Toros - Fallas EL NOVILLERO RAUL BLAZQUEZ SALVO EL HONOR GANADERO DE PONCE Por Juan Miguel Núñez Valencia, 10 mar (EFE).- La firmeza y el tesón del novillero Raúl Blázquez salvaron el honor de Enrique Ponce, al cortar la única oreja posible al encierro descastado y sin clase con el que el famoso matador de toros debutó hoy en Valencia como ganadero. FICHA DEL FESTEJO.- Seis novillos de Enrique Ponce, bien presentados pero mansos, blandos y deslucidos en extremo. El cuarto, con mejor tranco, fue la única excepción. Carlos Pacheco: pinchazo y estocada (ovación); y pinchazo, estocada y descabello (ovación tras petición de oreja). Raúl Blázquez: estocada fulminante (vuelta tras petición de oreja con abucheo al "palco" por no concederla); y estocada también de efecto rápido (una oreja). Alberto Ramírez: estocada que asoma (ovación); y tres pinchazos, media estocada y tres descabellos (palmas tras un aviso). En las cuadrillas destacaron Curro Molina y Juan Currín, que saludaron montera en mano tras banderillear al sexto. La plaza tuvo un cuarto de entrada en tarde soleada y fresca. DISTINTA VARA DE MEDIR Un día después de que el presidente Juan Moreno concediera dos orejas al matador José Tomás, una de ellas demasiado fácil, el "juez" de hoy, Constantino González, ha sacado una vara de medir totalmente distinta. A los novilleros los han medido, injustamente, con otro rasero. Con el criterio de Moreno, hoy se hubieran cortado tres orejas, una para Carlos Pacheco y dos para Raúl Blázquez. Tres apéndices, en una novillada como la que echó Enrique Ponce, según se mire, hubiera sido un triunfo más que notable. Valiente y proclive a torear de rodillas, Carlos Pacheco no tuvo "material" en el que abrió plaza, un novillo berreón y con genio, que se vencía por el izquierdo, que tenía un viaje muy corto por el otro pitón, que tardeaba, que... El cuarto, sin embargo, se dejó mucho, yendo largo y humillado, con fijeza y repitiendo. Pacheco se prodigó muchísimo en todo, otra vez de rodillas con capote y muleta, en series de siete y ocho muletazos. Le faltó relajarse, le faltó limpieza al trasteo. Pero le pidieron la oreja mayoritariamente, que el presidente González no concedió. Raúl Blázquez ha vuelto a sumar un nuevo triunfo a su importante palmarés en esta plaza. Se ha quedado en el umbral de la Puerta Grande por la cicatería presidencial, pero su éxito de hoy le va a servir, más ahora que está tan cuajado como novillero, ya en la recta que enfila la alternativa. Muy bien estructurada su primera faena, valiente y arrogante, en la que lo puso él todo. Y eso, teniendo en cuenta que el novillo que tuvo enfrente era deslucido por el genio y la falta de fuerzas, debió tener mejor recompensa que la vuelta al ruedo. El presidente se llevó una buena bronca por no conceder el trofeo. En el quinto, "medio rajado", que no dejó de escarbar durante todo el trasteo, rebrincado y pegando cabezazos, Blázquez llegó a hacerse con él otra vez a base de quedarse muy quieto, de aguantar y tirar de tan brusca embestida. Sacó pases aislados buenos y en conjunto la faena fue muy meritoria. Y con la espada, como en el anterior, un cañón. Alberto Ramírez, licenciado en económicas, que ha debutado con picadores hace apenas un mes y lleva sólo media docena de actuaciones, ha pasado con nota alta la prueba de Valencia, la plaza donde su padre, Pepe Luis Ramírez, en el año 59 fue doctorado matador de toros por Luis Miguel Dominguín. Empaque en el manejo del capote y en las probaturas con la muleta, en el tercero, un novillo que fue a menos, que tras la primera serie por la derecha prácticamente se apagó. El sexto se lo dejó más "crudo" en el caballo, viniéndose arriba en la muleta. Un novillo incómodo, pegando "arreoncitos". Solucionó la papeleta con dignidad. El flamante ganadero, Enrique Ponce, que presenció el festejo desde un palco, acompañado de sus padres y su esposa, no debió quedar contento del juego de sus novillos. EFE 03/10/19-33/97 #
No hay comentarios:
Publicar un comentario