06 febrero 2022

PROTOTIPO RACIAL DE LA RAZA BOVINA DE LIDIA.

 


REAL DECRETO 60/2001, DE 26 DE ENERO, SOBRE PROTOTIPO RACIAL DE LA RAZA

BOVINA DE LIDIA.

Sumario:

Artículo Único. Prototipo racial de la raza bovina de lidia.

DISPOSICIÓN FINAL PRIMERA. Título competencial.

DISPOSICIÓN FINAL SEGUNDA. Entrada en vigor

ANEXO I. Reglamentación por la que se establecen los criterios básicos

de

determinación del prototipo racial del bovino de lidia.

Artículo 1. Morfotipo.

Artículo 2. Caracteres regionales.

Artículo 3. Prototipo racial por encastes.

La raza bovina de lidia se genera en España en plena Edad Media,

caracterizada por su agresividad y resistencia a las fórmulas

de manejo convencionales.

La raza de lidia se explota en un sistema extensivo puro, en permanente

contacto con la naturaleza. Se trata de una raza de

gran rusticidad, capaz de aprovechar todo tipo de recursos naturales y

con una magnífica capacidad de adaptación a cualquier

ecosistema, ejerciendo un efecto beneficioso de conservación sobre los

mismos, merced al pastoreo. Son animales muy

territoriales y de carácter generalmente tranquilo cuando se encuentran

en su entorno natural, convirtiéndose en difíciles de

manejar si están fuera de su hábitat, por su carácter irritable.

Durante siglos se ha venido seleccionando por caracteres psicológicos de

comportamiento, independientemente de su tipo

zootécnico, que se ha empezado a considerar en mayor medida en épocas

más recientes. Actualmente se practica en la raza

una selección funcional basada en la prueba de la tienta, acompañada por

otra selección genealógica y morfológica, que tienen

carácter temporal y que se consideran definitivas sólo cuando se realiza

con buenos resultados la comprobación de la

descendencia.

Estos patrones generales de selección tienen interpretaciones personales

por parte de cada ganadero, lo cual contribuye a

mantener la variedad característica de la raza y convierte al toro de

lidia en un animal diferente de cualquier otra raza explotada

por el hombre, constituyendo la principal aportación española a la

bovinotecnia mundial.

Debido a una selección basada en criterios de comportamiento, existe en

la raza gran variedad de encornaduras, alto grado de

variación cromática del pelaje, oscilaciones extremas de perfil

fronto-nasal, proporciones, tamaño, peso, etc. De la misma

forma, se dan comportamientos característicos por ganaderías y/o

encastes, imposibles de aunar, pues cada tipo de toro actual

es fruto de un trabajo de selección personal de cada ganadero y sus

antecesores. En realidad, existen tantos criterios de

selección como ganaderos, pues la raza se caracteriza por su diversidad

de comportamientos durante la lidia.

Independientemente de los caracteres morfológicos, comunes a la mayoría

de los ejemplares que integran la raza de lidia,

existen muchos aspectos que fomentan la diversidad de caracteres étnicos

en función de la línea de procedencia (encaste) del

que deriven.

Los distintos encastes se han formado a través de la selección realizada

a partir de las castas fundacionales de procedencia, o a

partir de diversos cruzamientos entre castas o encastes del mismo

tronco, habiéndose extinguido en la actualidad muchos de

ellos. De estos encastes y de sus cruzamientos proceden la mayoría de

las ganaderías que han llegado a nuestros días, si bien

están en continua evolución, y por tanto sujetos a cambios en su

morfología.

La finalidad de la presente reglamentación es contener el prototipo

racial de la raza bovina de lidia, a los solos efectos de dotar

del marco normativo apropiado que garantice que la inscripción en los

libros o registros de los animales por las organizaciones y

asociaciones de criadores oficialmente reconocidas se ajustan a unos

mismos estándares de pureza.

El Real Decreto 420/1987, de 20 de febrero, sobre selección y

reproducción de ganado bovino de razas puras, en su artículo 8

dispone que, con el fin de salvaguardar la pureza de las razas en todo

el territorio nacional, se determinarán los criterios básicos

para la reglamentación de los libros y registros genealógicos, así como

para el control de rendimientos y de valoración de los

reproductores inscritos en los mismos.

En la tramitación del presente Real Decreto han sido consultadas las

Comunidades Autónomas y las entidades representativas

de los sectores afectados. Asimismo, se ha sometido a consulta de la

Comisión Consultiva Nacional de Asuntos Taurinos.

