La plaza de toros de Acho.
Ángel Parra Gúzmán
A la altura del ruedo existían los llamados "cuartos", cuyas ventanas para ver la corrida daban al mismo nivel de la arena, y que por su privacidad, según nos relata José Céspedes, se prestaban a alegres almuerzos que los criollos aficionados disfrutaban de lo lindo desde tempranas horas en estas semiocultas localidades. La historia de estos palcos ocultos tiene en la antigua Lima el mismo origen de los palcos ocultos que tenía en lo alto nuestro antiguo Teatro Municipal, y las celosías de madera de las ventanas y balcones coloniales. Refieren las crónicas que ello se debía a los celos de los antiguos limeños a quienes no les gustaba que sus esposas fueran observadas cuando a su vez miraban lo que sucedía alrededor. La fecha oficial de la inauguración fue el 30 de enero de 1766. En el cartel inaugural figuraron los espadas "Pisi", "Maestro de España" y "Gallipavo" los tres peruanos. Se lidiaron ejemplares procedentes de la hacienda Gómez de Cañete, después Unanue. El primer toro lidiado aquella tarde se llamó "Albañil". Lorenzo Pizi, torero de raza negra, de los que han existido por lo menos cuatro excelentes representantes en la historia del toreo peruano fue uno de los primeros valores del toreo peruano. Murió el año 1817 después durante una corrida en homenaje al Virrey Pezuela. Medio siglo después se tiene noticia de un excelente matador de toros nacional, el maestro Ángel Valdez, también de color negro, quien toma la alternativa en Madrid durante la temporada del año 1859 de manos de Villaverde. En Lima llegó a torear con Bonarillo. Se hizo famoso por matar en Acho al célebre toro "Arabi Pacha" que había sido lidiado varias veces. Durante el siglo pasado fueron famosos en Acho los Capeadores Nacionales a Caballo entre los que destacaron Juanita Breña y Casimiro Cajapaíco durante el siglo pasado. Entre los años 1960 y 1980 el novillero Hugo Bustamante revive con éxito dicha suerte montando al excepcional caballo "Relicario". En el siglo XX surgen Elías Chávez "Arequipeño", Alejandro Arrieta "Moyano", Alberto Fernández "Cachucha" y el recordado Carlos Sussoni. Además de presentarse en Acho lo hicieron también con éxito en España. La Plaza de Acho fue totalmente remozada 179 años después. El 7 de enero de 1945 la Plaza fue reinaugurada. Se había reducido su ruedo a 60 metros de diámetro -lo que aún sigue resultando bastante grande y a menudo incómodo- y se amplió su aforo a catorce mil espectadores. Un año después, por iniciativa de los periodistas Manuel Solari Swayne y Jorge Félix Espinosa Palacios, con el apoyo del Diario El Comercio, periódico decano de Lima de gravitante importancia en el acontecer taurino de la ciudad, se inaugura la temporada de Octubre, más conocida como "Feria del Señor de los Milagros" en homenaje al santo patrono de Lima que anualmente origina durante el mes de octubre procesiones de concurrencia multitudinaria con masivas demostraciones de fe religiosa durante las que el pueblo limeño vestido con ropas de color morado recorre la ciudad de Lima acompañando las andas de plata maciza con la efigie del milagroso Cristo. Durante la temporada de inauguración tomaron parte Manuel Rodríguez "Manolete", Alejandro Montani "El Sol del Perú", Domingo Ortega, Fermín Espinoza "Armillita" y Luis Procuna, siendo el cartel inaugural de la Feria el sábado 12 de octubre de 1946: Manolete, Procuna y Montani
quienes estoquearon seis toros mexicanos de La Punta. El mexicano Luis
Procuna conquistó aquella vez, el primer Escapulario de Oro del Señor de los Milagros, nuevo trofeo de la Temporada limeña, dándose el caso de haber cortado este gran torero mexicano la primera pata que se dio en Acho. La segunda y última fue con quistada en 1954 por otro extraordinario maestro americano: Cesar Girón de Venezuela.
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