La feria será cara, pero fácilmente defendible, y aunque el riesgo empresarial siempre existe, el de esta feria está calculado.
Pero verán. Lo que me interesa de esta feria son los toros de La Quinta, Román y Borja. La corrida de rejones porque en ella aparecen dos amigos Rui y Ventura (Ventura impone a Rui Fernandes) y Lea Vicens. Es el mismo cartel de Sevilla, pero sin Lea y con Guillermo Hermoso, que hasta ahora no ha dicho nada distinto a su padre.
A parte, me interesa Perera, Rufo, Ortega y de Justo.
Y el toro, siempre a vueltas con el toro en las primera ferias, y esta plaza es de primera. Como lo de sangre Domecq funciona, pues hasta en la sopa. Es razonable que los ganaderos aventureros se aburran. No se olvide que las mejores ganadería nacieron de las distintas mezclas de sangres que algunos ganaderos pioneros del siglo pasado se les ocurrió hacer.
En definitiva, una feria de Fallas para conmemorar el primer cuarto del siglo XXI que se me antoja fácil y segura. Claro que yo no soy empresario, solo soy un modesto aficionado a los toros, respetando a los toreros. Seguro que esto lo entiende Víctor Zabala de la Serna, gerente de la empresa, por cuya sangre, antes de lo comercial, corría la de la afición.
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