En su virtud, a propuesta del Ministro del Interior y previa

deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 26 de

enero de 2001, dispongo:

Artículo Único. Prototipo racial de la raza bovina de lidia.

1. Se aprueba la reglamentación por la que se establecen los criterios

básicos de determinación del prototipo racial del toro de

lidia, que figura como anexo I del presente Real Decreto, a la cual

deberán atenerse las organizaciones y asociaciones

reconocidas para la llevanza de los libros genealógicos de bovinos de

lidia, con respecto a los ejemplares inscritos en los

mismos.

2. Lo dispuesto en dicha reglamentación deberá interpretarse de

conformidad con las definiciones que figuran en el anexo II.

DISPOSICIÓN FINAL PRIMERA. Título competencial.

1 of 9 25/03/01 14:09

Real Decreto 60/2001, de 26 de enero, sobre prototipo racial de la raza

bovina de lidia.

El presente Real Decreto se dicta al amparo de la habilitación contenida

en el artículo 149.1.13 de la Constitución, que atribuye

al Estado la competencia en materia de bases y coordinación de la

planificación general de la actividad económica.

DISPOSICIÓN FINAL SEGUNDA. Entrada en vigor

El presente Real Decreto entrará en vigor el día siguiente al de su

publicación en el Boletín Oficial del Estado.

Dado en Madrid a 26 de enero de 2001.

- Juan Carlos R. -El

Ministro del Interior,

Jaime Mayor Oreja.

ANEXO I.

Reglamentación por la que se establecen los criterios básicos de

determinación del

prototipo racial del bovino de lidia.

Artículo 1. Morfotipo.

1. La morfología de la raza de lidia es uniforme en lo primordial, pero

considerablemente variada en aspectos accesorios.

Presenta un gran dimorfismo sexual, es elipométrica, mesomorfa y

celoide, con gran desarrollo muscular y excepcional actitud

dinamógena.

2. El tamaño de los machos adultos oscila en torno a los 500 Kg y las

hembras alcanzan los 300 Kg, como valores medios.

Artículo 2. Caracteres regionales.

A. Cabeza: de proporción entre media y pequeña, corta y ancha. De perfil

predominantemente subcóncavo, pero igualmente

puede ser recto e incluso convexo.

En el macho, la frente es ancha y plana, la cara corta, el morro ancho y

los oliares dilatados.

Las encornaduras responden a formas en gancho corto con elevado número

de variantes. Presentan sección circular y

considerables diferencias de pigmentación que dan lugar a cinco grupos

diferentes: astinegros, astiblancos, astiacaramelados,

astisucios y astiverdes.

Las orejas son pequeñas, con abundantes pelos en su Interior y borde

superior, los ojos grandes, muy expresivos y más o

menos salientes.

En la vaca la cabeza es más larga y estrecha, sobre todo en su fracción

facial, con encornaduras igualmente alargadas, finas y

de dirección muy diversa.

B. Cuello: es corto o mediano, flexible, musculado en los machos que

presentan el morrillo desarrollado. Mucho más fino y

estrecho en las hembras.

La papada aparece desarrollada en algunos ejemplares (badanudo) y apenas

resulta perceptible en otros (degollados).

C. Tronco: es corto, fuerte, cilíndrico y regularmente arqueado. La cruz

ancha y poco saliente, como prolongación del morrillo,

bien unida con cuello y tronco.

El dorso es ancho y musculado al igual que los riñones, pudiendo formar

una línea horizontal, aunque en los prototipos

ambientales adopta una dirección inclinada de atrás hacia delante y de

abajo a arriba (tipo aleonado). El pecho ancho y

poderoso, el tórax profundo, los costillares arqueados, el vientre

proporcionado y los ijares amplios.

D. Grupa: es cuadrada, musculada con el nacimiento de la cola en la

línea de prolongación del sacro o ligeramente levantada.

En la vaca se aprecian signos de alargamiento corporal, muy discreto

desarrollo muscular y un sistema mamario primitivo,

cubierto de pelos largos y finos que cubran toda la región.

E. Extremidades y aplomos: son generalmente cortas y muy bien dirigidas,

la espalda levemente inclinada y dotada de amplia

masa muscular al igual que el brazo y el antebrazo.

