UNA DE REJONES
Por Agustín Hervás
En los carteles de Sevilla no aparece el nombre de Pablo Hermoso de Mendoza y es a causa de la exigencia del caballero navarro quien pedía una corrida de tres rejoneadores. El hijo de Canorea se la negó y así pudo atender a todos los compromisos sevillitas. Pablo no aceptó otra componenda porque lo tiene muy claro. Yo no voy a decirle al empresario como tiene que hacer su feria - el domingo llenó la Maestranza en tres cuartos - pero si le agradezco que no haya incluido en los de este año a Luis Valdenebro.
He defendido siempre la dignidad de las corridas de rejones y he combatido las de seis toros para cuatro jinetes. He ensalzado las de seis toros para tres rejoneadores y no me han preocupado las de seis para seis. Pero el pasado domingo en la Maestranza me he convencido de que tampoco deben ser así aunque la lucha sea de igual a igual, la suerte de los caballeros se reduzca y sobre todo porque he comprobado como el espectador se atora. Ve muchos caballos, a veces muchos caballazos y no sabe muy bien discernir entre lo bueno y lo malo que sucede por allí.
Lleva pues razón Pablo Hermoso de Mendoza en pedir lo que pide y en defender lo que defiende: seis toros para tres rejoneadores y precisamente en Sevilla y Madrid son ferias donde esto se puede dar ya que hay fechas para ello.
Nunca he entrado en la costumbre de sacar por la Puerta del Príncipe a los matadores que cortan tres orejas en una tarde, pero no me parece bien, es más, me parece una injusticia haber sacado a un rejoneador por ella después de cortar dos en un solo toro sin verlo con otro toro. Es evidente que queda minusvalorada la salida del Cid con la de Rui Fernandes.
El toro tercero de Murube fue colaborador aunque justo de fuerzas, el portugués puso dos rejones de castigo habiendo fallado un intento por no medir bien la distancia y la acometividad, y en banderillas anduvo bien con el caballo bayo en la primera parte, mal en la segunda parte del tercio. Les explico: ahora a los rejoneadores les ha dado por cambiar de montura a mitad del tercio de banderillas para luego poner rosas y las cortas y Rui hizo lo propio y sacó un precioso caballo castaño que precipitó en los pitones del burel en dos ocasiones. Clavó rejón de muerte provocando derrame y entonces se produjo la consecuencia de los duendes. En realidad lo que pasó es que se había concedido la oreja muy rápidamente y dudo que el respetable se percatara de ello porque el Usía había escondido el pañuelo, se siguió pidiendo lo que para la mayoría era la primera oreja y para el presidente era la segunda, se pidió tanto hasta que cayó y con ello la posibilidad de salir por tan codiciada puerta.
El resto de los caballeros como sigue:
Leonardo Hernández con un toro parado y soso estuvo vulgar y como de faena de pueblo, sin emoción.
Luis Domecq con un Murube que buscaba tablas aunque respondió bien en banderillas estuvo correcto y ortodoxo en el segundo tercio matando muy bien. Una de las veces que mejor he visto matar desde un caballo. Nada más que por ello se mereció la oreja que cortó.
Martín Burgos vasto en la monta estuvo vulgar en el oficio con un toro que se dejó y con el que sólo pudo destacar en dos quiebros ligados con el violín.
Otra oreja cortó Alvaro Montes al mejor toro del encierro por una brega efectista y una monta hosca.
Finalmente Sergio Galán con el toro más parado le costó trabajo medir bien las distancias lo que le provocaba pasar en falso y aunque puso espectacularidad no remató al clavar.
De la corrida del 17me interesará ver a Antonio Domecq por si se ha recuperado totalmente de su lesión de columna ya que la pasada temporada no estaba bien y al hijo de Joao Moura que en los carteles se anuncia como Moura Caetano y al que el padre le ha cedido el puesto que todos los años tenia en Sevilla. ¿Cómo estará Sevilla de compromisos que no pueden estar padre e hijo en un mismo cartel? O si lo prefieren ¡Qué temeridad presentar al chaval en una plaza de tanta responsabilidad!
08 abril 2005
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