El 13 de abril de 2016 el nombre de un toro dio la vuelta al mundo de la tauromaquia: Cobradiezmos, nacido en 2012, estaba herrado con el número 37 y era cárdeno, como la mayoría de los toros de la ganadería a la que pertenecía, Victorino Martín. Se lidió durante la Feria de Abril de Sevilla y le tocó en suerte a Manuel Escribano quien supo potenciar sus virtudes hasta que en un ambiente de gran alegría el presidente sacó el pañuelo naranja. Los surcos sobre la arena de su hocico buscando las telas del torero sevillano no se le olvidan al buen aficionado que haya podido ver la faena.
Este 8 de octubre de 2024 la cuenta oficial de la ganadería ha dado la triste noticia de que Cobradiezmos murió en una pelea en el campo en la finca Las Tiesas de Santa María (Portezuelo y Garrovillas, Cáceres) donde disfrutaba con doce años para trece padreando de su vida ganada en el ruedo. En la revista Aplausos han recogido declaraciones del propio Victorino que ha contado que el toro ha dado "ocho camadas" por lo que su estirpe se prolongará en el tiempo en una de las ganaderías más importantes de España que cierra la temporada taurina en Las Ventas este domingo en la Corrida de la Hispanidad.
Cobradiezmos ha sido uno de los toros más importantes de los últimos años que se han lidiado en los ruedos, tanto por el lugar del indulto, la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, como por la propia faena, un ejemplo de lo que es un toro bravo. Uno de los atractivos de la visita a la ganadería cacereña era verle en un entorno privilegiado. En el hilo que ha recopilado la Fundación Toro de Lidia para recordar a tan bravo ejemplar han colgado un extracto de una entrevista a Manuel Escribano en la que afirma que Cobradiezmos "tenía enamorados a todos antes de la corrida y enamoró a todos cuando salió a la plaza. Es un toro muy importante para la tauromaquia, el toro soñado".
En la memoria de los buenos aficionados a los toros caben algunos de los ejemplares más bravos que pisan los cosos. La mayoría de esos animales son premiados con una vuelta al ruedo póstuma con la plaza en pie aplaudiéndolos después de que el presidente saque el pañuelo azul con el que se consigna dicho reconocimiento. Sólo algunos por su bravura excepcional se ganan el derecho a la vida. Por desgracia, cada vez más se indultan toros que no lo merecen y, sobre todo, en plazas de menor categoría donde el animal no puede demostrar bien sus grandes dotes. No es el caso de este toro de Victorino Martín.
Cuenta Victorino que ha muerto a la edad de Belador (el único toro indultado en Las Ventas, Ortega Cano, 19 de julio de 1982) y Morenito, un semental que "hizo la ganadería". La de Cobradiezmos no ha sido una muerte natural sino en una pelea, como lo hacen los bravos. ¡Gloria a los toros bravos!
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