17 enero 2008

EL LLANTO DE LOS MASTUERZOS

EL LLANTO DE LOS MASTUERZOS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Uno de los capítulos que más me han interesado de los que Felipe Garrigues ha escrito para el libro que nos recomendó Pepe Pastor, "¿Suspiros de otra España? La Fiesta Ante el Siglo XXII", ha sido el que titula: Salir de Copas. En el se analiza el estado de la ganadería, por su mercadotecnia, y aspectos referentes al control sanitario que son verdaderas sentencias que no dejan muy bien parados a los veterinarios.
Mi interés es evidente, si como se sabe, proclamo la defensa del toro bravo como eje de la fiesta.
Afirmaciones como: "Las ganaderías ya no son de los que tienen el apellido ni la tradición, sino de los que tienen el dinero", las hace el autor, que también es ganadero encuadrado en la Asociación y con procedencia de Sepúlveda. Es cierto que es muy critico con el sistema al que pertenece y según parece, nada corporativista: "... los que de verdad hacen daño al mercado son los intrusos que cargados de euros compran carísimo para después vender baratos sus productos con tal de vender en tal o cual plaza..."
Sería conveniente que su presidente, digo el de su Asociación de Ganaderías de Lidia, Eduardo Martín Peñato, se leyera este libro antes de abrir la boca para no verse clavado el paladar con el anzuelo de la crítica, pues según su parecer los precios de los toros están estancados y hasta incluso, dice, por debajo de los de hace veinte años. Es cierto, no le falta razón al ganadero en este llanto. Lo mismo que cuando llora también diciendo que es: "inconcebible tener la materia prima y mantener los precios así".
El llanto es muy común entre los hombres de campo y los que se dedican a bregar con animales, más. Se dice que el negocio de sangre es mal negocio y ciertamente así es. La Lengua Azul y la Encefalopatía Esponjiforme, son ejemplos. Sin embargo cuando se llora, se debe llorar de verdad y no por pena de las propias obras erradas. A fuer de ser llanto de mastuerzos.
Tengo que quitarle la razón a Peñato cuando considera el anquilosamiento de las estructuras económicas de la fiesta. Este llanto, aún es más llanto de mastuerzos, lo es en mucho mayor grado, pues se implica a todos los sectores de la fiesta. Y sin embargo hay dos sectores que se aprovechan. ¿Quién manda, en los albores del siglo XXI, en la fiesta brava?. Primero los políticos. Después, los empresarios. Y ambos ejercen un control casi mafioso sobre las estructuras de la fiesta. Lo explicaremos.
Pero no perdamos la perspectiva del llanto de los ganaderos porque la cosa arranca del pasado siglo donde se entroniza con la idea de Felipe Garrigues de que las ganaderías son del que tiene dinero.
Vengo sosteniendo desde mis intervenciones en los programas nacionales con Mariví Romero, en Onda Cero Radio, que el mundo del toro, y la ganadería de bravo es pieza fundamental, es campo abonado para el dinero negro, que como se sabe; Cada día desde la Operación Malaya, nos desayunamos con detenciones urbanísticas; sale de los ladrillos... y quizas de otras sustancias, pero de los ladrillos, ya ha quedado demostrado. (Léase en este blog UNA GANADERIA PRINGADA, abril del 2006),
Del cambio profundo que el mundo del toro ha sufrido en sus estructuras económicas desde los años ochenta del pasado siglo, a la actualidad, dan cuenta los hechos habidos. Y ahora viene la explicación pendiente. Los ganaderos históricos pierden poder, que no dinero, frente a los ganaderos ladrilleros que pagan a precio de oro los desechos de los ganaderos señoritos, para luego regalarlos a los empresarios con tal de lidiarlos. Y lo más relevante y peligroso, que el mando de esto lo han cogido los políticos, que en mayoría, administran las plazas de esta avejentada y caduca España, quienes trapichean con los empresarios, que se han doblegado a los caprichos del poder, consintiendo en pagar cánones insoportables y haciendo encarecer el precio final del espectaculo que repercute, primero sobre el espectador, y luego, como se queja con llanto necio, Martín Peñato, sobre el ganadero, sin olvidar a los toreros, pues entre sus filas se lo llevan solo unos pocos, y el resto, desde más arriba del escalafón, a tragar según lo que haya en taquilla o al 33.
