Plaza de toros de las Arenas en Barcelona.
Foto de interempresas.net
Plazas de Toros en Barcelona ( I )
Fecha: jueves 31 de diciembre de 1998
Ahora que de nuevo vuelve a estar de actualidad, triste actualidad, la barcelonesa plaza de toros de Las Arenas, abandonada a la suerte de no se sabe quien... y, la prohibición a los menores de 14 años de poder acceder a las plazas de toros catalanas, bueno es recordar la capacidad taurina que la singular Barcelona tuvo en su día al igual que otras comarcas de las tierras gerundenses y tarraconenses. No se trata de volver la vista al pasado (aviso a navegantes) se trata de poner de manifiesto que Cataluña fue y debe continuar siendo alguién dentro del mundo taurino. No podemos estar de acuerdo, ni los aficionados catalanes, muchos o pocos, ni los del resto del mundo taurino que, unos políticos electos ¡¡SI!! pero también probablemente incapaces de dar soluciones a problemas más acuciantes se dediquen a legislar en contra de la Fiesta de los Toros.
PLAZAS DE TOROS DE BARCELONA
En marzo de 1827 Fernando VII concedió a la Casa de Caridad de Barcelona el privilegio de organizar ocho corridas de toros en la ciudad Condal. Esta Real Orden dió lugar a que años más tarde, el 22 de mayo de 1834 se le hicieran a aquella institución benéfica proposiciones concretas para construir una plaza de toros donde celebrarlas.
Una série de contratistas de obras, entre los cuales figuraban los señores Juan Vilaregut, Mariano Coll, José Sagristá y Manuel Deocom, se comprometieron mediante firma notarial ante don Manuel Planas, construir una plaza de toros de acuerdo con los planos del arquitecto don José Fontseré y Doménech.
Las obras se iniciaron el día 1 de junio de 1834 y se desarrollaron con tal rapidez que el sábado día 26 de julio se celebró la primera corrida de toros. Un mano a mano entre los matadores Juan Hidalgo y Manuel Romero «Carreto», que lidiaron toros navarros de Ibar, Guendalain, Lizao y Pérez Laborda.
A la nueva plaza de toros la bautizaron como «plaza de toros Sport» y estaba enclavada entre la estación de ferrocarril M.Z.A., conocida más tarde como «estación de Francia» y el popular y marinero barrio de la Barceloneta. Más tarde la plaza tomó el nombre del barrio.
La plaza de la Barceloneta podia acoger 12.000 espectadores, tenia un redondel de 54,86 metros de diámetro. Ocho puertas daban acceso a los tendidos, y cuatro a los palcos, gradas y andanadas. Habia naturalmente puerta de arrastre, cuadras, corrales y almacenes.
En 1935, el 25 de julio, diada de Sant Jaume (San Jaime) trás celebrar la verbena se vistieron de luces los toreros Manuel Romero y Rafael Pérez de Guzmán, hijo de los condes de Villamanrique, para vérselas con reses de Zalduendo que dieron tan poco juego que se armó la «marimorena».
Fue tal el escándalo que se armó que sirvió de pretexto para iniciar un motin popular que terminó con la quema de conventos y asesinatos de frailes.
Las autoridades del momento, alarmadas por la reacción suspendieron las corridas de toros, en principio, hasta el año 1841. El séptimo batallón de voluntarios realistas consiguió levantar la sanción y se hicieron cargo de organizar una corrida y siete novilladas.
La Casa de Caridad en 1844 concedió la titularidad de la plaza de toros a los empresarios constructores quienes, de nuevo se vieron "frenados" por la autoridad y, hasta el 29 de junio de 1850 no consiguieron permiso gubernativo para celebrar una corrida en la que intervinieron José Redondo «El Chiclanero» y Julián Casas, matando toros de Carriquiri y López Murillo.
José Real
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