Con esta reflexión nos acerca José García al capitulo de la inversión en el fomento de la fiesta brava. Todo parece indicar que todos los estamentos maman de la vaca pero ninguno la alimenta. Esto que ya se denunciaba hace cinco años sigue sin remediarse.
¡Pasen y lean!
FOMENTO Y RECREO DE LA AFICION
Con este expresivo epígrafe se recoge en una Orden del Ministerio del Interior la suelta de vaquillas en espectáculos menores, para deleite de los mozos y aficionados que se atreven a ponerse ante ellas.-
Fomento y recreo.- ¿Cómo se fomenta la afición, qué se hace para su recreo y satisfacción?.- A veces, mucho, a veces, poco.- A veces, incluso, nada de nada.-
El recreo no es más que una mera consecuencia del buen fomento, de ese apoyo que tanto echamos de menos en muchas ocasiones y lugares.- ¿Quién debe hacerlo?.- La respuesta es sencilla: La Fiesta de los Toros deben fomentarla quienes de ella se benefician, que no son otros que las distintas Administraciones, sobre todo autonómicas y locales, y los diversos estamentos taurinos con intereses económicos directos en liza.- Intereses económicos directos, es decir, ganaderos, empresarios y toreros.- Esta aclaración es necesaria, puesto que alrededor de estos agentes directos existen otros que también, aunque de forma indirecta, viven del espectáculo taurino, especialmente la prensa especializada, merecedora de un tratamiento monográfico que dejaremos para mejor y futura ocasión.-
Para constatar este planteamiento no hay más que reparar en un hecho tan simple como éste: cuando se abren las puertas de una plaza de toros para que entre el público –afición incluida-, el dinero se lo reparten, en desigual forma, todos los que actúan en el espectáculo.- Bueno, todos no: El presidente, el delegado gubernativo y el toro no cobran, si bien los dos primeros no son muertos a estoque.-
Bromas aparte, lo cierto y real es que el público paga y todos los demás cobran: matadores, cuadrillas, empresario, ganadero, empleados de la plaza, alguacilillos, veterinarios, monosabios, músicos, etc., etc.- ¡Ah!, también lo hace la Administración (Central, Autonómica o Local) por la vía de impuestos, sin contar que Comunidades Autonómicas, Diputaciones o Ayuntamientos hay que son propietarios de las propias plazas de toros.-
Y a veces, muchas veces, no fomentan la afición y se limitan a ordeñarla.- Y se podrían hacer otras cosas que, a lo mejor, también ayudarían a que las ubres a exprimir se mantengan plenas para su mejor estrujadura.-
Porque, no nos engañemos, no se fomenta la afición cuando la Administración no contempla exenciones o reducciones de impuestos para determinados festejos como las novilladas, o cuando algún Ayuntamiento o Diputación cede en arrendamiento su plaza de toros imponiendo unas condiciones leoninas en el contrato con el sólo afán de recaudar cuantos más millones mejor, lo que obliga a la empresa arrendataria a caminar siempre por el filo de la navaja y con escaso margen para invertir en buenas contrataciones de toros y toreros.- Sin embargo, se olvidan de incluir en los pliegos de condiciones que esas empresas se comprometan a organizar un número determinado de festejos para promocionar a los toreros que empiezan.- Tampoco fomentan la afición esas Administraciones que se limitan a otorgar limosnas testimoniales a las Escuelas taurinas que patrocinan oficialmente, estando más presentes a la hora de la foto que a la de firmar los cheques.-
No quieren fomentar la afición esas figuras del toreo que vetan a éste o al otro, o se vetan entre sí, lidiando más en los despachos que en la plaza y frente el toro; no pueden fomentar la afición esas empresas que olvidan los intereses del público y que ellas pueden y deben ser el fiel de la balanza frente a las exigencias de torero y ganadero, ganadero que tampoco piensa en fomentar la afición cuando se muestra dúctil y acomodaticio con las exigencias de los toreros, seleccionando sus reses sin buscar la auténtica bravura y sí la dulzura y nobleza bobalicona de las mismas.-
Son contrarios a fomentar la afición ese grupo de desaprensivos que mercadean y se aprovechan de la ilusión de los toreros noveles y les sacan el dinero de mala manera.-
Nos olvidamos de fomentar la afición esos aficionados que formamos peñas, triángulos, círculos mágicos o cofradías de variopinta denominación, cuando sólo nos dedicamos a ofrecernos festivales gastronómicos o a perseguir fotos junto a figuras o figuritas toreras.-
Fomento de la afición.- Unos porque no pueden, otros porque no quieren, otros porque no saben, otros porque se olvidan, porque nos olvidamos. -
Saber, poder y querer fomentar la afición.- Su recreo no hace falta buscarlo: vendrá por añadidura si conseguimos lo primero.-
Almería, 12 de enero de 2001. -
JOSE GARCIA SANCHEZ
19 septiembre 2006
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