El muslo, la nalga y la pierna son proporcionados con el desarrollo

muscular, que suele ser discreto, y los radios distales son

finos. Las pezuñas son generalmente pequeñas y de unas unidas.

F. Piel, pelo y mucosas: la piel presenta un grado de desarrollo

variable, pero siempre menor que el de otras razas autóctonas

de explotación extensiva. El pelo tiene aspecto diferente en las

distintas estaciones del año, pudiendo presentarse rizado y más

largo en la frente (carifosco) e incluso extendiéndose hasta la región

cervical (astracanados). Cuando es liso y abundante en la

frente y testuz se denomina meleno. El borlón de la cola es abundante,

hasta el punto de tocar el suelo en los ejemplares

adultos.

La coloración de las mucosas es generalmente oscura, pero también

aparecen ejemplares de mucosas claras.

G. Capas: la raza de lidia es muy variopinta, presentando diez grupos de

pelajes diferentes, aunque con claro predominio de las

pintas negras. Además de éstas las más abundantes son las cárdenas,

coloradas, castañas, tostadas, jaboneras y berrendas. En

menor medida se dan también capas ensabanadas, sardas y salineras.

Dentro del grupo de capas negras existen tres variedades; zaino, mulato

y azabache.

Las pintas cárdenas admiten variedades claras y oscuras, al igual que

las castañas, sardas y salineras. Las pintas cárdenas

admiten además la variedad mulata. Dentro del grupo de pelajes colorados

se incluyen las pintas melocotón, colorado

propiamente dicho, colorado encendido, colorado avinagrado y retinto.

Dentro del grupo de capas jaboneras existen cuatro pelajes distintos:

albahio, jabonero claro, jabonero sucio y barroso.

En cuanto a las pintas berrendas destaca la presencia del berrendo en

negro. Son menos abundantes el berrendo en colorado,

berrendo en cárdeno y berrendo en castaño. Los berrendos en jabonero y

en tostado son más escasos aun, mientras que el

berrendo en salinero y el berrendo en sardo son excepcionales.

La variación cromática es todavía más considerable si tenemos en cuenta

que dichas capas suelen ir acompañadas por distintos

accidentales, que suponen discontinuidades en el pelaje básico del

animal.

Estos accidentales pueden aparecer en cualquier punto de la superficie

corporal de la res (particularidades generales) o limitarse

a una zona determinada (particularidades de la cabeza y del cuello,

particularidades del tronco, particularidades de las

extremidades y particularidades de la cola).

Son particularidades generales el alunarado, anteado, aparejado,

armiñado, burraco, carbonero, chorreado en morcillo,

chorreado en verdugo, entrepelado, estornino, lavado o desteñido,

mosqueado, nevado, remendado y salpicado.

Las particularidades de la cabeza y del cuello son capirote, capuchino,

careto, caribello, carinegro, estrellado, facado, lucero,

bociblanco, bocidorado, bocinegro, ojalado, ojinegro, ojo de perdiz,

llorón y gargantillo.

Las accidentales que afectan al tronco reciben las denominaciones de

albardado, aldiblanco, aldinegro, axiblanco, bragado,

corrido, cinchado, jirón, listón, lombardo y meano.

Las particularidades de las extremidades son el botinero, calcetero y

calzón, mientras que las que afectan a la cola reciben los

nombres de coliblanco, rabicano y rebarbo.

Artículo 3. Prototipo racial por encastes.

1. Casta Cabrera (encaste Miura). Los ejemplares son longilíneos, con

perfil cefálico subcóncavo, de gran alzada, con cabeza y

cuello largos. Su mirada es muy expresiva, el abdomen es recogido y

suelen ser zancudos. Presentan encornaduras bastante

desarrolladas, gruesas en su base y que se insertan por detrás de la

línea de prolongación de la nuca en el frontal. A pesar de

su tamaño no gozan de una buena conformación desde el punto de vista

cárnico y presentan variedad de pintas, predominando

los negros, cárdenos, castaños, colorados y con menor frecuencia sardos

y salineros, y la mayoría de las particularidades

complementarias o accidentales.

2. Casta Gallardo (encaste Pablo-Romero). Los ejemplares son

mediolíneos, de perfil subcóncavo y con tendencia a la

hipermetría, como consecuencia del gran desarrollo de las masas

musculares, especialmente del dorso, lomo y tercio posterior.

