Luis Rivera
Por Agustín HervásOnda Cero Radio
Málaga, 1 de septiembre: MALA NOVILLADA DE ROCIO DE LA CÁMARA.
Aquello que salía por chiqueros resultaba ser efectivamente lo que se anunciaba en el cartel “desecho de tienta y defectuosos” y se supone que a pesar de haber reconocido los veterinarios un puñado de ejemplares más, al final habrá prevalecido lo de desecho pues los becerrotes eran las vivas imágenes de lo que nadie quiere en una ganadería y se vende a tanto la mitad del cuarto, o se regalan, sin embargo lo que no parece entenderse es que saliera un sobrero con cuajo de toro y el presidente Ildefonso del Olmo no le dijera al empresario, oiga como ese traiga usted una docena. No parece normal que el novillo de más cuajo, y otro que no vimos, claro está, se quedaran de sobreros. Se podrá argumentar que los veterinarios aprueban ocho toros y que son las cuadrillas los que enlotan, eligiendo los más cómodos, los más becerros. Pero en realidad lo que subyace es una falta de criterio presidencial pues si en Andalucía se habilita al presidente para rescatar toros desechados por los veterinarios, el Reglamento no le impide escoger los seis que han de sortearse.
Queda pues claro que de presentación fue pésima la novillada. Chico el primero, el tercero un becerro, el quinto y el sexto terciados, y cuarto y sobrero que hizo segundo, bien presentados. El primero calamocheador, el segundo lo mandaron al corral porque se partió una pezuña, el sobrero se defendió y no tuvo clase, el tercero inédito porque se partió una mano. El cuarto bueno, el quinto se defendió y el sexto se dejó pero sin emplearse. Dos hierros de la casa, los titulares corridos en primero, tercero y quinto lugares, y resto incluido el sobrero del otro hierro, Cortijo de la Sierra.
Se entiende que como eran de desecho están bajo sospecha las largas pezuñas que gastaban los bureles, lo mal andados que eran, y los dos accidentados novillos. Por este ¿motivo? unos eran más cornicortos que otros. Y casi todos inválidos. Un saldo ganadero que le hace perder crédito al empresario, del que no puede decirse que haya besado el santo en Málaga.
Triunfó el malagueño Luis Rivera el día de la presentación en su plaza. Cortó una oreja, pero lo que verdaderamente importó fue la disposición del chaval, siempre entregado en lo que hacia. Andando por el ruedo, buscando la colocación perfecta a la salida de los pares de los banderilleros, cuando acompañaba al picador y se colocaba tras el banderillero de tanda. Lo vimos torear de capote en algún ramillete de verónicas clásicas. Y lo vimos emplear la cabeza cuando el sexto novillo se aquerenció en el tercio y lo sacó a los medios con buen criterio. Es un torero clásico, de gusto y que piensa en la cara del toro y ejecuta algunos muletazos con una hondura especial. Una serie final abrochada, y unos ayudados alternos por alto y por bajo, tuvieron enjundia, y en el toreo fundamental gustó. Hace un año debutó con caballos en Melilla, y un año después debuta en Málaga. Entre medias, nada. Es de suponer que mucho campo porque hacer cosas hace y eso no es de estar muy parado. Con el tercero no hubo opciones pues se rompió una mano.
Debutaba también Adrián de Torres que en su primero se preocupaba más de las posturitas que de ahormar la embestida del árido novillo, y en el cuarto que brindó a Enrique Romero de Canal Sur TV, le anotamos una serie al natural buena y profunda, lo demás enganchado.
Juan Ortega brindó el sobrero a Curro Durán que andaba en un burladero de empresa, y tal y como le dio la montera se la recogió porque las condiciones del novillo no ameritaron más. En el quinto detalles sueltos de torería pero hubo también mucho enganchón. Este novillero no mató sus toros, los descabelló simplemente pues no dejó estocadas, solo dio pinchazos, y eso no es matar.
¡Aquí paz y allí gloria!
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