21 febrero 2014

“Sin papel” para escuchar al ganadero Adolfo Martín.


El Museo Taurino de Roquetas de Mar se quedó “sin papel” para escuchar al ganadero Adolfo Martín.
Durante la entrevista, Benjamín Hernández Montanari, Presidente de la Plaza de Toros de Almería, fue deshilando la historia de la ganadería herrada con una V, y del propio ganadero.



El ganadero Adolfo Martín. Eloisa Cabrera. Bejamín Hernández
El Museo Taurino de Roquetas de Mar, abarrotado, acogió el coloquio que comandado por el presidente de la Plaza de Toros de Almería, Benjamín Hernández, tuvo como principal protagonista al ganadero Adolfo Martín. El acto fue presidido por la Teniente Alcalde, Eloísa Cabrera, que agradeció la presencia en la localidad “de un hombre amante fiel de la fiesta y ganadero de toros muy distintos al resto, con bravura y gesto vivaz y pícaro, que mezclan a la perfección con la nobleza”. La Teniente Alcalde de la localidad hizo una defensa de la fiesta, “desde Roquetas estamos trabajando de forma convencida, con compromiso y mucha humildad, para ganarnos un espacio entre los que enseñan su banderilla en defensa de la fiesta, reciben al bravo con la respeto de la historia y encasillan la lucha en el albero como parte de la herencia que nuestros hijos tienen derecho  a disfrutar”.
Por su parte, Adolfo Martín Adolfo empezó explicando cómo es un toro de Albaserrada “cuyos inicios se remontan a 1854”, y como el cruce de los de Saltillo y Santa Coloma en la segunda década del Siglo XX “fue determinante para obtener el toro que hoy podemos disfrutar”. Un pasaje emotivo de la entrevista fue cuando relató la terrible cogida que tuvo en 2012 en su finca dónde “en ningún momento perdí la conciencia y la que me dio una experiencia real de cómo embiste este maravilloso animal”. Adolfo Martín concluyó  que “el toro del futuro tiene que ser encastado y bravo ya que en ello, está un gran porcentaje de la supervivencia de la fiesta”.
Durante la entrevista, Benjamín Hernández, mostró fotografías y videos que resumieron la vida de este ganadero “de padre y madre”, como él mismo reconoció.


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