DESCABELLAR EL AÑO
Este articulo que, puede usted leer, si a bien lo tiene; es el último de este año 2009. Con él apuntillamos también el año taurino al menos aquí en la Iberia, pues en las templadas tierras americanas seguirán el curso de sus ferias. Se baja pues, el telón de un año de tristes y luctuosos acontecimientos de todos conocidos, donde también la barbarie, y la calamidad del mundo en que vivimos, no deja de sorprendernos cada día. En cuanto al balance de lo acontecido en lo puramente taurino, a buen seguro que todos hemos tomado nota de cómo se encuentra el panorama de los toros. Lo cierto es que ha sido una temporada que bien pudiera ser para la reflexión.
Ahora nos disponemos todos a esperar que el próximo 2010 salga boyante y noble como el mejor de los toros. Las cuentas del que hoy echamos patas arriba ya están hechas con los clásicos resúmenes, estadísticas y clasificaciones, tan útiles para pasar el rato y tan inútiles para sacar consecuencias aleccionadoras. Todo pasó, y no parece que fue ayer, sino anteayer o más lejos aún.
Ahora, entre copas de cava y mazapán, mientras abren el toril, salta a la arena este año próximo ¿Cómo será? Por lo pronto, hay que recibirlo con optimismo, con esperanza, con deseos de felicidad, porque el desencanto, la amargura y los males, llegan solos, sin que nadie los llame. Mientras sale el toro, en estos días que los toreros no pasan miedo, donde todavía sus trajes de luces descansan alineados en sus perchas y aun no han cobrado vida... Pronto, sin que apenas nos demos cuenta, lucirán sus destellos en las plazas, inundadas de sol y de gritos. Y la fiesta de los toros seguirá, aunque es bien sabido, se palpa en el ambiente cierta desgana, con una afición muy castigada y exceptica ante los enemigos que de nuevo cuño van surgiendo. Esperemos que no continúen apareciendo más incertidumbres y sobresaltos y que unos y otros, los que más intereses tengan, hagan lo imposible por levantar el ánimo caído que hoy impera en el aficionado. Ocurrirá en cuanto la fiesta recobre de nuevo, la emoción, la prestancia y sus cauces logicos. Confiemos en ello – mientras – Que Dios reparta suerte, a todos.-
Fermín González comentarista onda cero radio Salamanca
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