Horneador de Albarreal, indultado
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Torremolinos, 6 de septiembre. CORRIDA EN CONMEMORACIÓN DEL DIA DEL TURISTA.
Conde con Horneador
Javier Conde ha firmado la mejor obra de su temporada. No fue al toro que indultó en segundo lugar, sino al quinto toro de la ganadería de Albarreal. Ya las verónicas de recibo rezumaban categoría, y el brindis a su mujer anunciaba cosa grande. Desde luego fue el mejor Conde que hayamos visto en mucho tiempo. Los naturales, encadenados sin solución de continuidad, armónicos y templados. Los redondos, hilvanados con fuerte pespunte, construyeron un conjunto de faena limpia, con mínimas concesiones al personal, y de rotundidad plástica. Por una estocada contraria con derrame le concedieron las dos orejas que paseó en triunfo y al término de la vuelta sacó al ganadero a saludar. Ganadero que después, junto con la terna salió por la puerta grande de la plaza.
Pepillo de Málaga y su tronco de caballos españoles
Se conmemora en la jornada de hoy, el Día del Turista. No podía ser menos en tan representativa ciudad bastión de lo que significó el despegue económico de la Costa del Sol. Y por ello desde hace varios años el Ayuntamiento participa en la organización de este evento taurino.
El ganado elegido, de Albarreal, propio para una plaza turística. Cómodos de caras, algunos como el indultado, con excesivo servicio barbero. El último con presencia de eral. Justos de fuerzas, nobles, de entre los que sobresalieron por su juego el indultado segundo, el quinto y el sexto.
Las cuadrillas. Conde en primer término
Conde indultó a petición propia, de El Cordobés, y con división de opiniones en los tendidos el toro segundo, marcado con el número 46 de la ganadería anunciada de Albarreal y de nombre Horneador. Un toro que al ganadero le sirve para padrear vacas pigmeas, y seguir sacando productos enanos para la tauromaquia moderna. Conde que sustituía a Rivera Ordóñez que presentó parte facultativo, estuvo aquí variado con el capote y decidido, y de la faena de muleta le anotamos un par de tandas de naturales. El toro bueno, noble y con recorrido, pero sin picar, como casi toda la corrida. Y la bravura para indulto, seguiré defendiendo aunque sea en el desierto, ha de verse en todos los tercios. Le dieron un rabo simbólico.
El relajo de El Cordobés. En primer término José Luis Torres
Nada más que salir el primer toro de El Cordobés, alguien gritó desde el tendido: “media vara”, y efectivamente, ante la invalidez del animal, media vara le dieron. El toro noble y mortecino recibió una faena sin trascendencia al método de pasar y cobrar. En el cuarto toro, invalido de pronostico reservado, mas mortecino aún, cayéndose, le hizo la rana en faena ad hoc, que como comprenderán ningún merito tuvo. En aquel cortó dos orejas, y en este le dieron, o regalaron, una.
José Luis Torres en una chicuelina
El cordobés José Luis Torres está dentro de los cánones de lo clásico, pero con su noble y buen tercero no lo vimos en toda su dimensión pues el animal después de probar la muleta decidió rajarse. Cortó dos orejas tras estocada. Con el repetidor anovillado sexto, sin fuerzas, una sucesión de naturales y redondos insípidos. Pinchó por tres veces y se silenció su labor después de rematar con estocada caída y trasera.
Pepillo hijo. Foto de archivo de Pastor
Pepillo hijo, de la cuadrilla de Conde, alternó primero manejando un troco de caballos españoles antes de hacer el paseíllo, en carrusel de vistosos coches de caballos, y después vestido de picador, picando al quinto toro.
¡Aquí paz y allí gloria!
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