Gran desarrollo óseo y finos de piel. La cabeza es corta, con predominio

de animales chatos y además carifoscos, y las

encornaduras en gancho tienen una longitud media y son muy armónicas. El

cuello es corto y el morrillo aparece muy

desarrollado. El pecho es ancho, los costillares muy arqueados, y las

extremedidades más bien cortas y bien aplomadas. Las

pintas características son el cárdeno, en todas sus variantes, y el

negro.

3. Casta Navarra. Se corresponde con un prototipo elipométrico,

subcóncavo y marcadamente brevilíneo. Los ejemplares son

aleonados y muy carifoscos. Presentan los ojos muy saltones y las

encornaduras acarameladas, cortas de desarrollo y

apuntando hacia arriba (veletos, cornivueltos y cornipasos). Los pelajes

característicos son el colorado, en todas sus variantes,

el castaño y, en menor medida, el negro.

4. Casta Vazqueña. Son reses de talla media, muy carifoscas, anchas y

con la piel un poco más gruesa que el conjunto de los

ejemplares de la raza de lidia. Las extremidades son gruesas y más bien

cortas. Las encornaduras presentan buen grado de

desarrollo. Los ejemplares pertenecientes a esta casta Vazqueña destacan

principalmente por su variedad de pelajes, dándose

todos los grupos de pintas presentes en la raza de lidia (ensabanados,

jaboneros, melocotones, colorados, castaños, tostados,

cárdenos, sardos, salineros, berrendos y negros). Derivados directamente

de la casta Vazqueña, subsisten en la actualidad dos

líneas, la de Concha y Sierra, más cornalones y cornialtos, y la de

Veragua, con encornaduras en gancho y de menor longitud.

5. Casta Vistahermosa. Consta de los siguientes encastes:

a. Encaste Murube-Urquijo:

Las reses tienen gran volumen corporal, con cabeza grande, carifoscos,

destacando perfil cefálico subconvexo o recto,

con hocico chato y ancho. Predominan las encornaduras brochas o en

corona, de desarrollo medio, de coloración

blanquecina o negruzca. Son anchos y profundos de tórax, bien

enmorrillados, la papada alcanza bastante desarrollo,

son badanudos y de mucho hueso, con borlón de la cola abundante. Los

ejemplares son generalmente de pinta negra y

excepcionalmente pueden darse algunos castaños y tostados. Los

accidentales son bastante limitados,

fundamentalmente el bragado, meano, listón y, a veces, chorreado.

b. Encaste Contreras:

Ejemplares bien enmorriliados, bajos de agujas y cerca de tierra. Suelen

ser brevilíneos y elipométricos, presentando

cierta variedad de perfiles, que generalmente son rectos o subcóncavos.

Poco desarrollo de cuernos cornidelanteros o

ligeramente veletos. Se caracterizan por la presencia de pintas negras,

coloradas, castañas y tostadas acompañadas por

los accidentales más comunes (bragado, meano, listón, ojinegro,

bociclaro y bocidorado) y siendo muy característico el

salpicado.

c. Encaste Saltillo:

Son reses de talla y peso medios. Predominan perfiles rectos y

ocasionalmente subconvexos y subcóncavos. La cabeza

es estrecha de sienes y alargada (cariavacados), presenta encornaduras

dirigidas hacia delante y hacia arriba (veletos,

cornivueltos y cornipasos), aunque de longitud corta y poca proporción

de pitones. Tienen los ojos saltones y presentan

habitualmente el llamado hocico de rata (morro afiliado). La papada

aparece muy poco marcada (degollados), el cuello

tiene longitud media y de morrillo escaso. El dorso y los lomos son

rectos, las extremidades de longitud media, la cola

fina y no muy larga. Los ejemplares pertenecientes a este encaste

presentan pintas cárdenas y negras, destacando la

presencia del accidental entrepelado. Excepcionalmente se dan pintas

castañas y coloradas (saltillo mexicano).

d. Encaste Santa Coloma:

Fue creado este encaste mediante la fusión de dos líneas puras

procedentes de la casta Vistahermosa, la Ibarra y la

Saltillo. Se corresponde con un prototipo elipométrico, subcóncavo y

brevilíneo. Son animales terciados, pero de conjunto

armónico, de esqueleto y piel finos. En la cabeza resulta relevante,

además de la concavidad del perfil fronto-nasal, el

aspecto de los ojos, que son grandes y saltones. Pueden presentar el

morro afilado (hocico de rata) con la cabeza

alargada y estrecha de sienes, pero lo más frecuente en que esta sea más

ancha de sienes con el morro ancho y chato.

