13 septiembre 2006

POTEMKISMO

Nos trae Pepe García esta reflexión a causa de la verdad y lo que fue escrito ayer hoy tiene plena vigencia, y me place editarlo en el día de hoy debido a que, bien leído, quizás haya alguna punta que sacarle por aquello de los dos indultos de Murcia.
¡Pasen y lean!

POTEMKISMO

Potemkismo era, mire usted por donde, lo que el malogrado Rafael Sánchez, "Pipo", realizaba para aupar a la fama al Cordobés en el ya lejano año de 1961; potemkismo era también lo que hacían los mentores del infeliz "Platanito" pocos años después, a quien paseaban por toda España a bordo de un ostentoso automóvil – un "haiga", como se decía entonces- para hacernos creer que sus patochadas en la Plaza le deparaban incontables beneficios; en el mismo potemkismo incurren e incurrían críticos y gacetilleros –"sobrecogedoramente engrasados" previamente, como es natural-, cuando sus crónicas y reseñas se nos antojan preñadas de afectadas alabanzas y elogios, de piropos y lisonjas destinadas a mediocres toreritos; potemkismo, y de la peor calaña, el que profesan ciertos ganaderos, empeñados en convencernos de las bondades del toro manso y bobalicón, ése que se deja hacer tantas cosas sin molestar al torero, ése que a duras penas se tiene en pie pero, a cambio, hace gala de una extremada dulzura y docilidad; potemkismo avieso e infame el de esos taurinos que, aunque sea "sotto voce", claman por la vuelta del utrero a la Plaza, con la falacia de que con el novillo se recuperará emoción y movilidad; ¿y qué decir del potemkismo delincuente de los que ejecutan y promueven el "afeitado" de los toros y, encima, cual consumados maestros de la anfibología, denominan "arreglo" a tan fraudulenta maniobra?.-
Sin embargo, el peor de todos los potemkismos lo practican quienes califican de derrotistas y agoreros a todos los que se atrevan a señalar y denunciar tanta mentira y corruptela.- Y así nos luce el pelo, claro.-
En 1787, con motivo del viaje que la zarina Catalina la Grande realizó a Crimea, su ex amante, el conde y mariscal Potemkin, hizo construir pueblos ficticios a lo largo de la ruta, enmascarando así una realidad desagradable mediante tan ilusoria apariencia.-
El término potemkismo aparece, pues, en el diccionario para definir y designar esa clase de falsedad consistente en disfrazar la cruda realidad y proporcionarle otra cara tan quimérica como amable.-
Atribuirle al político ruso la paternidad de la ficción como engaño me parece -además de inexacto- pretencioso e injusto, pues muchos son los que antes de él aplicaron tácticas falaces para ocultar la verdad, como muchos son los que, sin necesidad de tal padrinazgo, lo han hecho y continuarán haciéndolo en el futuro.-
Y conste que me refiero a la verdad entendida como veracidad, como conformidad entre lo que se piensa con lo que se hace y dice, y no a la búsqueda del conocimiento auténtico del ser y del existir.- Esto es cuestión de honradez y no de ontología, que ya sabemos que alcanzar el genuino discernimiento de la realidad está sólo al alcance del imposible paradigma platónico, que aunaba en el filósofo las figuras del sabio, el místico y el político
Desde los dioses paganos -tan aficionados ellos a tomar formas y trazas variopintas para juguetear con los mortales-, pasando por las estratagemas bélicas como el Caballo de Troya, hasta el simple repaso a las hemerotecas para patentizar la incongruencia de las manifestaciones de políticos que afirmaban en la oposición lo opuesto de lo que expresan desde el poder, todo, o casi todo, es enmascaramiento de la verdad, cuando no un escarnio cínico y absoluto de la misma.-
No creo que exista un valor moral tan ensalzado ni afrentado al mismo tiempo y, en contra de San Pablo, que proclamaba que ella nos haría libres, estoy persuadido de que nada hay tan molesto, conturbador y agresivo como la dichosa verdad, y pobre del imbécil que se empecine en viajar con ella, puesto que en todas partes le harán el vacío y le tildarán de incordio, importuno y cargante.-
Por todo ello, me parece injusto y exagerado cargarle al pobre Potemkin el muerto de la astucia e hipocresía humana, y más en una época como la nuestra, que alardea de haber descubierto la realidad virtual, o sea, la realidad que no existe.-
Además, en lo concerniente a la falsía en el mundo, nadie se expresó mejor que el poeta: "Al hombre lo han mecido en la cuna de todos los cuentos". –
Almería, 7 de diciembre de 2001. –
José García Sánchez.-

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