10 octubre 2007

HE VISTO AL CID CON PELO


Fotos. Archivo. El Cid en Sevilla año 95

HE VISTO AL CID CON PELO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio


En una feria de Fuengirola, el mozo de espadas José Luis Valiente, me presentó a un chaval sevillano que andaba con él en el tendido viendo la corrida de toros. Valiente que sabia de mí por la época en la que Mariví Romero dirigía el programa Plaza de Toros de la Rueda de Emisoras Rato, no se excedió en piropos, es más fue parco. Me dijo "mira aquí te presento a Manuel Jesús Cid" le di la mano, le pregunté si era novillero, me dijo que sí, le pregunté a Valiente si lo apoderaba y me contestó que le ayudaba. José Luis es un romántico de esto y a todo chaval que veía que tenía "algo" le ayudaba como podía. Por aquellos años en Sevilla conoció a El Cid y hasta la fecha de hoy sirviéndole las espadas. Añadió una cosa más "este torea más bien que la mar"
Aquel día yo conocí al Cid con pelo, con bastante más pelo que ahora, y otros también lo vieron y lo cantaron, como Joaquín Vidal.
Es bueno que el interlocutor del blog, que firma como Arenero, se haya acordado de él. El Cid no es un torero fotogénico (por eso he puesto esas dos fotos, porque es la fotogenia que nos interesa del Cid). Es un torero sencillo. El Cid no es un torero falso. Se le nota cuando está bien y cuando está mal. Pero dentro de esto lo más importante es que ha llegado hasta esta temporada, piano, piano. Con la espada y la muleta en la mano, pasando por Sevilla, Madrid y Bilbao, entre otras plazas, diciendo el toreo.
He citado a Joaquín Vidal, que también lo vio con pelo. Pues ahí va un recuerdo de este gran maestro de la critica taurina y de la literatura, haciendo lo propio de El Cid.


FERIA DE SAN ISIDRO
El Cid y la oreja
Quinta / Cid, Hugo, Millán
26 mayo 1999
Se puso a torear El Cid por naturales y aquello era distinta cuestión. No esperó a nada ni hizo preámbulo alguno: por naturales; así, como suena. Ya es un detalle que en pleno imperio del derechazo venga un novillero y se emplee en los naturales a las primeras de cambio... El toreo cual debe ser: parar, templar y mandar; y, a estos efectos, citar cruzado, cargar la suerte, ligar los pases, todo lo cual requiere pasarse el toro cerca, tener próxima la cornada, que puede llegar... y tarde o temprano llega.
Es lo que no quiere de ninguna de las maneras la mayoría de los novilleros actuales. Los antiguos sí y por este motivo se veían antaño tantas volteretas... El Cid, por el contrario, estaba en la autenticidad, en apuntarse a las reglas del arte, en parar, templar y mandar -o procurarlo al menos-, ciñendo las embestidas, ligando los pases. Y trascendió la emoción que dimana de estas formas. Y se le reconoció el mérito, y le dieron una oreja, que sería premio excesivo pero no regalo...


Sotillo / Cid, Carnicerito, Salvador.
Las Ventas, 21 de septiembre 99
Llegó El Cid y entró en Madrid.
No se crea que se quedó merodeando extramuros ni que pidió permiso a La Cibeles, ni nada. Entró, entró. Cuando se dice de un torero que ha entrado en Madrid significa que la afición le echó el ojo, valoró sus maneras - o aunque sólo sean sus intenciones- y lo apuntó en la agenda para más ver.
Así, así; así viene un novillero a Madrid: con ganas de comerse el mundo. Y si las facultades no dan para tanto, por lo menos al novillo que le echen... Los ayudados por bajo con que inició El Cid esa faena de muleta fueron extraordinarios y pocos compases después ya estaba en los medios, ya se había echado la muleta a la izquierda y ya estaba toreando al natural en tres tandas de buena factura. Vinieron a continuación los derechazos ligados, cerró el trasteo con los ayudados, los adornos y los desplantes y finalmente cobró un estoconazo de rápidos efectos. Y le dieron la oreja... El Cid tenía, por tanto, la puerta grande entreabierta, y si no consiguió franquearla se debió a que el segundo novillo, que hacía cuarto, le salió rebeco. El segundo-cuarto novillo sacó juntos todos los problemas que no tuvieron sus hermanos de camada... El Cid era la figura de la tarde. El Cid volvió a veroniquear estupendamente en su saludo al cuarto, que manseó durante el tercio de varas, y tras un breve tanteo sacándolo al platillo le ligó una estupenda tanda de redondos. Y ahí se acabó la historia. Pues mientras el torero se recreaba ajeno a la lidia escuchando la cerrada ovación del público, el novillo hacía fu y escapaba a la querencia de las tablas... Este torero se apodera El Cid no por prepotencia ni por delirios de grandeza. Se apodera El Cid porque se llama Manuel Jesús Cid. ¿Pasa algo?


