Toro de piedra de Francisco Rodríguez
PAMPLONA
2013. SAN FERMIN 14 DE JULIO.
Por Agustín
Hervás
Onda Cero
Radio
Había
salido de la larga cambiada en la segunda raya frente a chiqueros indemne, pero
luego el toro arreó y trompicó a Fortes que fue derribado y puesto a merced de
la furia. Fortes se quedó mirando al toro un instante como diciendo y ahora
qué. Y el qué, era darse la vuelta para que la furia de las cuchilladas no le
atravesara el corazón ni hieran sus ojos. En supina posición, la furia lanzaba
navajazos obrando la arena sin hacer mella en la carne. Así casi el minuto, y
sobre el tiempo Fortes no cambió la color. Rosadita la tez, como cuando Mari lo
parió. Su mirada noble conteniendo la furia, y su gesto impávido. No le visitó
el miedo. No le venció el desdén aunque lo pareciera. No era desprecio. Era la
sangre de los valientes que bullía en sus venas al calor de la arena pamplonesa.
Llamamos a
Tomás autista del toreo. Fortes es el autista del miedo. Jamás en tanto tiempo
al rededor de los toros vi tanta serenidad ante la muerte. Vencerla es de
héroes.
Por lo
demás los toros de la última corrida de la feria fueron de Miura. Primero
manejable. Segundo de corto recorrido pero noble. Tercero noble. Cuarto
complicado. Quinto, noble sin fuerza. Sexto noble sin fuerza. Rafaelillo,
vuelta al ruedo y silencio. Javier Castaño, silencio en el lote. Jiménez
Fortes, oreja y silencio.
El primero
cárdeno, agalgado, muy en Cabrera. Se repucha en las varas. En banderillas
esperó e hizo por los banderilleros que dieron un mitin. Lo brindó Rafaelillo
al público. El toro tuvo arrancadas violentas y el murciano le sacó tandas por
el derecho aceptables. Por el izquierdo reponía pronto aunque lo probó. Luego
le anduvo por la cara y a matar de una estocada tendida bien ejecutada.
El cuarto
de 600 kilos justos y agalgado regaló varias embestidas a su modo en el capote
de Rafaelillo y peleó en el peto con la cara abajo repuchándose luego. En
banderillas cortó las embestidas. En la muleta no tuvo un pase y Rafaelillo
estuvo a ver si podía, pero el Miura no perdonaba un hueco. Estocada.
El segundo
de pelo salinero, sospechoso de afeitado, echa la cara arriba en el peto. Le
hizo un quite el malagueño que ni fu, ni fa. En banderillas cogió en el primer
par a Adalid con la testuz, sin consecuencias. Saludó junto a su compañero
Fernando Sánchez. Abrió la faena Castaño sentado en una silla. El toro no tuvo recorrido
pero tenia un punto de nobleza aprovechado por Castaño con voluntad. Pinchazo.
Estocada trasera tendida perdiendo la muleta y saliendo de espantá.
El quinto
sin fuerzas, fuera de tipo y del encaste de Cabrera, se dejó pegar en varas y
en banderillas galopó. Dos pares buenos de Adalid que le hicieron saludar. En
la muleta el toro se dejó humillando pero sin recorrido por la falta de
fuerzas. Castaño aseado intentándolo pero sin fruto. Pinchazo yéndose, al
segundo pinchazo también yéndose y escupir el estoque le dio en la sien
izquierda hiriéndolo. No mató al toro, lo descabelló de un intento.
El tercero
también sospechoso de pitones lo recibió Fortes de rodillas frente a chiqueros.
Salvó el encuentro, se resbaló y le dio una paliza de aúpa. Volvió a la brega.
En varas no dijo nada, solo poca fuerza, y en banderillas se dejó a su aire. A
media altura llevó la muleta el malagueño y el Miura se tragaba los muletazos
sin pestañear. También por el pitón izquierdo se dejó el animal y le dio una
serie, que se antojó poco. Luego volvió al pitón derecho y adornándose le pegó
otro arreón, del que se levanta impasible, sonrosada la cara, como si el miedo
no hubiera acudido a su encuentro. Estocada tendida cogiéndolo de lejos, aviso
echándose el toro. Oreja.
El sexto se
quiso quitar el palo en varas y salió sin fuerzas, defendiéndose echando las
manos por delante. En banderillas no embiste, corta los viajes. En la muleta
embistió mejor de largo que en las distancias cortas. Pero la inercia de la
faena de Fortes le lleva a cortar los viajes y la faena no se eleva. Firme el
malagueño sacándole algunos muletazos templados. Estocada
baja. Demasiada agonía y no lo remedia el torero. Cuatro descabellos. Se echa
el toro.
¡Aquí paz y
allí gloria!
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