EL VALLE DE LOS CAÍDOS PARA LOS REPUBLICANOS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Hace unos meses la plaza de Burgos se puso en boca de todos porque Martín Lorca, el inquilino, renunció a su gestión después de una feria de bajo grado en resultados económicos. En realidad los empresarios hosteleros malagueños no quisieron aceptar la prorroga por un año, que ayudaría al ayuntamiento a terminar de construir la nueva plaza proyectada, y a estos a continuar, posiblemente, con su gestión. Después de algunas conversaciones y alguna rebaja del canon, el dueño del Hotel Ángela de Fuengirola, acepto quedarse ese año más, que en cierta manera el ayuntamiento Popular, le había solicitado.
Leticia Ortíz, compañera de Onda Cero Burgos, y nada apegada al pesebreo que estos junta cucharas acostumbran con la prensa que se preste, me informó de la sorpresa que supuso un acontecimiento tenido lugar con el apoderado de Manzanares, al ir a cobrar los honorarios del diestro después de su actuación. El empresario le negaba la subida tras los triunfos del torero alicantino en Sevilla y Madrid.
.- Pues en Málaga nos veremos porque yo voy a ser empresario de la plaza el año que viene.
O algo así dicen que contó Matilla que le dijo no se sabe bien si José Luis Martín Lorca, o su yerno, Escribano, a la sazón presidente de los empresarios de hostelería de la Costa del Sol.
¡Claro, la sorpresa fue mayúscula! Y Leticia habló conmigo para que la pusiera en antecedentes de quién era el personaje, al que por otra parte ya conocían empresarialmente desde temporadas anteriores en Burgos.
En realidad en la ciudad castellana no se entendía muy bien aquello de ser empresario de Málaga, si aún Puche no había renunciado a sus prórrogas y mucho menos se sabía qué pliego iba a salir a concurso.
Resuelto el lance dialéctico entre Matilla y Lorca, sin saberse del resultado económico, cosa que no nos importa desde el punto de vista que hablar de dinero es una “indecencia” vino después otro lance, si cabe de mayor envergadura, que acredita las maneras amarquesadas del personaje empresarial. Veinticuatro horas después de haber aceptado la prórroga de Burgos, Martín Lorca renuncia a ella. Esta manera de proceder deja patidifuso al alcalde de Burgos, y a media España, y soy yo el que requiero del auxilio informativo de mi compañera Leticia, que me cuenta el cabreo general de la corporación y los “elegantes” adjetivos que un alcalde bien educado, como suelen ser los del Partido Popular, arroja por su boca, en forma de lenguas de fuego. Según se rumoreaba por las esquinas burgalesas, su renuncia era porque se veía virtual ganador de un concurso en la Malagueta que aún no se había publicado, no necesitando de las migajas de Burgos.
Creo entender que el crédito que este empresario ¿taurino? tiene, está bastante devaluado en su trayectoria, pues es un personaje que nació al taurinismo por haber juntado un par de duros, y que creyó que en este mundo se andaba igual que entre pucheros.
En Málaga se sabe, igual que en media Europa, que las gentes de la nobleza por lo general no militan en partidos de la “izquierda”, ellos son de derechas de toda la vida. No digo franquistas, porque eso no se lleva sobre todo desde lo de la Memoria Histórica y la próxima conversión del Valle de Los Caídos en centro de peregrinación Republicana. No se sabe por tanto quien cundió en la ciudad que Martín Lorca era afín al Partido Popular, y mucho menos que por su cara bonita le iban a dar la plaza de toros. Si fue alguno de los de su comparsa, ya saben de los de “si señor Marqués, como usted pega no pega nadie” flaco favor le hizo al jefe, pues además le puso el sello de cacique... y bien mirado, por mucho que España esté en crisis, eso de los marqueses caciques, ya no es.
Que el pliego al concurso de la Plaza de toros de Málaga no me gustaba, escrito está en este blog. Que era impugnable en algunos aspectos, también. Era y sigue siendo mi opinión después de haberlo estudiado. De manera que entiendo que no le falta razón a Martín Lorca cuando dice que “la experiencia como criterio de valoración es ilegal”, lo entiendo y lo comparto, pues Simón Casas ya lo había hecho manifiesto.
A Martín Lorca le asiste el derecho de la impugnación. Es legal. Es de justicia. Que ahora sea moral o no hacerlo, después de haber sido derrotados, no importa a la razón de la Ley, pero si a la vergüenza torera, que siempre ha sido ley en este territorio toro. Por eso lleva más razón Oscar Chopera, pues sabiendo las normas del juego, todos fueron de mano, cambiaron sus cartas y jugaron el póker que ganaron los vascos.
Ahora cualquier cosa que se aluda, suena a rabieta, y la rabieta bien queda explicada en las líneas de arriba.
Martín Lorca dejó con el culo al aire al alcalde de Burgos, insisto una vez más, del Partido Popular. Supuestamente del mismo partido que los hosteleros malagueños, creyendo que sus amigos del Partido Popular de Málaga, le iban a dar “por la cara” La Malagueta, y cobrarle así, con ese poder, a Manzanares el extra de subida en Burgos ¿? – un decir –
Lo que en realidad le está carcomiendo al Marqués es que se ha quedado compuesto y sin novia. Ni Burgos, ni Málaga. Con una ganadería difícil de sacar “palante”. Y con su orgullo Marqués de Bradomín hecho trizas. Y su prestigio en el mundo del toro, si es que alguna vez llegó a tenerlo, fuera del que sus palmeros le dan, roto.
La Diputación no debería estar tranquila, después de la época socialista, marrullera y falsa, la que ha empezado Bendodo, no consigue poner en verdad, ni en valor, al menos en este territorio toro, la credibilidad de los populares. Las cosas no las hicieron bien desde el pliego, con un corto y pego, con algunos cambios, y ahora le van a crecer los enanos. Léase el articulo magníficamente documentado de mi amigo Pastor en: http://malagatoro.blogspot.com/2011/12/para-que-tanto-asesor.html
Las cosas están cambiando. El mundo está cambiando. En el fondo, muy fondo, alguien estará pensando: “Ser de derechas “pa” esto... que El Valle de los Caídos sea para los Republicanos”.
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