13 marzo 2016

VALENCIA. FALLAS 2016. ¡PELIGRO! TOROS BRAVOS.

Publicado en la revista El Burladero del 30 de junio de 1965

Uno no acaba de creerse que con tanta agua como tiene el vino de Adolfo Martin, las figuras no le maten la camada. Es verdad que esa agua, léase nobleza, no es bobalicona, sino que tiene su puntito de molestia como han podido comprobar los toreros acartelados hoy. La nobleza de los Adolfos requiere firmeza, colocación y entrega bastante y suficiente como para no distraerte porque si no, vuelas por los aires como le pasó a Ureña.
Se dice con verdad que el público no está acostumbrado a tanta bondad en tan otroras veces manifiestas fieras. Y a pesar de ello, a un servidor le ha gustado la corrida y ha echado de menos otra cosa en los toreros. Quizás sorprendidos, quizás impresionados por lo que les embestía, que no era aquello para lo que venían. Aún y así había que guardar cuidado.
Era una alegría la plaza pues con el asunto de la manifestación protaurina, casi se llenó el aforo. Y bien está lo que bien acaba, porque en una ciudad políticamente invadida por la intolerancia al toro, solo contrarrestaron a cuarenta mil protaurinos, veinte antitaurinos. Y lo más significativo fue que hoy si se pronunciaron todos aquellos profesionales, que este invierno estuvieron callados. 
También fue una alegría saber que al tiempo que esto se verificaba en Valencia, en Madrid, en la sede de la Peña los Areneros se entregaban los trofeos a los ganadores del certamen de dibujo taurino, infantil y juvenil, que todos los años patrocina esta afamada peña. El toreo es cultura.
Luego en el ruedo, dos cosas merecedoras de cita. La faena al tercero que Ureña enjaretó. De pureza, de verdad. Y el trasteo de Rafaelillo al cuarto, lleno de oficio, y tirando de Cossío. Ambas merecedoras de orejas, que se llevaron en el esportón, los susodichos. 
Rafaelillo con el primero nada que contar, se paró el toro. Y Ureña con el sexto puso temple y ganas ante uno que se dejó con sus cositas. Falló a espadas.
Escribano debería replantearse sus numeritos con los palos. No sé, practicarlos, ejercitarlos, matizarlos y hasta olvidarlos, pues no necesita de esta suerte que hace con vulgaridad, teniendo un sentido del temple tan desarrollado y demostrado con el capote, toreando a la verónica y con la muleta, aunque hoy no haya sido su mejor tarde. 
En toda la tarde la gente y un servidor, no paramos de gritar libertad.
¡Aquí paz y allí gloria!

13 de marzo, 3ª de Fallas. Casi lleno. Toros de Adolfo Martín desiguales de presentación, el sexto avacado grandón, segundo y tercero mas terciados. Nobles, sin peligro, tercero u  alipendi, cuarto quedándose corto.  
Rafaelillo: pinchazo y estocada, silencio. Estocada, aviso, oreja. 
Manuel Escribano: pinchazo, tendida caída y trasera, descabello, aviso, descabello, silencio. Media traserita, saludos.
Paco Ureña: trasera caída, oreja. Dos pinchazos, media defectuosa, aviso, descabello, se echa, silencio.

1 comentario:

malagueto dijo...

Para rematar un gran día taurino en Valencia, esta mañana se celebró un espectáculo de recortadores. Pusieron emoción los toros de Adolfo Martín y los recortadores. Plaza a reventar y gentes sin poder entrar. No da tiempo a distraerse, aquí no se comen pipas, los muchachos que cobran muy poquito, sí se juegan la vida de verdad. La corrida ha estado mejor presentada que la de la tarde y eso ya es dar emoción que con la valentía de los toreros, emociona cantidad.
He dicho toreros y con más redaños que muchos que se visten de luces.

Saludos