Las encornaduras, como norma, no son muy desarrolladas. El cuello tiene

una longitud media, la papada aparece muy

poco marcada (degollados) y el morrillo no alcanza un grado de

desarrollo muy acusado. El dorso y los lomos son rectos,

la grupa redondeada, las extremidades de longitud media y la cola fina.

Las pintas típicas son principalmente cárdenas y

negras, dándose en menor medida tostadas y berrendas (en negro y en

cárdeno). Las pintas castañas y coloradas

aparecen de forma excepcional. Los accidentales más frecuentes son el

entrepelado y aquellos en forma de manchas

blancas (careto, lucero, estrellado, jirón, aldiblanco, bragado, meano,

calcetero, coliblanco y rebarbo).

Dentro de este encaste existen tres líneas de origen común:

1. Línea Buendía:

Es la más abundante y significativa y que ha recibido mayor influencia

de Saltillo Predominan pintas cárdenas en

todas sus variantes y negras, dándose en menor medida tostadas y

berrendas en negro y cárdeno. Dichos

pelajes suelen ir acompañados de una amplia variedad de accidentales.

2. Línea Graciliano Pérez-Tabernero:

Es la rama más ibarreña de origen Santa Coloma. Tiene mayor desarrollo

esquelético, mayor desarrollo de

defensas y mayor predominio de pintas negras, siendo más raras las

cárdenas. Los accidentales suelen limitarse

a la presencia de entrepelado, bragado, meano, listón y rabicano.

3. Línea Coquilla:

Rama con predominio ibarreño. Los ejemplares son los más elipométricos y

brevilíneos del encaste, con el menor

desarrollo de defensas. Presentan poco peso, siempre finos de

proporciones y extremidades. Pintas negras,

tostadas y en mucha menor proporción cárdenas y castañas, teniendo como

accidentales más comunes el listón,

entrepelado y los formados por manchas blancas.

e. Encaste Albaserrada:

Derivado directamente de Saltillo y de Santa Coloma. Las características

morfológicas son similares en su mayoría a las

del encaste Saltillo, aunque pueden variar los perfiles y aparecer con

más frecuencia reses acarneradas. La cabeza es

estrecha, alargada y termina con frecuencia deforma acuminada (hocico de

rata). El cuello es largo y con poco morrillo,

son degollados. La inserción de la cabeza en el cuello es a menudo

brusca, en forma de golpe de hacha. Los ejemplares

actuales de Albaserrada tienen, asimismo, mayor tamaño y peso que en su

origen, y presentan encornaduras más

desarrolladas y ofensivas. Las pintas son cárdenas en todas sus

variantes y negras con predominio de entrepelados, y

como accidentales frecuentes presenta el bragado, meano, axiblanco y

mulato.

f. Encaste Urcola:

Tienen talla y peso medios y los perfiles son predominantemente rectos,

dándose algunos subcóncavos. Los ejemplares

presentan encornaduras desarrolladas y dirigidas a veces hacia fuera

(corniabiertos y playeros), aunque también se dan

animales cornidelanteros y bien encornados. El cuello es más bien corto

y el morrillo muy prominente. Son

característicamente aleonados (con mayor desarrollo del tercio anterior)

y con la línea dorso-lumbar ensillada. Con

frecuencia presentan el vientre abultado, la grupa es amplia y las

extremidades ligeramente cortas. Presentan un

predominio de pintas negras, coloradas y castañas, destacando la

presencia del melocotón. Sus accidentales más

característicos son el listón, el chorreado y el lombardo.

g. Encastes derivados de Parladé:

1. Encaste Gamero-Cívico:

Los ejemplares tienen talla media, perfil recto y son elipométricos. Se

trata de animales largos, bajos de agujas,

hondos, bastos de lámina con mucha papada y badana y de tipo aleonado,

con cuartos traseros algo derribadosy grupa almendrada. La cabeza

presenta encornaduras muy gruesas en la cepa, muy desarrolladas

(cornalones),

que frecuentemente manifiestan asimetrías (bizcos) y terminan en pitones

finos. Con frecuencia son acapachados

de cuernos. El cuello tiene una longitud media, el tronco es ancho y las

manos cortas y gruesas, con pezuñas

grandes. Sus pintas características son negras, coloradas, castañas y

tostadas, presentando el listón y el

chorreado como accidentales más frecuentes.

