Los toros fueron de Joaquìn Barral de lo que compró con el hierro de Rincón, y con este hierro se lidió la corrida. Muy floja y descastada. Palomo Linares no tuvo suerte en el lote y no cortó trofeos. Manuel Díaz El Cordobés cortó seis orejas y fue sacado a hombros por los legionarios que vieron la corrida, que se celebró un Viernes Santo.
El mano a mano obedeció a un planteamiento de guerrilla que no cuajó. Tras la reaparición de Manuel Benítez El Cordobés, el conato de guerra fue planteado contra el hijo, y ambos se enzarzaron en dimes y diretes que se fundamentaron en varios mano a mano, pero padre e hijo cada uno por su lado. El padre con Jesulín de Ubrique, y el hijo con Palomo Linares. La cosa no cuajó porque El Cordobés padre tuvo que cortar esa reaparición por imposibilidad física.
Buena estocada de Manuel al segundo del encierro
Apertura clásica de faena de El Cordobés al cuarto.
Momento en el que los legionarios se tiran al ruedo antes de ser arrastrado el toro.
Los legionarios se rinden al Cordobés. La primera vez que esto pasaba en un ruedo.
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