Al segundo toro de la tarde (toda la corrida fue de José Escolar, Santacoloma Saltillo) lo ovacionaron injustamente al arrastre. El público de Madrid pierde la chota de vez en cuando.
Así fue el toro: Terciado de presentación. Y no se protestó. Derribó en el primer encuentro con el caballo porque cogió por la grupa al caballazo de picar (acorazada de picar se decía antes, porque aunque estén domados no quiere decir que no sean moles ingentes de carne). Se dejó en el segundo encuentro y cumplió en el tercero a menos. Esperó con la cara arriaba en banderillas y en la muleta no se empleó. Siempre con la cara arriba sin ir al final.
Así estuvo Damián Castaño. En el trasteo por la derecha le bajó la mano, se gustó en algunos pases pero luego bajó de intensidad el trasteo. Con la izquierda poca cosa. Mató de una estocada saliendo arrollado.
El quinto toro se repuchó en varas manseando. Esperó en palitroques y en la muleta fue mirón, reservón, reponedor, se quedaba corto y tenía un peligro de aúpa. Castaño, firme, con sitio, con valor toreando con la izquierda, y con la derecha un toma y daca para volver a la izquierda dar la mejor tanda de la tarde. Fue la actuación de Damián Castaño importante.
La maestría de Fernando Robleño se vio en sus dos trasteos. Era su primero de perfectas hechuras y fue aplaudido, luego no se entregó en varas y no humilló en los palitroques. Se dejó por el pitón derecho y por el izquierdo se quedaba corto y miraba cantidad. Resultó un toro interesante y fue aplaudido al arrastre. La técnica de Robleño para negociar el trasteo fue una que ahora las nuevas generaciones no saben hacer, que es la de tocar al pitón contrario para impedir que el toro se salga de la suerte, embeberlo en el trapo y desplazarlo con temple ya que el toro no ve nada más que muleta. Luego probó el pitón izquierdo pero no le gustó el embroque del toro, con lo que volvió al pitón derecho para inmediatamente, como artilugio de desengaño, volver al izquierdo y arrearle tres naturales de tanta verdad e importancia que nunca se habían dado en esta feria. Robleño tiene un conocimiento de los terrenos como tampoco nadie ha demostrado en esta feria, pero estuvo mal con la espada, porque la tensión en su brazo derecho la había perdido en la tensión del trasteo.
El cuarto un marrajo de Escolar de campeonato a pesar de que cumplió en los dos primeros tercios , pero en la muleta dijo basta y toreros a mí. Se lo pensaba y no se entregó en ningún muletazo. Robleño voluntarioso que mató de media tendida que escupió y media buena.
Se negó a saludar Fernando Sánchez después de banderillear a este toro y me pareció bien porque él sabía que aunque la preparación del par, y la distancia corta, fue con esa chulería torera a la que nos tiene acostumbrados luego al clavar se salió un poco de la suerte.
No se empleó el tercer Escolar en ninguno de los primeros tercios y en la muleta fue de mas a menos, a su aire, sin rectitud, y a menos, menos. Gómez del Pilar sin zapatillas, le dio una serie muy buena por el derecho y por el izquierdo se los pegó de uno en uno. Luego hizo la tontería de quitar la ayuda a la muleta y echársela a la mano derecha. Fue avisado y le arreó al toro un bajonazo.
El sexto Escolar fue un toro mortecino en el encaste, impropio diría yo, que debe hacer al ganadero volver a los libros a ver qué ha pasado ahí, o buscar una explicación veterinaria. Se dejó sin brío en los dos primeros tercios y luego esperó con la cara arriba en la muleta. Gómez del Pilar puso voluntad. Se justificó y mató de contraria y dos descabellos.
¡Aquí paz y allí gloria!
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