2. Encaste Pedrajas:

Los ejemplares son mediolíneos, con perfiles rectos o ligeramente

cóncavos y tendentes a la eumetria. Son

generalmente bajos de agujas y de tipo aleonado. La cabeza es ancha de

sienes y corta, provista de

encornaduras bien dispuestas, de desarrollo medio, astibiancas. El

cuello tiene una longitud entre media y corta y

la papada es prominente, pero no excesivamente amplia, son badanudos. La

línea dorso-lumbar suele ser recta y

ligeramente inclinada de adelante a atrás, con la grupa redondeada y las

extremidades de longitud media. Pelo

brillante, cola larga y borlón manifiesto. Sus pintas son

predominantemente negras, pero también pueden darse

ejemplares castaños, colorados y tostados.

3. Encaste Conde de la Corte:

Son toros finos de cabos, de altura media, buen morrillo, abundante

papada y badana, aleonados, con tercio

posterior poco desarrollado, gran desarrollo de defensas, muy astifinos,

de dirección muy variable, desde

cornidelanteros y veletos a playeros y cornivueltos. Pintas negras

castañas y, menos frecuentes, coloradas. Como

accidentales más frecuentes presentan listón, bragado, meano,

gargantilio, salpicado, jirón, burraco, chorreado y

ojo de perdiz.

4. Encaste Atanasio Fernández:

Son reses altas de agujas, con gran desarrollo del tercio anterior,

dándose los tipos aleonados, ensillados,

plantados de atrás y de delante, zanquilargos, perfiles subcóncavos,

rectos y con menor frecuencia subconvexos,

badanudos, de gran papada, el morrillo poco desarrollado, buena

encornadura con característicos veletos, y

astiblancos. La cola es larga y gruesa, con borlón abundante. Con cabos

proporcionados, salvo los de línea

Lisardo Sánchez, que son más gruesos de extremidades, en la cual se dan

animales carifoscos, astracanados, con

mucha papada y badana, de perfil convexo, con mayor desarrollo de

cuernos, con abundancia de animales

acapachados, y menor alzada. Sus pintas son negras, con accidentales muy

típicos como el burraco y el

carbonero. Con menor frecuencia se dan capas castañas, coloradas y

cárdenas. Sus accidentales suelen ser

salpicado, gargantilio, jirón y coliblanco.

5. Encaste Juan Pedro Domecq:

Son entre elipométricos y eumétricos, más bien brevilíneos con perfiles

rectos o subconvexos. Es el encaste más

fino de hechuras de los derivados de Parladé. Bajos de agujas, finos de

piel y de proporciones armónicas. Bien

encornados, con desarrollo medio, y astifinos, pudiendo presentar

encornaduras en gancho. El cuello es largo y

descolgado, el morrillo bien desarrollado y la papada tiene un grado de

desarrollo discreto. La línea dorso-lumbar

es recta o ligeramente ensillada. La grupa es, con frecuencia, angulosa

y poco desarrollada y las extremidades

cortas, sobre todo las manos, de radios óseos finos. Sus pintas son

negras, coloradas, castañas, tostadas y,

ocasionalmente, jaboneras y ensabanadas, estas últimas por influencia de

la casta Vazqueña. Entre los

accidentales destaca la presencia del listón, chorreado, jirón,

salpicado, burraco, gargantilio, ojo de perdiz,

bociblanco y albardado, entre otros. En la línea de Osborne son muy

peculiares las pintas ensabanadas, con

accidentales característicos como el mosqueado, botinero, bocinegro,

etc.

Los ejemplares derivados de la línea Marqués de Domecq se caracterizan

por mayor desarrollo de defensas,

mayor capacidad torácica, pezuñas bastas, mayor peso y alzada y menor

finura de piel que el prototipo

característico del encaste.

6. Encaste Núñez:

Son ejemplares elipométricos, brevilíneos y con predominio de perfiles

rectos y algunos subcóncavos. En general

se trata de reses terciadas, bajas de agujas, finas de piel. En la

cabeza destacan las encornaduras finas desde la

cepa y de bastante longitud, acapachadas con frecuencia, y con pitones

destacados. A veces suelen insertarse en

posiciones altas, presentando todo tipo de encornaduras en cuanto a su

dirección, en que abundan los animales

bizcos. El cuello es más bien largo, el morrillo está bien desarrollado.

