05 febrero 2022

LA FIESTA BRAVA EN PERÚ.

 LA FIESTA BRAVA EN EL PERU

Por Angel Parra Guzmán 


El Perú posee una larga tradición taurina, la misma que se inicia el año 1535 cuando según nos narra el insigne escritor y tradicionista Don Ricardo Palma, el Marqués Don Francisco Pizarro mató y alanceó un toro a caballo en la Plaza Mayor de Lima. Desde entonces no hubo acontecimiento que no fuese festejado con una Corrida de Toros en las que era costumbre realizar hermosos despejes previos, siendo la mayoría de ellos de connotación militar o política.

En 1760 Don Cristóbal de Vargas inició la construcción al pié del cerro San Cristóbal y a orillas del río Rímac de la Plaza de Toros de Acho, que se convertiría en una de las más bellas y de más solera del mundo, además de ser en la actualidad la más antigua de América y la tercera en antigüedad en el mundo. Había recibido el encargo de Don Agustín Hipólito de Landaburu y Rivera, por órdenes del Virrey Don Manuel de Amat y Juniet, tomando su nombre del vocablo Hacho término con el que en la colonia se denominaba a las extensiones de terreno ubicados en desniveles de mayor altura.

Durante más de ciento cincuenta años su ruedo era muy amplio para que pudiera servir especialmente en los despejes militares. Medía cerca de 92 metros de diámetro y las filas del tendido tenían de siete a ocho gradas, rematadas con las Galerías o Palcos Altos. Su ruedo tenía forma de octágono, no tenía callejón y sus burladeros estaban situados a todo el rededor del ruedo. Las filas del tendido tenían de siete a ocho gradas, rematadas con las galerías o palcos altos.

El maderamen de la primera plaza, incluyendo su preciosa arquería, corona los tendidos de la actual y remozada Plaza de Acho, otorgándole excepcional belleza y personalidad arquitectónica.

Al centro del ruedo existía un "templador", especie de jaula que servía de burladero y un asta de bandera que ondeaba en el mismo centro.

El palco presidencial, muy diferente al que apreciamos en la Plaza hoy en nuestros días, y similar al que existe en la actualidad en la Maestranza de Maracay, coronaba lo que podría ser la división entre los tendidos de Sol y de Sombra.

A la altura del ruedo existían los llamados "cuartos", cuyas ventanas para ver la corrida daban al mismo nivel de la arena, y que por su privacidad, según nos relata José Céspedes, se prestaban a alegres almuerzos que los criollos aficionados disfrutaban de lo lindo desde tempranas horas en estas semiocultas localidades. La historia de estos palcos ocultos tiene en la antigua Lima el mismo origen de los palcos ocultos que tenía en lo alto nuestro antiguo Teatro Municipal, y las celosías de madera de las ventanas y balcones coloniales. Refieren las crónicas que ello se debía a los celos de los antiguos limeños a quienes no les gustaba que sus esposas fueran observadas cuando a su vez miraban lo que sucedía alrededor. 

La fecha oficial de la inauguración fue el 30 de enero de 1766. En el cartel inaugural figuraron los espadas "Pisi", "Maestro de España" y "Gallipavo" los tres peruanos. Se lidiaron ejemplares procedentes de la hacienda Gómez de Cañete, después Unanue. El primer toro lidiado aquella tarde se llamó "Albañil". 

Lorenzo Pizi, torero de raza negra, de los que han existido por lo menos cuatro excelentes representantes en la historia del toreo peruano fue uno de los primeros valores del toreo peruano. Murió el año 1817 después durante una corrida en homenaje al Virrey Pezuela.

Medio siglo después se tiene noticia de un excelente matador de toros nacional, el maestro Angel Valdez, también de color negro, quien toma la alternativa en Madrid durante la temporada del año 1859 de manos de Villaverde. En Lima llegó a torear con Bonarillo. Se hizo famoso por matar en Acho al célebre toro “Arabi Pacha” que había sido lidiado varias veces.

Durante el siglo pasado fueron famosos en Acho los Capeadores Nacionales a Caballo entre los que destacaron Juanita Breña y Casimiro Cajapaico durante el siglo pasado. Entre los años 1960 y 1980 el novillero Hugo Bustamante revive con éxito dicha suerte montando al excepcional caballo “Relicario”.

En el siglo XX surgen Elías Chavez “Arequipeño”, Alejandro Arrieta “Moyano”, Alberto Fernández “Cachucha” y el recordado Carlos Sussoni. Además de presentarse en Acho lo hicieron también con éxito en España.

La Plaza de Acho fue totalmente remozada 179 años después. El 7 de enero de 1945 la Plaza fue reinaugurada. Se había reducido su ruedo a 60 metros de diámetro -lo que aún sigue resultando bastante grande y a menudo incómodo- y se amplió su aforo a catorce mil espectadores. 

