JOSE MARÍA VALLEJO: ATIPLADA VOZ Y VEHEMENCIA ARGUMENTAL.
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
El asombro es algo emocional. La noticia me derrota. Mi amigo Pastor me da el mazazo y el cuñado de José María, Juan Ortega, me remata.
A veces un hombre de radio, se queda sin palabras. Pero también me quedo sin letras. Me está costando trabajo asimilar la trágica noticia, y los dedos se me agarrotan.
.- Debe ser el frio
.- Agustín – me dijo un día, ¡ya ve usted en la misa funeral de su esposa! – Mira mi nieto, - orgullo de abuelo –
José María empatizaba conmigo porque sabia que recientemente habíamos traído los hijos de mi mujer de Ecuador
En realidad cuando nos veíamos José María me saludaba como “El Cateto”, con cariño, me recordaba que yo era de pueblo y me había enseñado los primeros pasos en esto del periodismo taurino.
Era en Fuengirola, en una de las corridas que se daban por la feria. Acudimos al sorteo y decidimos comer juntos y echar el rato hasta la hora.
Y efectivamente, a partir de aquella conversación, aprendí a interiorizar el toreo. Aprendí a saber comprender la magia de esto que tanto amamos.
Coincidimos muchas tardes en el tendido. Y solo con mirarnos también coincidíamos en las apreciaciones.
Defendió Vallejo con su atiplada voz pero con vehemente energía los argumentos del toreo puro, de la verdad y de la integridad de la fiesta, y nunca jamás, haciendo gala de su independencia, se mostró sumiso a los guiones de los programas de Moles.
Una noche después de dar las crónicas de una corrida en la Costa, él para su casa y yo para la mía, me llamó:
.- ¿Oye cateto, tu que le has dicho a Mariví del Litri?
.- Pues qué quieres que diga…
.- Es que me han llamado de Huelva poniéndome a parir
.- Pues he dicho seguramente lo que tu, que no ha dado un muletazo bueno y ha sido el triunfador de la tarde
.- Ya decía yo
Y en realidad el no había entrado todavía con Moles
Estuve junto a él, la última vez, codo con codo, en la comida de presentación a la prensa de Málaga de la nueva empresa Chopera. Parecía un becario, preguntaba y repreguntaba, nos llevaba a los demás con la lengua fuera y casi no nos dejaba meter pieza… mostraba tanto interés y tanta ilusión en el proyecto, como ganas que de una vez por todas en su Málaga, las cosas del toro fueran bien. Fueran de una vez por todas bien.
Ya te has muerto, José María, joder. Ya te has ido y no nos has dejado escrito una nota de despedida que hubiera sido una lección de todo lo que sabias de toros. Ya te has ido y has dejado un vacío enorme. Ya no sé, dime dónde busco, dónde encuentro tu voz y tu sabiduría, para cuando me pierda volver a encontrarme. Joder, José María, te echaré de menos incluso cuando tratabas de convencernos de lo bueno que es Talavante, el último de los toreros en los que has creído.
4 comentarios:
¡Por caridad, vehemencia es con "ve" de vaca!
lleva usted razon, aunque no es disculpable, en el texto sí iba bien escrito, pero es imperdonable el error en los titulos!!! lo siento!!!!
DESCANSE EN PAZ.-
Se pierde un gran crítico "constructivo" de la Fiesta.
Descanse en Paz.
Pedro Ruz Ramos
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