RAFAELILLO: VALOR Y VERGÜENZA TORERA
Abono de San Isidro 2016. Madrid. Lleno.
Toros de Adolfo Martín correctos de presentación, parejos en cuanto a tipo y comportamiento. Faltos de casta y emoción. 1º carente de todo, 2º regular, 3º malo, 4º manso encastado, 5º anodino que no emociona y 6º el peor.
Rafaelillo: Silencio. Petición con vuelta muy ovacionada.
Sebastián Castella: Ovación. Ovación que saluda.
Manuel Escribano: Pitos.
Rafaelillo tiene de primero un toro que no humilla, no se somete al capote y sale suelto del caballo, más o menos es igual en banderillas; al torearlo por bajo el toro demuestra flojedad de remos y no se emplea en la muleta, insiste el torero y más que torear lo que hace es robarle muletazos, se queda muy corto por el pitón izquierdo lo que impide ver algo interesante. Dos pinchazos, aviso, estocada arriba que mata. Al toro no le faltan más defectos: incierto, manso, puntea, blando, parado y una basura.
Cornipaso muy en la línea de la ganadería y con ganas de embestir al capote de Rafaelillo, las verónicas no resultan muy lucidas al no sacar los brazos que es imposible por la cortedad de estatura del matador, tres puyazos que nadie pide, se banderillea bien al toro que cada vez está más quedado, saludan José Mora y Pascual Mellinas; el toro se revuelve con peligro en cada muletazo y el matador expone mucho con este toro complicado, muletazos de uno en uno con mucho valor pudiéndole y no hay más; pinchazo, casi entera, aviso y toro muerto.
Sebastián Castella tiene al más terciado de la corrida, aunque se le ve trapío, bien toro y torero con el capote que gusta; galopa hacía el caballo y dos buenos puyazos, bien en banderillas yendo con alegría; inicio de faena con suavidad, temple y buen hacer del francés que domina bastante en los redondos, ya con la izquierda se para y demuestra falta de casta y movilidad, palmas de tango justificadas por el toro y porque el torero ha bajado su interés; aviso, pinchazo, estocada fulminante.
Lances de Castella al quinto que no dicen nada igual que en picador y banderillas; el toro entra a la muleta como un robot, no transmite ni emociona nada, naturales templados con el toro al paso, sin celo ni ímpetu, estocada que mata.
Escribano recibe a su toro de rodillas casi en los medios y le da una larga cambiada que cuando muera el toro no se va a acordar nadie, ya de pie supina vulgaridad con el capote, con poco celo va al caballo; dos buenos pares, el tercero y cuarto en tablas mal. Escarba el toro, es tardo, va a arreones, faena sin calidad que aburre por la incertidumbre del toro que sale abierto de los muletazos; muy desprendida la estocada que es definitiva.
Repite Escribano la chorrada de una falsa puerta gayola, que al ver la trayectoria que trae el toro, no tiene mucho valor. Ahora que eso de embraguetarse toreando a la verónica ni mijita, dos buenos pares y el tercero cerrado en tablas con mucho valor; media estocada, aviso, descabello.
Juanjo Franquelo
Abono de San Isidro 2016. Madrid. Lleno.
Toros de Adolfo Martín correctos de presentación, parejos en cuanto a tipo y comportamiento. Faltos de casta y emoción. 1º carente de todo, 2º regular, 3º malo, 4º manso encastado, 5º anodino que no emociona y 6º el peor.
Rafaelillo: Silencio. Petición con vuelta muy ovacionada.
Sebastián Castella: Ovación. Ovación que saluda.
Manuel Escribano: Pitos.
Rafaelillo tiene de primero un toro que no humilla, no se somete al capote y sale suelto del caballo, más o menos es igual en banderillas; al torearlo por bajo el toro demuestra flojedad de remos y no se emplea en la muleta, insiste el torero y más que torear lo que hace es robarle muletazos, se queda muy corto por el pitón izquierdo lo que impide ver algo interesante. Dos pinchazos, aviso, estocada arriba que mata. Al toro no le faltan más defectos: incierto, manso, puntea, blando, parado y una basura.
Cornipaso muy en la línea de la ganadería y con ganas de embestir al capote de Rafaelillo, las verónicas no resultan muy lucidas al no sacar los brazos que es imposible por la cortedad de estatura del matador, tres puyazos que nadie pide, se banderillea bien al toro que cada vez está más quedado, saludan José Mora y Pascual Mellinas; el toro se revuelve con peligro en cada muletazo y el matador expone mucho con este toro complicado, muletazos de uno en uno con mucho valor pudiéndole y no hay más; pinchazo, casi entera, aviso y toro muerto.
Sebastián Castella tiene al más terciado de la corrida, aunque se le ve trapío, bien toro y torero con el capote que gusta; galopa hacía el caballo y dos buenos puyazos, bien en banderillas yendo con alegría; inicio de faena con suavidad, temple y buen hacer del francés que domina bastante en los redondos, ya con la izquierda se para y demuestra falta de casta y movilidad, palmas de tango justificadas por el toro y porque el torero ha bajado su interés; aviso, pinchazo, estocada fulminante.
Lances de Castella al quinto que no dicen nada igual que en picador y banderillas; el toro entra a la muleta como un robot, no transmite ni emociona nada, naturales templados con el toro al paso, sin celo ni ímpetu, estocada que mata.
Escribano recibe a su toro de rodillas casi en los medios y le da una larga cambiada que cuando muera el toro no se va a acordar nadie, ya de pie supina vulgaridad con el capote, con poco celo va al caballo; dos buenos pares, el tercero y cuarto en tablas mal. Escarba el toro, es tardo, va a arreones, faena sin calidad que aburre por la incertidumbre del toro que sale abierto de los muletazos; muy desprendida la estocada que es definitiva.
Repite Escribano la chorrada de una falsa puerta gayola, que al ver la trayectoria que trae el toro, no tiene mucho valor. Ahora que eso de embraguetarse toreando a la verónica ni mijita, dos buenos pares y el tercero cerrado en tablas con mucho valor; media estocada, aviso, descabello.
Juanjo Franquelo
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