Un año después, por iniciativa de los periodistas Manuel Solari Swayne y Jorge Félix Espinosa Palacios, con el apoyo del Diario El Comercio, periódico decano de Lima de gravitante importancia en el acontecer taurino de la ciudad, se inaugura la temporada de Octubre, más conocida como "Feria del Señor de los Milagros" en homenaje al santo patrono de Lima que anualmente origina durante el mes de octubre procesiones de concurrencia multitudinaria con masivas demostraciones de fe religiosa durante las que el pueblo limeño vestido con ropas de color morado recorre la ciudad de Lima acompañando las andas de plata maciza con la efigie del milagroso Cristo.

Durante la temporada de inauguración tomaron parte Manuel Rodríguez "Manolete", Alejandro Montani "El Sol del Perú", Domingo Ortega, Fermín Espinoza "Armillita" y Luis Procuna, siendo el cartel inaugural de la Feria el sábado 12 de octubre de 1946: Manolete, Procuna y Montani quienes estoquearon seis toros mexicanos de La Punta. El mexicano Luis Procuna conquistó aquella vez, el primer Escapulario de Oro del Señor de los Milagros, nuevo trofeo de la Temporada limeña, dándose el caso de haber cortado este gran torero mexicano la primera pata que se dio en Acho. La segunda y última fue conquistada en 1954 por otro extraordinario maestro americano: Cesar Girón de Venezuela. 

No es solamente el peruano Montani quien durante aquellos años hace flamear los colores nacionales. Surgen también con mucho éxito Raúl Ochóa “Rovira”, Adolfo Rojas “El Nene” y Miguel López “Trujillanito”. Los dos primeros realizaron campañas de gran importancia en España alternando con las principales figuras de la coletería mundial como Manolete, Procuna, Ortega y Arruza.

La bella rejoneadora Conchita Cintrón encandila a los públicos de España, México y América.

En la Plaza de Acho, que es la más antigua de América, actúan destacadamente el Matador de Toros chiclayano Paco Céspedes, Fernando Alday, Humberto Valle, Isidoro Morales Rogelio Cervantes, Juan Urquizo, Pepe Santa Cruz, Ricardo Bustamante, Jorge Delgado Cruz, Andrés Alfaro, Manuel Rodríguez “Manolé”, Ricardo Mitsuya, Marcos Méndez “Palmera Negra”, Daniel Palomino, Carlos Suarez, Paco Chávez, José Antonio Rodríguez, Torres Palacios, Guillermo Santillana, Cesar Caro, Raúl Mendiola, Fernando Alvarez y Flavio Carrillo.

Se recuerda asimismo a destacados subalternos nacionales tales como los banderilleros Angel y Julio Solimano, Tarugo, Pedro Romero y la famosa dinastía de picadores José, Juan y Humberto Murro, a quienes se sumaron Roque Ducasteing y Florencio González. 

La sociedad limeña también se hace presente en los ruedos, toreando en calidad de aficionados prácticos quienes se presentaron entre los años 1940 y 1980 vistiendo siempre el traje de corto cordobés. Destacaron entre ellos Tuco Roca Rey, Fulvio Da Fieno, Fernando Graña Elizalde, José Antonio Dapelo, Gastón de la Torre, José Antonio García Miró –quien después se dedicó a la pintura taurina- Pedro Gutiérrez Irigoyen, Carlos Velazco, Javier Camino Benavides y Eduardo Vélez, así como Rafael Puga, Raúl Aramburú, Gabriel Tizón, Juan Manuel Roca Rey y Rafael Gastañeta.

Cuatro diestros nacionales conquistan el Escapulario de Oro de la Temporada del Señor de los Milagros. Ellos son Rafael Puga Castro quien fue el primer Matador de Toros peruano en obtenerlo. También lo logran Freddy Villafuerte, Pablo Salas, y recientemente Rafael Gastañeta quien viene presentándose con éxito durante la temporada española. Rafael Santa Cruz, torero ligado a una estirpe de artistas y folkloristas nacionales conquista también el Escapulario durante sus épocas de Novillero.

Entre los ganaderos nacionales recordamos a Don Víctor Montero y Fernando Bell quienes llevaron adelante a la ganadería de “La Viña” que ha sido la mejor que ha existido en el Perú. Humberto Fernandini (Yéncala), Antonio y Fernando Graña Elizalde (Huando), Chuquizongo de los Orbegozo, Salamanca de Constante Larco Hoyle, La Pauca de Rafael Puga Estrada, San Carlos de Gino Rotta, Las Salinas de José Antonio Dapelo, El Rocío de Amado Lora, La Huaca de Marcial Ayaiopoma Alvarado, Checayani de Humfredo Macedo, Roberto Puga y Campo Nuevo de los hermanos Roberto y Rafael Puga, Paiján de Aníbal Vásquez, Jesús de Abraham Guevara y Apostol Santiago de Nazario Villafuerte, así como Bartolomé Puiggros, son algunos de los muchos ejemplos de constante trabajo y superación de la cabaña brava peruana que pugna por volver a encontrar el sitial que antes tuvo hasta ser gravemente afectada por la llamada Reforma Agraria del Presidente golpista Velasco Alvarado, quien se tomó un desquite con la Fiesta de Toros después de haber recibido una histórica rechifla en los tendidos de Acho. En la actualidad el Perú posee una docena de ganaderías de casta en proceso de consolidación. 

