Ha evolucionado mucho el arte de
torear, para que sea posible establecer equivalencias en cuanto ha transcurrido
unos cuantos años. Se torea, en efecto, cada vez mejor, según el toro va
perdiendo sus características esenciales. Llegará a la súma perfección el arte
del toreo; cuando el toro desaparezca por completo.
Los diestros de antaño se
enfrentaban con un peligro serio, que trataban de esquivar con quiebros y
regates, sin confiar gran cosa en la capa y en la muleta. El toro embestía y el
torero tenia el ineludible y rápido deber de esquivar el peligro apartándose de
la trayectoria de la fiera. Hasta que llego Juan Belmonte, sin facultades, ni
piernas y tuvo que usar de los brazos y llevar y traer al toro sin mover los
pies, porque al "esmirriado" torero le faltaba agilidad para
ello.
La lidia y el arte con dominio
empieza entonces. Toma categoría la estocada, a la cual antes se llegaba sin
reparar en los medios. Pero cuando Belmonte se perfilaba para matar, los
públicos le pedían que siguiera toreando.- era que, hasta entonces, no habían
visto torear.
Tal y como ocurre hoy. Los públicos
desean que pasen los tercios anteriores con rapidez, aceptan que la figura le de
cien pases de muleta a un espécimen llamado toro, ¡incluso, cuando el
presidente, pasado su tiempo le advierte con un aviso! el enfervorizado
respetable le recrimina a este que aplique el reglamento, y no permita que el
espada siga dando pases.¿Y porque?¿Por la sencilla razón de que no han visto
torear?..Porque hoy se torea - es un decir - mejor que nunca, con el domesticado
semoviente - se admiten excepciones - que acude al señuelo de la muleta a toque
de campanilla;,, cuando no se para agónico, cual si fuera un burro cansino, para
luego morir - de aquella manera - en presencia publica. Son muchos los que
dicen, que hoy se torea, como nunca se hizo. Y tienen razón; todos aquellos, que
no vieron torear a Antonio Ordoñez.. por ejemplo…-Y como ejemplo un pase, un
remate:
¿Fíjense Uds.? ¡Si ha perdido
sentido, emoción, peligro y hondura el pase de pecho!, que ahora se dan -dos o
tres - según venga el caso; y además ejecutándolo de aquella manera, o sea,
mal.
De pitón a rabo, la muleta llevando
hasta allá el brazo del lidiador,
alarga la franela, para que los flecos del engaño en la mano izquierda, barra el
lomo del pitón a la penca del rabo. ¡Descúbranse!, señores aficionados, que el
muletazo de pecho, no es, moco de
pavo. Pase de pecho preparado,
tal y como se hace hoy, tiene un mérito menor. Pase de pecho forzado, es aquel otro, donde el trance
muletero, conoce toda su grandeza.
Un buen pase de pecho, remata una
tanda de naturales, es el último y formidable recurso, para que se produzca la
continuidad de la faena enhilada,
ligada. Muletazo fundamental, que siempre tuvo emoción y riesgo; el pase que
mas duraba, puesto que el toro hacia su más largo recorrido, cuando el cornudo
no te dejaba proseguir la tanda de naturales. Entonces, la única y hermosa
solución, es el forzado de pecho, llevando al toro embebido en el engaño, capaz
de mandar de lleno, la pierna adelantada, la cintura quebrada y la barbilla
avanzada para el trance muletero.
¡Díganme!... cuantos pases de pecho
forzados, reunidos, con quietud y limpieza ven ustedes. Apenas algún esbozo de
pecho y pectoral. Nada que explayara la definición del lance, pero si nos
atracamos de pases... llamados de pecho, despegados, al hilo del pitón y mantazo
por la cara, para quitarse aquello de encima..Y encima aplaudirlo.
Pena.
Fermin González.- conmentarista onda
cero radio Salamanca:
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