Antonio Bienvenida con el toro de Madrid
¡COMENZAMOS!
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Mañana comienza la primera cita importante de la temporada. La que han dado en llamar Feria de Invierno surge en el tiempo como un reclamo del mundo del toro para reivindicarse ante las agresiones.
Hace unas fechas la Mesa del toro explicaba en los dos foros taurinos más importantes de España, Madrid y Sevilla, sus propósitos de futuro sin entonar un mea culpa y sin hacer propósito de la enmienda. Según parece el mundo del toro no comete pecados. Lejos de esto, lo que sí hicieron en estas reuniones fue publicitar sus formas de financiación y tornasolar el sistema operativo para sobrevivir y procurar erigirse en únicos interlocutores de la cosa taurina, ante quienes proceda. Disonante parece que fue la intervención del empresariado que no comulga fácilmente con ruedas de molino, si bien se tiene en cuenta que los salarios de algunos directivos superan los cincuenta mil euros. Ciertamente los empresarios no se han metido con los llamativos emolumentos del personal que dirige la mesa. Más bien se muestra vigilante, por mucho que ahora quieran quitarle "yerro" a lo ya manifestado, por ser ellos los que mueven el negocio, y el resto, los que viven del negocio, en bastantes más ocasiones de las que nos gustaría a los aficionados, viviendo de él con ratonerías.
Cuando alguien me pregunta que qué pienso al respecto de la critica situación que se avecina en Cataluña, que tenemos en Canarias dónde está abolida la fiesta, Galicia, dónde se muere, y en Baleares, a donde está llegando el tsunami catalán, suelo decir que tenemos lo que nos merecemos, pues en realidad se pone en entredicho la fiesta sólo en los lugares dónde al empresariado no le interesa invertir. Evidentemente se sembró mal, y para no recoger nada, ya lo que urge es vender lo poco que queda en aquellos pagos.
Los empresarios si, vigilan a la Mesa del Toro, a dónde llegan apretando los dientes, pero sin embargo son ellos los primeros culpables de encontrarnos en la situación que nos encontramos por dejadez, por arcaicos y por vampiros. Han chupado todo lo que han podido, se lo han llevado y no han dicho esta boca es mía. Que ahora se pongan chulos con el resto de los convocantes tiene su razón de ser, pero se debería entonar un punto de humildad, pues lo que hay es por todos. Los empresarios por lo dicho, además de engañar a cierta clase política para subvencionar la fiesta. Los toreros por no arrimarse. Los subalternos por andar ligeros y además enseñando mal a los alumnos que quieren estar en esto, etc.
En realidad al mundo del toro no le pasa nada más que lo que le pasa a la sociedad española, capitaneada por un presidente ateo, al que encima llaman a rezar al emporio del capitalismo, y por si no fuera bastante la sin razón, el único empresario que lo apoya es Botín.
Qué quieren que les diga. Si hemos llegado a esto es porque los que mandan en la fiesta no se han atado los machos, se han puesto delante del toro de perfil, sacando el culito y usando el pico de la muleta. Así no es el toreo, y así no se va por la vida, pues de recoger algo, se recogen tempestades… que eso la que se nos viene encima.
Sostengo que la fiesta, como el Cristianismo, es fuerte. Ambos tienen un denominador común. La sangre derramada. Y fuera de analogismos, lo más importante es que si a ella vuelve la verdad, triunfaremos sobre la falacia que ahora impera.
Quizás al final de temporada me arrepienta, pero ahora tengo la esperanza de que se puedan arreglar las cosas, al menos en las ferias más importantes. Por eso me ha interesado esta Feria de Invierno. Porque se ha hecho, y en eso hay que aplaudir la gestión de Los Choperitas, con el rigor que exige una plaza de segunda, pero de segunda de Madrid. Por lo menos en los toreros contratados. Sé que uno de los pilares carcomidos está en el del toro. Ya se verá. Pero reunir en un fin de semana a El Juli, Perera, Manzanares, Morante, Talavante y Cayetano. Es apostar fuerte, a pesar de la televisión. Pero concentrar en un cartel a dos revelaciones de la pasada temporada como son Pinar y Tendero, es tener visión de aficionados. Me falta, aunque no sea santo de mi devoción, aún, Luque, y me sobran Rivera y El Cordobés, aunque confieso que no me importa volver a ver a Jesulín si es el mismo que nos dejó hace un par de temporadas, o tres. Y otro acierto es el cartel inaugural de rejones. Antonio Domecq es un clásico, a Cartagena se le supone más temple, veremos a ver si está recuperado de sus operaciones, y Ventura quiere ganarse otra vez la confianza de los que mandan en Madrid. Su soberbia le traicionó la pasada temporada.
Con los carteles en la calle de, Castellón, Valencia y Sevilla. Comienza la temporada. Que salga el toro, que se ponga el torero y que la emoción vuelva a ser la bandera de este espectáculo. Yo afirmo que si esto es así los enemigos se callarán.
