29 marzo 2009

¡BATRACIOS!

Un Miró

¡BATRACIOS!
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

El malaguita es un espécimen que muta a batracio. Entre los principios más altivos que considera está la defensa a ultranza del malagueñismo, y por consiguiente, la férrea resistencia a consentir que haya voces críticas con una sociedad, sea política, profesional o taurina, caduca y mortecina, anquilosada en los principios de: Si valemos, vale todo. Es de temperatura variable y envuelto de un pueril miedo cuando croa, se zambulle en el agua, por lo que Dios, supremo ser de todas las cosas, lo dotó de branquias para respirar.
El malaguita tiene una cosa; que cuando se hace mayor, cree croar con más razones y suele sacar la cabeza del agua, sin asomar el cuerpo del todo, y entonces respirar por pulmones. Dios ser supremo de todas las cosas, encima, lo dotó mejor que un hombre normal. No obstante el pecado original de esta especie de la sociedad malagueña, es que en su estado embrionario carece de amnios y alantoides, por lo que se le supone su capacidad a la irracionalidad, defensa de tesis y por consiguiente abocado a la ira y el insulto como mejor y más definitorio argumento en el debate dialéctico, ¡perdón quise decir croático!
Batracios propiamente dichos suelen ser las salamandras y los sapos.
El malaguita que es conocido en esta sociedad como el vilchita en otra, suele ser autónomo o trabajador por cuenta ajena, le cuesta un imperio aceptar la critica constructiva y confunde, demasiadas veces, la velocidad con el tocino. Movistar no tiene planes para ellos, pero los mamporreros y mamamelones que sostienen, es decir, dan de comer a esta especie, mantienen comunicación permanente.
Véase. Así como el sevillita mantiene, con razón, que el cartel de Morante, El Cid y Victorino, es el cartel de la feria, o uno de los carteles más interesantes de la feria. Por contra no es capaz de ponderar que ese mismo cartel es el cartel que justifica la no inclusión de Tomás en Sevilla. Si a un sevillita se le expone esta teoría, en vez de considerarla para reflexión, dice que el expositor es dañino para la fiesta y para Sevilla. ¡Cómo si a Sevilla, la Sevilla profunda, le importara mucho la ausencia de Tomás!
Si la teoría es que en la fiesta moderna la consigna parece ser no respetar al toro, el malaguita de turno, o vilchita, o sevillita, o (aquí léase los itas que del mundo son) llaman, por llamar decentemente, ceporros a los teóricos, y afirman que los toros hay que adecuarlos a los tiempos modernos. Por ejemplo asunto de las fundas.
Si a uno se le ocurre decir, que las firmas de la causa que promovió uno que se llama Luis Corrales, no sirvieron para nada. El malaguita batracio dice, por insultos descompuestos, que lo que uno quiere es acabar con esto de los toros.
Si la cosa va de indultos y el exponente lo considera una justificación sin sentido del espectáculo de muerte, y publicidad gratuita del ganadero, torero y empresario, o que está comprobado que ningún toro indultado ha servido padreando. El batracio terminado en ita, va y dice, o vocea, que el expositor es un terrorista que solo ve cosas negativas en la fiesta y que da argumentos a los animalistas.
Si el expositor dice que entre otras hay cosas buenas en el Reglamento de Andalucía. A saber: Las fianzas empresariales, Las dos orejas en el mismo toro para salir por la puerta grande. Los avisos. La protección del profesional. El malaguita, va, se mete en el agua y no croa.
Si se defiende la teoría de que el cartel de la picasiana es un churro para turistas de las plazas de la costa. Que el de Resurrección en Málaga es el mejor cartel de esa fecha en España. Que la idea de las mil entradas al Corte Inglés para negociar paquetes es una idea novedosa. Pero que Puche abusa de los abonados por la obligatoriedad de comprar las dos entradas para guardarles el “sitio”. Entonces el batracio malaguita croa y acusa al dicente de, por suave, desprestigiar y de no hacer favor a Málaga.
¡Cómo si a la Málaga profunda le interesara lo más mínimo los argumentos taurinos, ni el croar malaguita!

1 comentario:

sol y moscas dijo...

Estos malaguITAS, sevillITAS, vilchITAS son hijos de los "señoritos" que decía Machado... y ya se sabe: “En los trances duros, los señoritos invocan la Patria y la venden…”.

un saludo