11 agosto 2025

MORANTE SUFRE UNA CORNADA EN PONTEVEDRA DESPUÉS DE UNA FUERTE COGIDA EN MARBELLA Y UNA DISCUSIÓN CON ROCA REY EN EL PUERTO

Faro de Vigo. Cogida de Morante en Pontevedra.

Les voy a confesar una cosa que no he dicho a nadie, porque no quise ser gafe, pero ahora lo voy a decir tras la cogida de Morante en Pontevedra porque estoy muy preocupado y asustado.

El viernes pasado día 8 vi la corrida de Candiles en Marbella, desde el tendido, junto a un amigo. Tuve el presentimiento de que esa noche podría ocurrir algo grave, pero claro, a esas cosas no se les echa cuentas por estar en un mundo de supersticiosos.

Luego empezó la corrida y ya la cosa empezó a torcerse con la cogida donde se fracturó la muñeca el banderillero Diego Román. Los toros no me gustaron porque aunque de presentación fueron correctos para una plaza de tercera en cuanto a juego me parecieron mentirosos, con buenos principios pero con malos finales, y eso desconcertó a los toreros que solo pudieron tener detalles, sin hacer una faena rotunda.

Así fue el primero. Y Morante, estuvo en Morante, como viene siendo Morante en esta temporada, sin duda la más regular de todas. Pero lo veía abstraído, poderoso, confiado, pero un poco torpe. Torpe, no físicamente (aunque lento), sino torpe mentalmente, porque a este primer toro se empeñó en matarlo en terrenos de chiqueros, una y otra vez. Y esto me preocupó tanto que pensé, "como siga así en las próximas corridas, se va a llevar un disgusto". Pero bueno, otra vez mi imaginación volaba... pelillos a la mar.

Cuando salió el cuarto de la noche, embistiendo por derecho, Morante que salió con mucha disposición le enjaretó cuatro verónicas de muy señor mío... y en la cuarta le dije a mi amigo Paco, con ese lance acaba de partir al toro. (Partirlo en plan de acabarlo, rendirlo en su bravura, no en invalidarlo físicamente). Y así fue. El toro cambió a peor en los dos primeros tercios y al iniciar la faena de muleta, el de Gracigrande se vino arriba, pero Morante, dándole igual, se quedó en el sitio para deleitarnos con un ramillete de muletazos de su marca y de su ingenio. El toro apretaba por el pitón izquierdo, y a veces por el derecho se acostaba. Morante recibe un palotazo (con la pala del pitón izquierdo) en su muslo izquierdo... se resiente pero continua su labor. Y fue ahí donde pensé..."verás, si este tío sigue así esta temporada, un toro se lo va a llevar por delante" Fin del pensamiento. Luego en una tanda de naturales llegó la cogida. Una paliza de aúpa. Y fue cuando me acojoné... "hoy ya tiene dos avisos"

Por esto después de la cogida en Pontevedra, he reflexionado sobre algo que no es baladí y que todo el mundo parece olvidar. Morante de la Puebla es un hombre enfermo, que lleva sus temporadas de torero a modo de río Guadiana, y que en esta, su entrega es total, y esa entrega me asusta porque no quiero pensar, pero lo pienso, que por un lance del demonio quiera inmolarse, sin querer.

Llevo muchos años en esta profesión de periodista taurino y me he equivocado muchas veces, con las reacciones de los toros, y con las mentes de los toreros. En el fondo la tauromaquia tiene mucho de ese juego mental... además sé de lo que va esto de la enfermedad mental... no digo más. Pero sí diré que Dios quiera en esta ocasión me vuelva a equivocar y podamos disfrutar muchos años de Morante de la Puebla, como torero hasta que él quiera, y como hombre hasta que Dios quiera.  


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