tampoco Morante aunque éste protestó más visceralmente que con tanta maldad, cuando la Medalla de Oro de las Bellas Artes se la dieron a Molés. Tampoco se atrevieron en este caso, por cierto, ninguno de los que estos días tanto disfrutan con el acoso y derribo del mayor de los Rivera.
Pero por encima de merecimientos o no de la dichosa medalla, que en lo que corresponde a Francisco Rivera estamos casi todos de acuerdo, lo que ya apesta es la nauseabunda campaña desatada en su contra y, sobre todo, el aprovechamiento del error ministerial para darse público y general pote. O sea, en busca del escándalo y de la subsiguiente polémica para que luego repercuta en las taquillas.
En cuanto a Paco Camino, a quien siempre admiramos y seguiremos admirando como gran torero que fue, solamente decir que con éste ya para él tan tardío como desagradable gesto, acaba de arruinar el crédito que le quedaba como persona. Además, no debía tener demasiado aprecio por la misma Medalla de Oro que recibió en su día a la vista de lo que declaró cuando se la dieron: “A mí me da igual. No me ha inquietado nunca. Si me la daban, bien. Y si no, también. Lo que sí agradezco es a la gente que la ha pedido. Tengo mi carrera escrita. ¿Para qué quiero yo una medalla más o menos?”. ¿A qué ha venido entonces prestarte al sucio juego de Tomás, Paco?
Todo esto no es más que pura maldad de unos y otros empezando por quien empezó la campaña. Menos mal que en ABC no todos piensan igual. Vean el artículo que estamisma mañana publica Ignacio Ruiz Quintano sobre el escandaloso medalleo:
Los que intentaron desacreditar a Francisco Rivera Ordóñez cuando anunciaron la noticia de que le había sido concedida, han logrado el efecto contrario al que se proponían. La gran popularidad del hijo mayor de Paquirri mezclada con las declaraciones de Morante – inoportunamente despectivas para su compañero - y las posteriores del apoderado de Cayetano en las que anunciaba que su torero no iba a compartir cartel una sola vez con el de La Puebla a raíz del “ataque” de éste a su hermano, están siendo aprovechadas por todos los espacios del corazón de las televisiones y de los portales de Internet para remover el asunto como si fuera un escándalo mayúsculo cuando lo verdaderamente escandaloso fueron varias concesiones anteriores a las que casi nadie osó mencionar y menos criticar como han hecho ahora.
Por lo que se refiere a lo estrictamente taurino, habría que aclarar a muchos de los que han entrado en esta “batalla” con más ruido que nueces y sin saber nada del tema, que los toreros llamados “artistas” no suelen ser precisamente buenos ni ejemplares profesionales aunque cada vez que logran triunfar de verdad – la mayoría de las veces lo consiguen por pura autosugestión de los espectadores y no por propio merecimiento – alcanzan cotas de especial estética que ponen a la gente boca abajo. Pero en sus respectivas carreras priman los fracasos, las deserciones o “espantás” y, sobre todo, el cuento al que se agarran para disculparse de los muchos petardos que pegan cada vez que no encuentran toros que se prestan obedientes a su particular lucimiento por lo que se limitan a trastearlos sin decoro y a matarlos de cualquier manera.
También hay que aclarar que el arte en el toreo tiene muchas más acepciones que la tan celebrada de los casi siempre desiguales “estilistas”, dotados de unos dones que, profesionalmente, carecen de mérito por haberles sido graciosamente concedidos desde su nacimiento. Lo que en el toreo tiene verdadero mérito, se tengan o no tales dones, es llegar a lo más alto y permanecer durante mucho tiempo sin desfallecer, dando la cara y triunfando en todas las plazas del mundo. O sea, ser una gran figura. ¿Cuántos hubo, cuantos hay, cuantos habrán de éstos?...
De ahí que los poquísimos diestros que además de ser acreditados profesionales son capaces de expresarse formalmente ante toda clase de reses con limpio donaire y belleza, son los únicos a los que deberíamos considerar “maestros” y, por ende, los exclusivos merecedores de la desacreditada Medalla de Oro de las Bellas Artes. Descrédito que en lo taurino, le llegó mucho antes de habérsela concedido a Francisco Rivera Ordóñez, convertido en pararrayos de los venablos que casi nadie se había atrevido a dedicar a muchos otros antes que a él.
jose vicente,¿se la merece o no se la merece?
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FRAN LÓPEZ DE PAZ Jueves, 12-03-09
No entiendo de toros. Vaya eso por delante. Los toros me provocan la misma curiosidad que a las millones de personas que siguen las noticias de la fiesta de vez en cuando; veo una corrida por la tele cuando se anuncia un cartel bueno o escucho una retransmisión radiofónica por la espectacularidad del género. Pero nada más. Se que Paco Camino fue un mito en su tiempo, que José Tomás es el diestro de moda y que Francisco Rivera Ordóñez es un buen torero que tiene que cargar con la cruz de no tener vida privada porque cuando nació ya lo hizo con el estigma de ser eso que llaman «personaje público». En este triángulo —lo de Morante es otra cosa— se ha movido en los últimos días la polémica en torno a la concesión a Rivera de la Medalla de las Bellas Artes. Las comparaciones en este caso son la mejor manera de entender lo absurdo de la cuestión. Imagínense que aquellas personas galardonadas con la medalla de Andalucía la devolvieran cada vez que se la entregaran a una persona con cuya trayectoria no estén de acuerdo. Que Ráphael no hubiera querido la medalla un año después que Bisbal. Hubiéramos entrado en una dinámica de devolución masiva. Otro ejemplo. A Velázquez y a Goya le dan la medalla y cuando se enteran que la recibe Picasso la devuelven porque no comparten la trayectoria artística o vital del malagueño. Pues esto es algo por el estilo. Mis compañeros que saben de toros me cuentan que Rivera es un diestro que ha tenido momentos memorables acompañados de otras etapas de mala suerte. Es el punto de confluencia de sagas que brillan con luz propia en el mundo del toreo, los Ordóñez, los Dominguín y los Rivera. Gestiona la Plaza de Toros de Ronda y la de Málaga y organiza la Goyesca que es una obra de arte en si misma. Gracias a toreros como Rivera y algunos compañeros de su generación, mucha gente joven se ha acercado al mundo de los toros.
Su fenómeno es diametralmente opuesto al de Jesulín o en su día al del Cordobés. Pero el problema de Francisco es que anuncia relojes, esos que quizá le hubiera gustado anunciar en su tiempo a Camino o a José Tomás antes de que Sabina le convirtiera en esfinge. La medalla de las Bellas Artes para Rivera es una medalla para el universo taurino. El gesto de Camino y José Tomás es la antimedalla para el mismo universo al que dicen pertenecer.
NO SEÑOR,el problema de rivera no es que anuncie relojes,el problema es que NO sabe torear.
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se me olvidaba decir,que igual que los equipos de futbol cuando ganan una copa del mundo o un club gana una copa de europa,se ponen una estreñita en la camiseta,pues lo mismo deberian de hacer los toreros con la medalla de las artes,ponerse en el vestido de torear una estreñita bordada.
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