Durante la historia de Acho se presentan en el Perú todas las figuras importantes del toreo español, francés, mexicano, venezolano y colombiano. Destacando entre ellos Joselito, Belmonte, Rafael El Gallo, Domingo Ortega, Manolete, Arruza, Procuna, Armillita, Luis Miguel Dominguín, Antonio Bienvenida, Rafael Ortega, Pepe Luis y Manolo Vásquez, Antonio Ordóñez, César y Curro Girón, Pepe Cáceres y César Rincón, Chicuelo II, Curro Romero, Gregorio Sánchez, El Viti El Cordobés, Palomo, Paco Camino, Paquirri, Manzanares, Capea, Paco Ojeda, Antoñete, Jaime Ostos y Ortega Cano al lado de otras grandes figuras del toreo.

Un lugar especial en nuestra Fiesta Taurina Nacional para el Capítulo de Cirugía Taurina que tiene sus orígenes en el destacado cirujano taurino Dr. Marino Costa Saenz, y que hoy día se encuentra a cargo de prestigiados médicos nacionales bajo la presidencia del destacado cirujano Andrés León Martínez asistido por otro notable cirujano como lo es el Doctor Jaime Del Castillo. Ellos, al frente de unos veinte especialistas, son los ángeles guardianes de los toreros que actúan en Acho. En la enfermería de la Plaza se han realizado operaciones milagrosas en las que se salvó la vida después de haber recibido muy graves cornadas a los subalternos José Luis Scotto y El Trini. La fiesta brava avanza exitosamente. Cada año se realizan unos quinientos festejos, entre los de primera, segunda, tercera y cuarta categoría a nivel nacional. Tales tardes revisten en algunos casos características folklóricas y costumbristas, lo que les brinda singular interés. Existen más de 250 plazas en pueblos y provincias. Tenemos en activo a unos 15 matadores de toros peruanos y medio centenar de novilleros. 

Entre las principales Plazas de Toros del Perú se cuentan después de Acho que a la fecha tiene 232 años de existencia, La Taurina en Lima, y las Plazas de Trujillo, Ica, Chota, Cutervo, Santa Cruz, Cajamarca, Cora Cora, Huambos, Sicaya, Palca, Cajabamba, Concepción, Junín, Jauja, Puno y Arequipa entre otras. 

Entre los principales empresarios peruanos se cuentan Raúl Ácha "Rovira", Carlos Gallese Cantuarias, Marcial Ayaipoma Alvarado, Nazario Villafuerte Guardia, Rafael Puga Castro, Mario Paredes Cueva, y Nestor Quispez Asín en representación de la Empresa Deltron Taurina. Fueron muy recordadas las novilladas organizadas entre los años cuarenta y cincuenta por Don Benigno Pomar y por Luis Stumer, y durante la década del sesenta por Marcial Ayaipoma.

El periodismo taurino nacional, organizado dentro del Círculo de Periodistas Taurinos del Perú, también ocupa lugar especial destacando entre los antiguos a Don Fausto Gastañeta “Que se Vaya”, Manuel Solari Swayne “Zeñó Manué”, Lizandro de la Puente “El Equis”, Raúl de Mugaburu “Don Fulano”, Manuel Miro Quesada Laos "Latiguillo", Félix Espinosa Palacios “Don Félix”, Nestor Carpio Becerra “Don Nadie”, Diego Camacho "Don Justo", Pedro del Pino Fajardo "Juan Calé", José Quevedo Valderrama “Morado y Oro”, Horacio Parodi , Alejandro Sánchez Andrade “Laberinto” y Carlos Cortez entre otros. 

Existe hoy una generación muy importante de casi un centenar de periodistas que inspirados en el ejemplo de estos notables maestros se desenvuelven en periódicos, revistas, agencias de noticias, estaciones de radio y canales de televisión. En lo que se refiere a la Radio y Televisión, medios a los que se encuentra muy ligado quien escribe estas líneas, podemos decirles que las primeras transmisiones radiales estuvieron a cargo de Juan Sedó y Arístides Gonzales Vigil quienes transmitieron por Radio Mundial las temporadas de Manolete en Lima. Por la década de 1950 toma la posta Alejandro Sánchez con Carlos Bodero quienes acompañador por Manuel Obregón transmiten sus programas por Radio Libertad y Radio El Sol. 

A partir de 1966 Radio Nacional del Perú encarga sus transmisiones desde la Plaza de Acho al autor de estas líneas, no existiendo esfuerzos similares de los que tengamos noticia.

La Televisión nacional tiene participación decidida en el desarrollo de la Fiesta. Desde el año 1957 realizamos programas y transmisiones taurinas en el Canal Estatal que, en este sentido ostenta un récord de años al servicio de la fiesta brava que será muy difícil de ser igualado o superado por ningún Canal limeño de señal abierta. Hacho, y casi todas las Plazas importantes del Perú fueron punto frecuente de llegada de las Cámaras de nuestras Cámaras. Hoy en día cumplen brillante labor en este sentido dos Canales de suscripción por Cable


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