¡COMENZAMOS!
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Mañana comienza la primera cita importante de la temporada. La que han dado en llamar Feria de Invierno surge en el tiempo como un reclamo del mundo del toro para reivindicarse ante las agresiones.
Hace unas fechas la Mesa del toro explicaba en los dos foros taurinos más importantes de España, Madrid y Sevilla, sus propósitos de futuro sin entonar un mea culpa y sin hacer propósito de la enmienda. Según parece el mundo del toro no comete pecados. Lejos de esto, lo que sí hicieron en estas reuniones fue publicitar sus formas de financiación y tornasolar el sistema operativo para sobrevivir y procurar erigirse en únicos interlocutores de la cosa taurina, ante quienes proceda. Disonante parece que fue la intervención del empresariado que no comulga fácilmente con ruedas de molino, si bien se tiene en cuenta que los salarios de algunos directivos superan los cincuenta mil euros. Ciertamente los empresarios no se han metido con los llamativos emolumentos del personal que dirige la mesa. Más bien se muestra vigilante, por mucho que ahora quieran quitarle "yerro" a lo ya manifestado, por ser ellos los que mueven el negocio, y el resto, los que viven del negocio, en bastantes más ocasiones de las que nos gustaría a los aficionados, viviendo de él con ratonerías.
Cuando alguien me pregunta que qué pienso al respecto de la critica situación que se avecina en Cataluña, que tenemos en Canarias dónde está abolida la fiesta, Galicia, dónde se muere, y en Baleares, a donde está llegando el tsunami catalán, suelo decir que tenemos lo que nos merecemos, pues en realidad se pone en entredicho la fiesta sólo en los lugares dónde al empresariado no le interesa invertir. Evidentemente se sembró mal, y para no recoger nada, ya lo que urge es vender lo poco que queda en aquellos pagos.
Los empresarios si, vigilan a la Mesa del Toro, a dónde llegan apretando los dientes, pero sin embargo son ellos los primeros culpables de encontrarnos en la situación que nos encontramos por dejadez, por arcaicos y por vampiros. Han chupado todo lo que han podido, se lo han llevado y no han dicho esta boca es mía. Que ahora se pongan chulos con el resto de los convocantes tiene su razón de ser, pero se debería entonar un punto de humildad, pues lo que hay es por todos. Los empresarios por lo dicho, además de engañar a cierta clase política para subvencionar la fiesta. Los toreros por no arrimarse. Los subalternos por andar ligeros y además enseñando mal a los alumnos que quieren estar en esto, etc.
En realidad al mundo del toro no le pasa nada más que lo que le pasa a la sociedad española, capitaneada por un presidente ateo, al que encima llaman a rezar al emporio del capitalismo, y por si no fuera bastante la sin razón, el único empresario que lo apoya es Botín.
Qué quieren que les diga. Si hemos llegado a esto es porque los que mandan en la fiesta no se han atado los machos, se han puesto delante del toro de perfil, sacando el culito y usando el pico de la muleta. Así no es el toreo, y así no se va por la vida, pues de recoger algo, se recogen tempestades… que eso la que se nos viene encima.
Sostengo que la fiesta, como el Cristianismo, es fuerte. Ambos tienen un denominador común. La sangre derramada. Y fuera de analogismos, lo más importante es que si a ella vuelve la verdad, triunfaremos sobre la falacia que ahora impera.
Quizás al final de temporada me arrepienta, pero ahora tengo la esperanza de que se puedan arreglar las cosas, al menos en las ferias más importantes. Por eso me ha interesado esta Feria de Invierno. Porque se ha hecho, y en eso hay que aplaudir la gestión de Los Choperitas, con el rigor que exige una plaza de segunda, pero de segunda de Madrid. Por lo menos en los toreros contratados. Sé que uno de los pilares carcomidos está en el del toro. Ya se verá. Pero reunir en un fin de semana a El Juli, Perera, Manzanares, Morante, Talavante y Cayetano. Es apostar fuerte, a pesar de la televisión. Pero concentrar en un cartel a dos revelaciones de la pasada temporada como son Pinar y Tendero, es tener visión de aficionados. Me falta, aunque no sea santo de mi devoción, aún, Luque, y me sobran Rivera y El Cordobés, aunque confieso que no me importa volver a ver a Jesulín si es el mismo que nos dejó hace un par de temporadas, o tres. Y otro acierto es el cartel inaugural de rejones. Antonio Domecq es un clásico, a Cartagena se le supone más temple, veremos a ver si está recuperado de sus operaciones, y Ventura quiere ganarse otra vez la confianza de los que mandan en Madrid. Su soberbia le traicionó la pasada temporada.
Con los carteles en la calle de, Castellón, Valencia y Sevilla. Comienza la temporada. Que salga el toro, que se ponga el torero y que la emoción vuelva a ser la bandera de este espectáculo. Yo afirmo que si esto es así los enemigos se callarán.
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