Los hermanos Lozano han ganado el concurso de adjudicación de la plaza de Toros de Las Ventas. Sí, los mismos que lanzaron la carrera de Palomo Linares.
Se habla de su profesionalidad, de su reconocida
profesionalidad. No puedo ponerla en duda, pero sí sé algo de la etapa de
cuando apoderaron a Espartaco: corridas chiquititas y muy arregladitas y ese
despotismo con el que se enfrentaban a todo, síntoma del poder, claro.
El amiguismo político ha hecho de las suyas. Su amiguismo con
el ministro Múgica. Lo triste es que esa sensación de pucherazo y teatralidad
que se le ha dado al tema, se haya visto culminado con la razón de los necios
porque estos socialistas nos creen tontos. Antes las recomendaciones, que
estaban a la orden del día, nos disgustaban, pero se tenía la dignidad de
taparlas. Hoy, que triste es, el recomendado te lo dice a la cara.
En el año 1987, un domingo de corrida en Marbella toreaba
Espartaco. Acudí al Hotel Meliá Don Pepe, donde se alojaba el torero de
Espartinas, junto a Pepe Bernal, crítico taurino de Radio Cadena Española en
Marbella y la revista Imagen de Marbella.
Junto a los ascensores nos cruzamos con Rafael Moreno que entonces
era crítico taurino y hoy es apoderado de Espartaco. Rafael nos saludó
esbozando una sonrisa entre su barba canosa y Pepe Bernal respondió con otra.
La sonrisa más torera que yo haya visto jamás; la comisura de los labios
entreabierta dejando ver los dientes por el lado derecho, la mejilla hacia el
centro del carrillo, replegado.
Pepe Bernal me hizo un comentario:
.- A este lo he visto torear y lo hace con bastante soltura e
inteligencia.
Nos sentamos en los taburetes de la barra del bar y pedimos
cerveza.
Eduardo Lozano sentado frente a nosotros fumaba su habitual
puro y departía con dos amigos. Vio a Pepe y lo saludó sin levantarse de su
asiento.
.- Hola Pepe, ¿Cómo estás? ¿Bien?
.- Superior – contestó Pepe, seco y con un punto de enfado –
Nosotros seguimos a lo nuestro hablando quizás de cosas
intrascendentes, yo preguntando pues ansiaba conocer cosas del toro y él
respondiendo con el arte y el magisterio que le caracterizaba.
Dejó el importe de la consumición y unas monedas más de
propina. Nos dirigimos a la salida y al pasar por delante de Eduardo Lozano le
dijo:
.- Esta noche tengo 101 tribunas.
Eduardo asintió con la cabeza, sonrió dejando ver sus dientes
mordiendo el puro, como diciendo: “Está viejo”.
Pepe se refería a las tribunas de las emisoras de Radio Cadena
y a la página que escribía en Imagen de Marbella donde hacía sus crónicas
taurinas.
Pepe echó de menos que Eduardo se levantara a saludar a una
vieja gloria del toreo como había sido Pepe Bernal desde su época de apoderado.
Genio y figura.
A veces el poder (los Lozano tenían poder) quita las buenas
maneras, las mejores costumbres y aumenta la mala educación.
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