Que este llanto que nos derrama Peñato, es un llanto majadero, lo sentencia la idea, aceptada desde el primer día, de consentir recibir las subvenciones de la mamá Europa. Garrigues, dice: "Las ayudas a las vacas nodrizas en forma de subvención de la Unión Europea han tenido doble consecuencia (rentabilidad y selección) 300 € anuales... hay sobrecarga de ganado bravo en el campo lo que ha repercutido en los precios... lo que se gana en subvención se pierde en valoración"
La política de subvenciones ejercida desde Europa para hacer más Europa ha sido nefasta y contradictoria. Y según me informo, en la ganadería brava, peor. Pues desde que se reciben subvenciones por res, no se manda ninguna al matadero provocando saturación en el mercado y vendiendo los excedentes a los ladrilleros. Esta política es capitalista pura pues los que más tienen reciben más, los que menos, menos. Se conserva todo, no se manda al matadero nada. En el olivar, Europa subvencionaba la calidad y ahora dan un fijo por hectárea. Antes el que menos tenia podía obtener más subvención porque procuraba que sus olivos tuvieran un aceite mejor, y ahora, les da igual, porque subvencionan las hectáreas cultivadas y como consecuencia el abandono de la productividad. La calidad del aceite no importa en el olivo. En el toro tampoco importa la bravura, se subvenciona la carne. Y así nos va. Como consecuencia, este llanto de mastuerzos a los que en recibiendo les da igual, cochinos que toros. En vendiendo, dicen que los precios están estancados.
Que yo sepa, tanto en la ganadería como en la agricultura, la política de subvenciones se impuso para mejorar nuestros productos y para ampliar mercados. Sin embargo de lo recibido nada hemos invertido en el negocio, los dineros se han derivado para remendar otros agujeros y eso sí, a tener buenos todo - terrenos a las puertas de los cortijos.
Es mentira que las estructuras económicas de la fiesta están anquilosadas. Están desestructuradas, si me apuran, como lo está la economía nacional, a pesar de Zapatero el optimista. No se puede consentir que políticos y empresarios, con urdimbres mafiosas hayan encarecido la fiesta, que pagan los espectadores soportando además mediocridades artísticas habiendo sido convertidos en mecanos pasivos del espectáculo, a costa de los dineros de los principales actores de la corrida: el toro y el torero.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo,con el bajarse los pantalones a la hora de vender las corridas,pero comprendo que un ganadero quiere ver que se lidien sus toros,si el ganadero va por buen camino al final podra vender bien,(hay ejemplos de ello)y si no,se tendra que retirar,porque esos empresarios de tontos no tienen un pelo.
las subvenciones europeas van en funcion de los derechos de vacas nodrizas que tenga el ganadero y no con el numero de vacas.
hay que pensar,que si no fuera por
los ladrilleros,no se podrian dar tantas corridas de toros y novilladas como se dan,estos "ganaderos" tienen en nomina a profecionales del toro de mucha categoria,tienen las instalaciones y la sanidad animal,como el mejor.pues como es logico,tienen dinero y se lo gastan.

cortinar

Anónimo dijo...

Participo de mucho de lo que dice cortinar. Es la oferta frente a la demanda. En efecto, el que tiene más productos que quieren toreros y empresarios es el que más vende. Y los "ladrilleros" lo saben. El problema es que el pagano no exige otro tipo de producto (lease ganado).

Anónimo dijo...

Lamento disentir con Cortinar y algo menos contigo Pepe.
A mi no me vale eso de que el que mas tenga, mas vende, porque puestos así, si mañana me toca el euromillon y me llenan de dinero hasta las trancas, me compro una ganaderia, no tiento, ni cuido los sementales, ni las vacas nodrizas y ¡Hala a vender y vender! sin importarme el producto.
De acuerdo con lo del pagano que no exige.
Si se dan menos corridas, pero las que se dan son de mejor calidad de los toros, por mi no hay problema, es como ir a San Isidro 25 tardes a ver falfulla o 10 corridas, con toros con casta y trapio. ¿no te parece?
Salud
El Coronel