La línea dorso-lumbar puede ser ensillada, y

tienen la grupa redondeada, con nacimiento de la cola ligeramente

levantado y las extremidades son cortas.

Predominan las pintas negras, coloradas en toda su variedad, castañas y

tostadas, dándose también cárdenas y

ensabanadas. Ocasionalmente aparecen algunas sardas y salineras. Los

accidentales más destacables que

acompañen a dichos pelajes son el listón, el chorreado, el jirón, el

salpicado, ojo de perdiz, bociblanco y lavado,

siendo muy típicas las particularidades en forma de manchas blancas.

7. Encaste Torrestrella:

Encaste creado mediante cruce con diferentes procedencias entre las que

destacan Juan Pedro Domecq y Núñez.

Es un toro hondo, de buena alzada y desarrollo óseo, con morrillo

destacado, generalmente bien armado con

encornaduras que suelen dirigirse hacia arriba. Las pintas son muy

variadas, destacando negros, colorados en

todas sus variantes, castaños, tostados y con menor frecuencia cárdenos,

ensabanados y jaboneros, pudiendo

darse en menor medida salineros y sardos. Estos pelajes pueden ir

acompañados por un gran número de

accidentales, entre los que destaca la presencia del burraco y

salpicado.

h. Cruces con la casta de Vistahermosa:

1. Encaste Hidalgo-Barquero:

Procedente de un cruce de casta Vistahermosa con casta Vazqueña. Los

ejemplares son de formato grande,

alcanzando pesos superiores a la media de la raza. Presentan perfiles

rectos o subconvexos. Son altos de agujas,

con el tronco cilíndrico y alargado, con costillares muy arqueados.

Los ejemplares presentan la cabeza voluminosa, con encornaduras muy

gruesas en su base y que alcanzan buen

grado de desarrollo. Su tipo es basto y tienen las extremidades

alargadas. Las pintas características son

berrendas (en negro, en colorado y en castaño) del tipo aparejado y con

frecuencia alunarado. Además

presentan pintas negras, coloradas, castañas, tostadas y cárdenas. Entre

los accidentales se incluye, asimismo, la

presencia del bragado, meano, listón, mulato y chorreado.

2. Encaste Vega-Villar:

Procede de un cruce de vacas de casta Vazqueña con sementales de Santa

Coloma. Los ejemplares son muy

brevilíneos y marcadamente elipométricos, presentando perfiles

subcóncavos y rectos. Son animales de mirada

muy expresiva, bajos de agujas, cortos de tronco y bien enmorriliados.

Sus encornaduras son muy astifinas,

alcanzando gran desarrollo, variando desde corniabiertos y veletos a

corniapretados y acapachados. Las

extremidades son habitualmente cortas y finas. Los pelajes

característicos son el berrendo en negro, en cárdeno

y en colorado, el negro, el cárdeno, el colorado y el ensabanado. Los

accidentales más característicos, aparte del

remendado de las pintas berrendas y del alunarado, son aquellos que

aparecen en forma de manchas blancas

afectando a la cabeza (lucero, estrellado, careto y facado), tronco

(aldiblanco, axiblanco, bragado, cinchado,

jirón y meano), extremidades (calcetero, calzón) y cola (coliblanco y

rebarbo). Todos ellos aparecen con mucha

frecuencia en las reses de este encaste.

3. Encaste Villamarta:

Procede de la realización de numerosos cruces, con predominio de casta

Vistahermosa. Son animales hondos,

largos, bien enmorrillados, con tercio posterior bien proporcionado y

con frecuente incurvamiento dorsolumbar

(lordosis). Presentan buen desarrollo de defensas, a veces cornalones y

astifinos, con mirada expresiva y

manifiesta papada. Predominan las pintas negras, aunque a veces se dan

tostados, castaños y cárdenos. Como

accidentales destaca la presencia de mulatos, chorreados, calceteros,

coliblancos, bragados, meanos, jirones,

luceros, facados, estrellados y caribellos, entre otros.

6. Otras castas:

Además de los prototipos definidos, típicos de las distintas castas

fundacionales y encastes, existen en la raza de lidia

numerosas ganaderías creadas a base de cruces más o menos fijados entre

algunos de éstos. Tales cruces dan lugar a animales

con características morfológicas diferentes, variables y más o menos

próximas a los encastes de los que derivan.


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