07 noviembre 2006

TERCER MILENIO

Lo que en este articulo nos sugiere García ya lo apuntaba en el año 60 Gregorio Corrochano. El toro debe ser toro para que el lidiador pueda dar lidia. Por ello en ABC publicó una serie de mandamientos para enseñar al publico. Lo que ya se vislumbraba a mediados del pasado siglo, Pepe García nos lo recuerda a primeros de este: "Para que exista el reto, preciso es que exista el toro, el toro auténtico y verdadero: con su edad, con su integridad física, con poder y agresividad que, una vez en la Plaza, plasmará en mayor o menor brava acometividad.- Pasen y lean.


TERCER MILENIO

Nuevo siglo, nuevo milenio.- Resulta imposible no formular deseos ante el cambio cronológico que una buena parte de la Humanidad celebra, afectados todos –unos en mayor medida que otros- por la idea un tanto convencional de que el cumplimiento de un gran tramo de tiempo está cargado de trascendencia mientras que el paso de un minuto se pierde en la futilidad.- En definitiva, tomamos con ello conciencia histórica: rememoramos y conmemoramos, nos reconocemos como colectividad y como individuos, que no es poca ni mala cosa.-
Por tanto, uno, como cada hijo de vecino, imbuido también de esta conciencia milenarista, no se resiste a la tentación del análisis ni a la expresión de sus más vehementes deseos sobre esta pequeña pero hermosa parcela de la realidad que es el Arte del Toreo, la Fiesta de los Toros.-
El Arte del Toreo: definido y fijado magistralmente a principios del siglo XX por Joselito y Belmonte, decantado, depurado y estilizado en las décadas posteriores por otros muchos insignes intérpretes; regulado y controlado por unas Administraciones que muchas veces no creían en él, apoyado y defendido por el calor popular, ensalzado y glosado por multitud de intelectuales y artistas, denostado por otra buena porción de ellos, y, por último pero no menos importante, manejado por los estamentos taurinos que entre sí mantienen auténticas relaciones de poder.-
El Arte del toreo, que no consiste en otra cosa que en, tras desafiarlo, conducir al toro hasta su muerte tras hacerle recorrer el camino de la lidia.- Lidia y toreo son las dos caras de la misma moneda: cada lance, cada pase ha de tener un por qué y un para qué, nada debe ser gratuito ni erróneo porque la factura a pagar puede resultar muy cara.- El Arte del toreo, donde lances y pases son el qué y la lidia su porqué.- El Arte del toreo: un reto que se gana cumpliendo un rito.-
Para que exista el reto, preciso es que exista el toro, el toro auténtico y verdadero: con su edad, con su integridad física, con poder y agresividad que, una vez en la Plaza, plasmará en mayor o menor brava acometividad.-
Para que exista el rito, preciso es que se ejecute el toreo por el torero.- El toreo, que no es lo mismo que dar pases.- Parar, templar, mandar y ligar son sus principios o mandamientos.- Torear no es dar dos pases y un paseo, torear no es simplemente acompañar al toro ni hacer de enfermero con un animal renqueante; torear es poder, domeñar, dominar al poderoso.- Al toro.- Sin toro, por tanto, no hay toreo.- Los que se pierden en las puras formas han de saber que lo bonito es enemigo de lo bello, que el esteticismo es el mejor certificado de defunción de cualquier arte.- Por el contrario, los amigos del reto puro y duro no hacen más que instalarse en la barbarie, en una montaraz y brutal actividad que sólo agrazón y repugnancia produce.-
Reto y rito, reto ritualizado: toreo.- O lo que es igual: que el toro sea toro y el torero, torero.- Para que florezca la verdad del toreo.- Ése es mi deseo.-
Mi petición se dirige, por tanto, a quienes de una forma u otra conforman la realidad de la Fiesta (Administración, crítica, público, afición, estamentos taurinos): pónganse, pongámonos todos al servicio de su verdad y no la manipulemos para servirnos de ella.-
Un poco más de fuero y un poco menos de huevo.- Es necesario; es difícil; es posible.-
Almería, 25 de diciembre de 2000. -


JOSE GARCIA SANCHEZ

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