Toro de piedra de Paco Rodriguez
LEO VALADEZ, UN DESCUBRIMIENTO.
VALENCIA. FALLAS 2015. 20 DE MARZO.
Por Agustín Hervás.
Onda Cero Radio.
Viene de Méjico. Lo enseña Encabo. Y torea mejor que el maestro. Eso está bien. Quiere decirse que el alumno supera al profesor. Y la superación se ve en el día de su debut con caballos. Otro punto más para el chaval. No va a ser ningún Bienvenida poniendo palos, pero les da aire y le servirán para contratarlo. Me gustó el fundamento de sus faenas desde el planteamiento, hasta la ejecución. Tampoco va a ser un torero elegante pero si poderoso. En un plis plas vio que el tercer novillo era un informal de medias arrancadas y no se amilano. Pisó buen sitio. Consiguió meterlo en la canasta, y se me antoja que es suficiente para un novato. Tampoco es un espadachín consumado, pero a eso se puede aprender. Ya ven aprendió el Juli, aunque fuera a capón. A lo otro no. Para lo otro hay que tener bien puesta la entrepierna, la cabeza y el corazón. Pero cuando salió el sexto “toro” porque por hechuras era, un toro. Dijo: “a mi los Gibajas” y terminó haciendo que el animal de encastado pasara a rajarse y lo hizo quieta la planta, llevándolo muy metido por la derecha, y pisando ese increíble sitio por la izquierda. Y dentro de todo esto, un alma de novillero. Se veía que era un novillero. Cortó una oreja.
No se vio que fuera un novillero, nada más que por su juventud, Francisco José Espada, que parecía un matador, y al que no veo ahí. Correcto en el primero y con oficio y tesón en el cuarto. Y a pesar de todo eso, no dijo nada. Es verdad que hubo viento. Para todos. Lluvia, para todos. Que recibió un tantarantán, como todos. Pero ni fu ni fa. Y debería preocuparle al chaval.
Otra oreja cortó en el segundo de la tarde Climent, que jugaba en casa. Poco toreado y con muchas ganas. Más que habilidades. Pero se agradece el esfuerzo. Voluntarioso en el de la oreja y a la deriva en el complicado quinto. Es normal que para ese menester no tenga aún credenciales. Sea pues la disposición la primera, y adelante.
La novillada de Antonio López Gibajas desigualmente presentada por arriba con un cuarto, quinto y sexto de excelente presentación. El primero se dejó. El cuarto rebrincado manejable. El segundo de medias arrancadas. El quinto peligroso. El tercero de embestidas informales y el sexto encastado.
No es de recibo que la autoridad, ya que los taurinos demuestran ser unos inconsecuentes en su negocio, haya admitido corriditas de toros en toda la feria, que parecían novillos, cuando la medida precisamente la tenían en esta novillada. De toros, toros. La cosa no es bajar el listón en las corridas, como se ha hecho en Valencia. La cosa es que los toros tengan el trapío de toros, y los novillos el de novillos. Que las elevadas figuritas toreen los barbas y los novilleros los imberbes. Así ha sido siempre. No demos entre todos motivos para que la fiesta se acabe. Tengo dicho y escrito que el futuro de la fiesta pasa por enseñar su verdad.
¡Aquí paz y allí gloria!
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