El primer y segundo toro anovillados. El tercero de capa algo sarda en los lomos, y el cuarto, correctamente presentados. El quinto y el sexto, terciados. Desigual corrida por tanto de presentación que no corresponde con el perfil del toro para esta feria. Pero ya se sabe que como a muchos toreros, a ciertos ganaderos, Miura lo es, se les consiente lo que a otros se les niega. Dice el refrán que cría fama y échate a dormir. Pues eso.
Luego en cuanto a juego, excepto un toro, los restantes fueron dóciles, sin fuerzas y hasta nobletones, en el estilo de los miuras, pero manejables con los que los toreros estuvieron muy precavidos.
Jesús Enrique Colombo fue el triunfador del festejo. Oreja al tercero de la tarde por una sarta de mantazos que como su propio nombre dice, es que no bajó la mano, nunca, y siempre los remato arriba... ¡ea!, como cuando el toreo se hace con una manta. Esto por el pitón derecho porque por el izquierdo lo trajinó muy superficialmente. Estocada trasera y baja. El toro, un buen toro en los tres tercios. Manejable sin ir hasta el final, fue de más a menos. Compartió banderillas con Escribano estando muy efectista y correcto el sevillano en su par.
En el sexto otra oreja cortó aunque se le pidió la segunda, incomprensiblemente, con mucha fuerza. Manseó en varas y se dejó en palitroques. fue nobletón, con la cara alta, que se vino a menos pero que se tragó toda la fiesta que le dio Colombo. No dio un pase bueno el torero, todo fueron molinetes, agarrones al toro, yéndose al sol a pedir árnica, pero sí dio una buena estocada. Compartió banderillas con Escribano y estuvieron los dos como la Chata. Hizo un quite por lopecinas decorosas.
Abrió el cartel el sevillano Escribano que con el primero, manejable, estuvo con precauciones por el pitón derecho y por el izquierdo incómodo aunque un poco mejor que en torero en redondo. No bajó nunca la mano y mató de trasera caída y tendida, siendo aviso. En banderillas que compartió con Colombo estuvo correcto en el primer par, falló el primer intento en el tercero y luego se alivió. Colombo puso un par pasado.
También compartió banderillas en el cuarto. Mal en sus pares y Colombo uno al violín, efectista. La faena con un toro que se dejó yendo a menos para terminar apagándose, fue tirando de oficio y de entendimiento, muy larga, le sonó el aviso antes de entrar a matar. Pinchazo, media trasera y una buena.
El debut en Pamplona de Castaño no fue el deseado. Con un imposible segundo de media arrancada, que no pasaba, estuvo valentón, jugándosela sin que el esfuerzo tuviera un olé. Cobró media buena. El quinto muy justo de fuerzas fue bueno hasta que no pudo más. Con este toro anduvo el de Salamanca aseado, templado, animando a las peñas. Cobró un pinchazo hondo y tendido y dos descabellos.
¡Aquí paz y allí gloria!
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