EN LA MUERTE DE DIEGO PUERTA

Me pide mi amigo Juan Cintrano unas letras para rememorar a este gran torero sevillano fallecido hoy. Y no es facil hacer una semblanza de uno de los pilares fundamentales de la transición del toreo. Una transición fundamentada en un cambio social que emergia en los años sesenta y que afecta al arte de la tauromaquia como paso definitivo del concepto puro de los toreros de los cincuenta, como representante exponencial, Antonio Ordóñez, a ese otro toreo bullangero y ligero que introduce El Cordobés, y que tras sucesivas etapas y transformaciones, llega al toreo de hoy. Con matices por supuesto.
Diego Puerta fue siempre un torero respetado. Los purista lo respetaban por su valor, de ahí el apodo de Diego Valor, y los menos puristas, que eran más, como se entenderá, lo respetaban por su valentia. Conceptos que aunque parecidos, tenían un significado extrañamente distinto. El purista justificaba las carencias del toreo de Puerta por su disposición valerosa, y el no purista veía en él la representación máxima de la primera premisa para ser torero.
Siempre me impactó el toreo de Diego Puerta, porque yo no vi en él, a un torero solo lleno de valor con lo que justificar su presencia en las plazas. Diego Puerta encerraba la esencia misma del toreo sevillano, pinturero y atrevido, pizpireto y esencial. Lo vi muchas tardes, claro. Pero mi memoria guarda quizas el que fuera uno de los últimos festivales que toreara. Fue en Marbella, en uno de la Asociación Contra el Cáncer. Traje corto gris. Y miren ustedes, torería... la esencia.
Despues en La Malagueta, durante varias temporadas, sus toros, que procedencian de Juan Pedro Domecq, nos dieron buenas tardes. Con reservas, pero quizás de los pocos toreros ganaderos que acertaran a serlo. Hasta que las fuerzas les fallaron a ambos, á él y a sus toros.
Mis condolencias a la familia y que descanse en paz!!