En realidad la corrida de José Escolar fue una mansada desigualmente presentada, pero de la que surgieron dos toros encastados y que por su interés determinaron otro signo a la corrida y se posicionaron en el podium de los toros interesantes en esta feria comercial y desabrida que está siendo la madrileña de San Isidro.
El cuarto toro fue aplaudido al arrastre y tuvo una presentación digna para Las Ventas. Coceó al caballo en su primer envite. Peleó con genio en el segundo encuentro y se dejó en el tercero. Esperó y arreó en banderillas pero a la muleta llegó con el interés que da la casta, que no la bravura. La Bravura implica también nobleza, pero las formas de embestir de este cuarto mantuvieron alerta a todo el mundo. Y aunque la humillación no fue su tónica, si se dejaba bien con la cara a meda altura.
El sevillano Esaú Fernández se fue a la puerta de toriles y solucionó la papeleta. Luego estuvo con el toro decidido, confiado, entonado y hasta intenso en una tanda por el pitón izquierdo, pero la faena supo a poco. Se equivocó el sevillano a la hora de entender al público venteño y a las mismas embestidas del animal. Para mí que le faltó fuelle al chaval y decidió tirar la toalla. Mató mal.
El primero fue un toro grandón que no se empleó en el caballo y esperó en banderillas. A la muleta llegó gazapón y con la cara a media altura. Resultó manejable en los primeros compases del trasteo pero luego se tornó en peligroso, con poco viaje, quedándose debajo del engaño. Esaú lo trasteó bien por la izquierda y por la derecha probó, luego se le vio al chaval forzado, algo entonado por momentos y voluntarioso en los más. Mal con la espada.
El otro toro interesante por encastado fue el quinto. De buena presentación, aplaudido de salida, manseó en varas frenándose antes del peto y luego sin emplearse. Esperó un mundo a los banderilleros. a la muleta llegó con viaje, pies, humillando y dejándose por el pitón derecho. Encastado, con mucho interés. Se quedaba más corto por el pitón izquierdo. Pero nos tuvo en vilo todo el trasteo. Del Pozo saludó en banderillas por dos meritorios pares.
Gómez del Pilar abrió bien la faena doblándose. Se entrega a las embestidas, las liga mas o menos templado en el toreo en redondo. Luego de esto ya se volvió voluntarioso, valiente, dando lo que tenía el chaval, que para mi forma de ver el toro no fue todo lo que podría haberle sacado. Fue avisado antes de entrar a matar y dio media buena. Le dieron una oreja. No entraré en este asunto.
El segundo de la tarde fue un novillote guapo al que los madrileños aplaudieron de salida por ser del hierro que era. Después de mansear en los dos primeros tercios, llegó a la muleta peligroso. Reponía y rebañaba, buscando carne. el madrileño del Pilar hizo el esfuerzo y sacó algunos pases modernos y luego lo macheteó. Dio dos pinchazos, fue avisado y cobró una buena.
Completaba la terna Miguel de Pablo, que puso en sus dos toros más voluntad que oficio, pero es verdad que pechó con el peor lote de Escolar. Grande el tercero, mal picado, con la cara arriba, sin celo empujando. Sin viaje en banderillas, cortando con la cara arriba. Y en la muleta sin rematar, se dejó, sin peligro, pero sin nobleza. El sexto se llevó una ovación por la presentación. Fue picado mal: ¡picador, que malo eres!! En banderillas puso a cavilar a los banderilleros y a la muleta llegó haciendo hilo, sin humillar. Tardo. Fue y vino sin chicha, hasta que se puso peligroso.
Voluntarioso el madrileño. Colocándose. Haciendo un esfuerzo sin resultado. Fue cogido sin consecuencias, mas allá de las magulladuras y la paliza. Pinchazo tendido y trasero, media buena y aviso.
¡Aquí paz y allí gloria!
1 comentario:
Pienso que si Gómez del Pilar, en vez de ponerse bonito, empieza la faena dominando al toro y metiéndolo en la muleta; podría haber hecho faena de mérito en el ultimo tercio de la misma.. Como siempre, es mi opinión...
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