UNA PLAZA INDEFENDIBLE, UNA LOCURA COLECTIVA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
A la Plaza de Toros de La Malagueta no han concurrido ni los Lozano, ni los Chopera, ni los taurinos más representativos e importantes del mundo del toro. Con sus defectos y sus virtudes los profesionales del empresariado taurino, no los advenedizos ladrilleros o portuarios. Por algo será.
Entre los taurinos se dice que esto está "mu difisil" que los propietarios de las plazas quieren acabar con esto poniendo esos cánones tan altos. Y a lo mejor llevan razón teniendo en cuenta que España es ya un país rico y sobra el dinero que algunos pueden y quieren perder en el negocio de los toros. La Malagueta es en opinión de casi todos una plaza indefendible y en la opinión de todos una locura, aunque debe ser una locura colectiva porque al final casi todos van a por ella, igual que casi todos van a por todas. Lo que ocurre es que cada vez entre los empresarios hay menos profesionales taurinos. En verdad toda esta locura la han alimentado ellos por los desmanes que han hecho en la fiesta. Así se han fijado en ella los que teniendo mucho no les importa dejar las migajas, cosa que perjudica más que ennoblece.
Hay razones para que los grandes no estén en Málaga, lo primero la politización a la que está sometida la plaza. La Diputación mayoritaria del PSOE controla un negocio de más de 300.000 € al año. Los diputados del PP se abstienen en la votación de aprobación del pliego por chovinistas y las minorías se pegan al carro que más tira. Hay quien dice que el pliego se ha hecho para volvérsela a conceder al Marqués de Fuengirola y a su yernísimo y verán como al final de este articulo casi habrá que bendecirlos.
Otra razón por la que no están los grandes del empresariado es el canon que aunque se ha bajado de 300.000 € a 250.000 € parece una cantidad muy especulativa para una propiedad publica. Soy de la opinión de que ningún elemento patrimonial debe de ser motivo de especulación sino más bien de integración y difusión por el que los ciudadanos, verdaderos dueños del patrimonio, lo disfruten.
De momento uno de los que han presentado papeles la justicia lo ha apartado de la competición. Caldas en la cárcel por lo de Marbella. Los demás harán el esfuerzo pero hay que subir mucho el canon para sumar puntos, hay que bajar mucho los abonos para sumar puntos y hay que calcular las perdidas de los festejos fuera de feria para no ir a la ruina. Por eso los ladrilleros también medran en lo taurino porque son los únicos que se pueden permitir el lujo de perder dinero.
Simón Casas pone la experiencia y se aprovecha de la imagen de Rivera Ordoñez que está en decadencia taurina y de la de Javier Conde que está en franca retirada. Claro que ambos están más fuera de esto que dentro. En realidad quien mandaría sería Curro Conde y Puche que es el ponedor. Las posibilidades de ganar se reducen debido a que lo que parece imagen será oscuridad para los políticos y no decidirán por que les lluevan criticas. Hay elementos de la sociedad que los malagueños no aprecian mucho.
Fernando Sanz, Pedro Pérez Chicote, Emilio Miranda y Jesús Araujo no tienen solidez entitaria. Los taurinos: Chicote y Miranda, más Emilio que Chicote, les sacaran las castañas del fuego a los del puro que son los ponedores Araujo y Sanz, los dos por distintas ramas provenientes del ladrillo. La mesa de contratación no vería con buenos ojos al siempre mal humorado Fernando Sanz. Además es futbolero.
Carlos Corbacho y Pepe Luis Román son los únicos íntegramente taurinos que se presentan aunque quizás les acompañe un apellido con el que ellos siempre han estado muy ligados, los Quesada. Estos empresarios costasoleños conocen muy bien el paño y serían capaces de dar una sorpresa por el pliego razonable que presenten y por su experiencia profesional, aunque quizás su mayor handicap para alcanzar la plaza sea precisamente lo razonable de la oferta. Verán para puntuar más que los otros hay que ofrecer más dinero que los otros y eso razonablemente no se puede hacer si es que se quiere defender lo que se invierte. Además otra cosa son los apoyos políticos que cada empresario tenga y obviamente tienen que ser apoyos socialistas y en verdad al menos Pepe Luis Román no creo que los tenga.
Oscar Chopera me dijo este verano que ellos no vendrían a Málaga porque alabando el trabajo que había hecho el Marqués de Fuengirola, ellos no se sentían con fuerza en esta plaza, que su seguridad estaba en las que tenían en el norte. Y Manolo Camará me acaba de decir que ha desistido de presentarse porque echándole números a la cosa ha visto que si se le quería ganar a Martín Lorca había que ofrecer más dinero, que había que rebajar los abonos, imposible un 40 %, pero que había que ponerse en competición y que además había que contribuir con las otras cosas que tiene el pliego siempre al alza. Camará tenía los apoyos monetarios y los políticos y le ha bastado una simple regla de tres para darse cuenta de que dar un cartel con, pongamos por ejemplo, Ponce, Rivera y Cayetano, con toros de Fernando Domecq supondría, a aforo lleno, una palmatoria de 180.000 €. Camará estaría dispuesto a ofrecer a la sociedad su trabajo gratis pero no a quitarle el pan a sus hijos. A los ponedores no les importaría perder dinero porque según ellos luego negociarían a la baja una vez terminado el primer año.
¿Quiénes quedan por lo tanto? Los anteriores empresarios. Los políticos los conocen y harían verdad la máxima aquella de más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Además aunque el Marqués de Fuengirola se lleva mal con el presidente de la Diputación, se lleva bien con Fraile (presidente del Patronato de Turismo) que al parecer le debe muchos favores personales a aquel. Pero quien está suavizando las tensiones del marquesado con los políticos es el yernísimo José Carlos Escribano a fuerza de talante.
Todo pues se verá dentro de unos días. Pero este pliego sigue siendo de locos, quizás algún día lo comente.
14 noviembre 2006
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