03 febrero 2025

El toreo no debe de pedir perdón Por: Sergio Hueso

 LA VERDAD DE LA OBRA PREMIADA DE SERRA


De Burladero.



El toreo sigue teniendo motivos de sobra para sentirse orgulloso, no solo por su riqueza cultural, sino también por los valores que transmite y que, en muchas ocasiones, se reflejan en el día a día de los aficionados taurinos y en su interacción con la sociedad actual. Esta semana, mientras escuchaba una entrevista radiofónica, reflexioné sobre esto. El director de cine Albert Serra, creador de ‘Tardes de Soledad’, fue invitado a hablar sobre su obra, que aparentemente rinde homenaje al toreo. Sin embargo, lo que parecía un gesto de admiración hacia la tauromaquia terminó por cambiar mi perspectiva.

Que Serra haya dedicado una de sus creaciones al toreo es, sin duda, algo que agradecer. Pero no es algo por lo que debamos pedir perdón, como si fuera un acto de condescendencia. Parece que, cada vez que alguien ajeno al mundo taurino dirige su mirada hacia la tauromaquia, los aficionados nos vemos obligados a sentirnos casi culpables y a agradecer con excesiva humildad. ¿Por qué? ¿Acaso no debería ser al revés? ¿No debería ser el toreo, quien inspire respeto y admiración, en lugar de someternos a un complejo de inferioridad?

Este sentimiento de inferioridad, que muchos taurinos hemos interiorizado, es fruto de una sociedad que, en muchos casos, nos menosprecia. Parece que, cuando alguien ajeno al toreo se fija en nosotros, se siente con el derecho de tratarnos con soberbia y superioridad. Y eso fue precisamente lo que percibí en aquella entrevista. No fue la peor entrevista por culpa del equipo que la preparó, sino por la actitud del entrevistado. Serra esquivó preguntas, mostró desgana y se comportó con una superioridad que dejó claro que su presencia en la radio era más un trámite que un acto de genuino interés.

Mi conclusión fue clara: Serra no se acercó al toreo por admiración o respeto hacia su arte. Lo hizo por el dinero que genera y por el morbo que rodea a figuras como Roca Rey, un ídolo de masas en la actualidad. La combinación de un film taurino con una estrella mediática como Roca Rey es, sin duda, una fórmula perfecta para atraer audiencias y llenar taquillas. Y, aunque es probable que su obra sea técnicamente espectacular, no podemos ignorar que su motivación parece más financiera que artística.

Sin embargo, el toreo no necesita de validaciones externas para sobrevivir. La tauromaquia ha demostrado una y otra vez su capacidad de resistencia. Ha superado conflictos, críticas y hasta una pandemia que muchos creyeron sería su sentencia de muerte. Pero, como un toro bravo, el toreo se levantó de las tablas y duplicó sus festejos, demostrando una vez más su fuerza y vitalidad. Aunque los propios taurinos a menudo decimos que no estamos unidos, ante la adversidad, el toreo y su afición se muestran más fuertes que un diamante.

Estoy convencido de que la producción de Serra será visualmente impresionante, y por eso debemos agradecerle su aportación. Pero no olvidemos nunca que el toreo no tiene por qué pedir perdón por existir. Somos parte de una tradición viva, llena de arte, pasión y valores que merecen ser respetados. Y, mientras sigamos defendiendo eso, el toreo seguirá siendo imbatible.

 

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