SALAMANCA 07. HERNANDEZ 1º y 3º, GARCIGRANDE, resto. Tercero encastado. Cuarto manso de libro condenado a negras. Juli, silencio en el lote. Eduardo Gallo, oreja y dos orejas. Cayetano, silencio y oreja.
BANDERILLAS NEGRAS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
En el cerrado de la ganadería de Domingo Hernández ha de haber un picha brava. El picha brava ventea el celo de las vacas y al menor descuido, va y ¡zás! Cumple su misión que no es otra que la de cubrir a la que se menea. El picha brava estaría muy bien si fuera toro bravo, o por mejor decir si fuera semental del encaste. Pero la vaca Fortuna en satisfaciendo su calentura se dejó arreglar por un picha brava que no era del encaste si no de otro que por estas tierras anda y que de resultas da muy buenos solomillos. Se es en Salamanca muy proclive a comer carne de morucha que es como se denominan a tan soberbias viandas.
La vaca Fortuna tuvo un desliz con el morucho de turno y de resultas a los nueve meses nació Fortunito al que marcaron con el numero 92 y que nadie reparó en que su sangre no era la que tenía que ser. No se le hizo la prueba del adn.
Se corrió, lo de lidiar es otra cosa, en La Glorieta, y claro como fallaba la sangre cantó la gallina y se declaró manso de solemnidad. Morucho de tomo y lomo que fue condenado a banderillas negras. Parecía que estas banderillas estaban desaparecidas (en Andalucía si) pero en Castilla se ve que no. Claro Soriano debió pensar que allá no hay mansos y que acá es lo común.
El resto del encierro desigual, altiricones algunos, chico el primero y basto el sexto. Invalido el primero aunque noble. Segundo y sexto manejables. Tercero encastado y quinto bueno. Los más sospechosos de testas, todos astigordos y cornicortos primero y quinto.
El Juli trasteó al inválido primero sin trascendencia e importancia. Un natural y uno de pecho como buenos. Dos pinchazos y una trasera y caída. Con el morucho hijo de la vaca Fortuna no se dio coba y cobró un pinchazo, media atravesada y tres descabellos.
El paisanaje le dio la puerta grande a Gallo y el presidente Tello consintió. El presidente Tello, que es del cuerpo, se pone muy colorado cuando le abuchean, se diría que le sube la tensión. Se ve que para ser presidente chufla lo mismo da que se sea policía que seglar.
La primera faena del salmantino muy deslavazada. Sin centrarse. No dio ni un muletazo bueno y todos enganchados. Se pegó un arrimón y le sopló un bajonazo. En la faena al quinto solo le dio una serie buena por el derecho. Por el izquierdo no quiso hacer el esfuerzo y entre dimes y diretes le arreó unas bernardinas finales muy aclamadas por el respetable y le recetó una estocada caída.
Cayetano llenó la plaza de mozas y no tan mozas que a cada vez le gritaban guapo y que, ¡que buen culo tienes! Los hombres celosos no le pegaban un olé de manera que en toda la plaza los únicos olés que se oían eran los de las mujeres. ¡Así está el toreo! lleno de majas que solo se fijan en los culos de los toreros y con disimulo, algunas, las menos, en los paquetes. En verdad Cayetano tuvo el mejor lote. Con el encastado tercero nada hubo porque el viento, de la tormenta que pasó rozando los tejadillos de La Glorieta, no dejó colocarse y mover los engaños. Aquello fue un querer y no poder. Media trasera caída y dos descabellos. En el sexto muy despegado, lo llevó y lo trajo sin torearlo y de resultas muy vulgar y chabacano. Estocada trasera.
¡Aquí paz y allí gloria!
BANDERILLAS NEGRAS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
En el cerrado de la ganadería de Domingo Hernández ha de haber un picha brava. El picha brava ventea el celo de las vacas y al menor descuido, va y ¡zás! Cumple su misión que no es otra que la de cubrir a la que se menea. El picha brava estaría muy bien si fuera toro bravo, o por mejor decir si fuera semental del encaste. Pero la vaca Fortuna en satisfaciendo su calentura se dejó arreglar por un picha brava que no era del encaste si no de otro que por estas tierras anda y que de resultas da muy buenos solomillos. Se es en Salamanca muy proclive a comer carne de morucha que es como se denominan a tan soberbias viandas.
La vaca Fortuna tuvo un desliz con el morucho de turno y de resultas a los nueve meses nació Fortunito al que marcaron con el numero 92 y que nadie reparó en que su sangre no era la que tenía que ser. No se le hizo la prueba del adn.
Se corrió, lo de lidiar es otra cosa, en La Glorieta, y claro como fallaba la sangre cantó la gallina y se declaró manso de solemnidad. Morucho de tomo y lomo que fue condenado a banderillas negras. Parecía que estas banderillas estaban desaparecidas (en Andalucía si) pero en Castilla se ve que no. Claro Soriano debió pensar que allá no hay mansos y que acá es lo común.
El resto del encierro desigual, altiricones algunos, chico el primero y basto el sexto. Invalido el primero aunque noble. Segundo y sexto manejables. Tercero encastado y quinto bueno. Los más sospechosos de testas, todos astigordos y cornicortos primero y quinto.
El Juli trasteó al inválido primero sin trascendencia e importancia. Un natural y uno de pecho como buenos. Dos pinchazos y una trasera y caída. Con el morucho hijo de la vaca Fortuna no se dio coba y cobró un pinchazo, media atravesada y tres descabellos.
El paisanaje le dio la puerta grande a Gallo y el presidente Tello consintió. El presidente Tello, que es del cuerpo, se pone muy colorado cuando le abuchean, se diría que le sube la tensión. Se ve que para ser presidente chufla lo mismo da que se sea policía que seglar.
La primera faena del salmantino muy deslavazada. Sin centrarse. No dio ni un muletazo bueno y todos enganchados. Se pegó un arrimón y le sopló un bajonazo. En la faena al quinto solo le dio una serie buena por el derecho. Por el izquierdo no quiso hacer el esfuerzo y entre dimes y diretes le arreó unas bernardinas finales muy aclamadas por el respetable y le recetó una estocada caída.
Cayetano llenó la plaza de mozas y no tan mozas que a cada vez le gritaban guapo y que, ¡que buen culo tienes! Los hombres celosos no le pegaban un olé de manera que en toda la plaza los únicos olés que se oían eran los de las mujeres. ¡Así está el toreo! lleno de majas que solo se fijan en los culos de los toreros y con disimulo, algunas, las menos, en los paquetes. En verdad Cayetano tuvo el mejor lote. Con el encastado tercero nada hubo porque el viento, de la tormenta que pasó rozando los tejadillos de La Glorieta, no dejó colocarse y mover los engaños. Aquello fue un querer y no poder. Media trasera caída y dos descabellos. En el sexto muy despegado, lo llevó y lo trajo sin torearlo y de resultas muy vulgar y chabacano. Estocada trasera.
¡Aquí paz y allí gloria!
1 comentario:
Ya se sabe le paisanaje, en cuanto le mientas la tierra, te endiñan dos orejas. No me vale.
Lo de Cayetano previsible, ya decia el refran: Quien siembra vientos....., por lo tanto a la TV a vender intimidades de la entrepierna.
En Paracuellos que no son somos gente de mal pensar, preguntamos si en la corrida de Salamanca de Tomas y Ponce, si este ultimo no se lesiona, ¿hubiera venido Tomas?
Si hubiera venido Tomás, se hubiera lesionado de todos modos Ponce?
Salud.
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