LAS VENTAS
El Cid, herido grave en la femoral
Moura / Dinastía, Martín, Cid
20 septiembre 2000
El sexto toro le pegó una cornada a El Cid cuando lo pasaba de muleta. No fue aparatoso el percance y sin embargo el torero llevaba una herida seria en la femoral. Mal acababa la tarde, que empezó con júbilo. La corrida era homenaje a la tercera edad, invitaba Ande, y se llenó la plaza. Y la plaza era un guirigay de conversaciones, de aplausos, hasta de gritos. La tercera edad, por lo que se pudo apreciar, estaba dicharachera... unas ráfagas de viento que traían hielo y levantaban remolinos de papelotes. Y, además, llegó la cogida. Los arrebatos festivos y el triunfalismo desatado que llevó a la plaza la tercera edad, se desvanecieron con el percance. Aquello iba en serio. Una cogida siempre es un drama y, paradójicamente, parte consustancial de la fiesta... Los cuatro aficionados que había en la plaza se auparon en sus asientos cuando El Cid le ligaba al tercer toro los naturales y en cambio permanecían imperturbables cuando Miguel Martín muleteaba al segundo de rodillas. Este sería uno de esos arcanos (cómo puede emocionar más un torero de pie que de rodillas), insondable para los públicos poco duchos en el arte de Cúchares... El Cid apenas tantear al tercer toro ya se había echado la muleta a la izquierda para torear al natural; construyó de esta guisa una faena de buen corte, la remató de un estoconazo y cortó la oreja más merecida de la tarde. En el sexto volvió a echarse la muleta a la izquierda y sobrevino la cornada. Una cornada de torero cabal...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues no hay más que decir. Gracias Hervás.

Arenero

Anónimo dijo...

Desde luego que El Cid no es torero de los que se esconden, siempre da la cara. Aunque la famosa nochecita de la reciente feria de M�laga, me defraud� bastante.
En mi corto entender, pienso que por lo menos un toro serv�a.
Puede que estuviera pensando en Bilbao. Pero una figura debe dar el callo en una plaza importante como la de M�laga, aunque sea de primera descafeinada...

Saludos
Malagueto

Anónimo dijo...

La Malagueta fue una plaza importante en lo que Hervás viene a denominar la "década gloriosa", en referencia a la época en que presidió Fernández Torres. Después se fue degradando, y hoy, aunque nos pese, no es una plaza importante. Es un coso por el que hay que pasar, lo más cómodamente posible, con un público dadivoso, y a reservarse para plazas verdaderamente importantes y de mayor resonancia y proyección en la carrera de los toreros.

P.Pastor

Anónimo dijo...

Pasaros por el blog de los amigos de toro,torero y afición y observar la terrible cornamenta de un toro lidiado en Montoro, por las excelsas figuras Finito y el Fandi.
http://torear.blogspot.com/

P.Pastor

Anónimo dijo...

El Cid es torero de compromisos fuertes, en ellos da su verdadera dimensión y los sobrepasa con una solvencia envidiable. En cambio, hay veces en las que con todo a favor, con menos compromiso, con menos toro y con el público a favor no está a la altura que en principio uno se imagina que va a estar y tira por el camino fácil que, con suerte, lo más lejos que le puede llevar es a cortar una orejita discutida. Por ejemplo, en Sevilla hace unos días con el toro de Juan Pedro.Puntillero.

Anónimo dijo...

Vi ayer la corrida de Fuente Ymbro en Zaragoza y os coloco la crónica de Corrochanito, pues coincide plenamente con lo que vi.
P.Pastor

Escrito por Corrochanito
jueves, 11 de octubre de 2007
Brava, encastada y buena la corrida de Fuente Ymbro, que mandó para casa a tres toreros y podría haber hecho lo mismo con medio escalafón.
Hoy se ha lidiado en nuestra plaza la que por el momento es la corrida de la feria. Y no por cualquier cosa, aunque todos entregaron su vida en el coso de "La Misericordia" la verdad es que estuvieron muy por encima de sus oponentes.
El francés Bautista no supo que hacer con n inguno de sus toros, les dió pases como les podía haber invitado a cenar. siempre los toros estuvieron muy por encima de las ideas del francés, y mucho más de su limitada tauromaquia.
Pero el desastre nos vino por la parte de Salvador Vega. Un torero que lleva la empresa, que viene a buscar el cariño de una afición que vió como se dejaba la vida en nuestro coso
no es merecedora de un desprecio como el de hoy. A los toreros los marcan sus gestas y por tanto dejarse sin torear dos de los mejores toros de la feria no es precisamente una buena tarjeta de presentación.
El primero era un toro, sin más. Lo que no es poco, le tocó en desgracia a Juan
Bautista, tampoco habría que tomarlo a mal, le podría haber tocado uno como como Padilla y entonces si que llorariamos. El francé wsse dejó sin torear este y no estuvo afortunado ni inspirado con el siguiente.
Sobre la actuació de vega vamos a correr un túpido velo. De autentica verguenza su paso por la plaza de toros de Zaragoza. Y todavía debe regresar el sábado, por favor que venga más centrado. Lo que hizo con el quinto de juzgado, con lo bien que embestía el toro y la importancia que pòdría tener cualquier cosa que se le hiciera, vaya manera de correr, no estar quieto y dejarse ir uno de los mejorees toros que ha visto esta temporada, esta y muchas de las que vengan.
Pero lo grave de la tarde ha venido de la parte de Matias Tejela, que se le escape a uno un toro bien, es posible. Pero que se marchen los dos que con ventajas han sido los mejores es un mal ejemplo para nadie. De los toros de Tejela podriamos estar hablando seis días y siempre terminariamos hablando de toros. Su primer toro con el nº 15 es uno de los mejores toros que pueda ver un aficionado. Su segundo un toro de número 147, se lo dejó sin picar. Le faltó un puyazo que hubiera atemperado, al quinto le faltó lo mismo. Y es que hay toreros que no se creen que hay toros de tres puyazos. A partir de aquí como la guerra y todos a la trinchera que vienen los indios. Todos a correr y primero el torero que nio supo ni quiso lidiar este buen toro.

Anónimo dijo...

Mirad en Sol y Moscas, la posible evolución del tercio de varas:

Pepe

http://www.solymoscas.blogspot.com/