23 febrero 2010

LAS DOS SINFONIAS DE JOSÉ TOMÁS

José Tomás. Foto, Viajes Saldumar

ÚLTIMO FIN DE SEMANA TAURINO EN COLOMBIA

MEDELLIN

VISTAHERMOSA POR ENCIMA DE LOS MONTERADOS

Los toros de la divisa de Vistahermosa, encaste santacoloma, bien presentados, con romana, cara, defensas intactas, ofrecieron buen juego en el cierre de la temporada paisa.
Lastimosamente, y como casi siempre pasa en estas tierras, los buenos toros se van al destazadero con los muletazos puestos, pues muy pocos han sido aprovechados dignamente y este sábado no podía ser la excepción.
Andrés de los Ríos, como cabeza de cartel, no pudo demostrar toda la ilusión que despertó en sus inicios. Torea con desgano, se ve alejado del toro, anda en otra película diferente a los toros, sin alma y sin afición, así no puede ser torero. Su actuación fue silenciada y además con algunos pitos por parte del respetable.
José Arcila, otro torero que ha mostrado buenas maneras, no pudo entender a sus dos oponentes, a los que dejo ir para la carnicería con los muletazos a cuestas. Silenciada su labor.
Juan Solanilla, corto la única oreja del festejo a un bravo toro, Soberano de nombre, pero su poco repertorio, no dio sino para una veintena de pases, el toro pudo tener sesenta o setenta, reclamaba la muleta con fijeza, pero…ante la inmadurez del chaval nada mas se podía exigir. En el otro no paso nada.
Un tercio de entrada en tarde soleada.

BOGOTA

LAS DOS SINFONIAS DE JOSE TOMAS

Que José Tomas cobra demasiado, si cobra mucho, que José Tomas torea, si y demasiado, a veces uno piensa al ver lo sucedido en la Santamaría bogotana, que cobra poco para ofrecer las sinfonías que ejecuto en este ruedo.
En su primero dicto un recital de cómo se torea de capa, después en la muleta hilvano las tandas, muletazo a muletazo con la técnica y la sapiencia de un consumado artista. Ni un enganche, solo el temple y la distancia justa fueron el eje de su obra. Tandas lentas y remates profundos, el toro siempre llegaba hasta atrás de la cadera.
La espada rebelde no quiso ingresar en los dos primeros intentos. Al tercer intento un espadazo hasta los gavilanes no tuvo el efecto esperado, JT se confió y le sonaron un clarín. Tres descabellos dieron el punto final a una bellísima obra de arte, su primera sinfonía.
En el quinto, un toro con mucha edad y trapío, cornalón además, que manseó al inicio, no quería meterse en el percal del de Galapagar, pero con la paciencia de un gran orfebre, lo llevo a los medios, intercalando cada lance con una rodilla en tierra, para darle la confianza suficiente al astado. Después manso en el caballo, al parecer una lesión en la mano derecha, no le permitía desplazarse bien. Pero Tomas, le empezó la lidia con la muleta por la mano izquierda, así el toro no mostraba su pequeña invalidez, los naturales se fueron desgranando uno a uno en varias tandas, posteriormente cambio de mano y al toro se le olvido su invalidez y arremetió por ese pitón dignamente. Para el remate de su otra sinfonía, llegó el toreo de cercanías con la verdad del que lo sabe ejecutar como el que más. Izado como una vela en los medios, impertérrito, se lo dejo pasar a milímetros de su taleguilla, la mano desmayada, el alma en el burladero y el cuerpo en el diamante de los pitones. Un estoconazo en la cruz despacho al de Rincón y las dos orejas legítimamente ganadas.
José María Manzanares se llevó el lote en el sorteo, en una faena larga a su primero abusando en demasía del pico de la muleta y desplazando hacia las afueras al noble. Solo un natural largo templado y en la boca de riego hizo estremecer los cimientos de la plaza. Ahí toreó, lo demás pura demagogia y el público poco entendido disfrutaba de lo lindo y pidió las orejas y la vuelta al ruedo al toro.
En el ultimo de la tarde, el mejor del encierro, bravo con mucho recorrido, fiero en las telas, hizo ver muy mal al alicantino, que de inicio tomo todas las precauciones, patica atrás, trapazos de ida y vuelta. De abajo hacia arriba, mejor dicho el destoreo. Se pidió el indulto, pero el animal se rajo al final. Una espada en los costillares y Usía complaciente le otorgó un trofeo inmerecido.
Pepe Manrique, con el cuarto logro elaborar una faena interesante con el toro pasando por la panza de la muleta y de un espadazo perfecto en el hoyo de las agujas despenó a su oponente y recibió una merecida oreja.
En el primero su labor fue silenciada.
Lleno hasta las banderas, cartel de NO HAY BILLETES, la reventa por las nubes. Tarde soleada.

Por Rubén Darío Echeverri E.

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