26 mayo 2025

MADRID. PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS. FERIA DE SAN ISIDRO 2025. FUENTE YMBRO, OLEADAS DE PELIGRO.

Foto de mundotoro. Comisario, de 566 kilos nacido en noviembre del año 20. Ovacionado al arrastre. Román le cortó una oreja.

Parecía que no, pero los toreros pasaron un mal rato delante de los toros de Fuente Ymbro, una corrida astifina, en su peso y en general con toros bien presentados cuya casta se debatió en el filo de la navaja. Un paso para la mansedumbre, un paso para la bravura. En realidad nada indiferentes para el aficionado aunque algunos de los toros mintieran, y en general todos con un peligro sordo y manifiesto, que los toreros minimizaron a veces con más decisión y valentía que oficio.

Diego San Román. Mejicano. Confirmaba la alternativa. Y lo que hizo este "manito" después de haber pasado el fielato de la ceremonia en el primero, fue afrontar las embestidas inciertas de un sexto toro bien presentado, cumplidor en varas y suficiente en banderillas, que llegó a la mulera sin picar. Fue un toro manso encastado embistiendo a oleadas, descompuesto que por el izquierdo se dejó cuando el matador le obligó. Y ahí estuvo San Román. Jugándosela. Consintiendo. Y cuando llegó el natural con el dominio de la situación aunque el trasteo no fuera estético, pero sí poderoso. en realidad los dos contendientes tuvieron una pelea de poder que en términos mejicanos se podría definir como una machada mejicana. Actuación de torero macho la de Diego San Román, que mató a este sexto de una estocada sonándole un aviso.

En el toro de su confirmación estuvo intenso, siempre en el sitio y con valor frío. El toro aplaudido de salida tuvo embestidas con genio y siempre queriéndose rajar. Le tocaron un aviso antes de entrar a matar haciéndolo de una perpendicular y baja.

El valenciano Román tocó pelo en el quinto de la tarde, un toro bien presentado que recibió una ovación al arrastre por dejarse en varas e ir con alegría a los palitroques y en la muleta con un comportamiento de bravo. Con viaje. entrega. Yéndose de largo a los cites y teniendo importancia en todas sus embestidas. Román hizo en esfuerzo. Primero acompañando las embestidas y a partir de la mitad de la faena mucho más entonado. Pero se confió y el toro no le perdonó, lo cogió, sin consecuencias aparentes. Su actuación tuvo la virtud de dejárselo venir de largo y aguantar las poderosas embestidas. Un pinchazo sin soltar aplaudido, y media caída atravesada. Oreja.

El tercero fue un toro correcto de presentación que se dejó en varas y echó la cara arriba en banderillas. Llegaba a la franela pero no se iba. No humillaba y punteaba. No rompió. Román la dio al toro importancia y no la tenía. Le dio aire y no se lo merecía. Entendió los terrenos que necesitó el animal. El público tuvo que silbarle para que no se pusiera pezorro. Tres pinchazos, un aviso y una estocada buena.

Fue el segundo toro de correcta presentación, cuellicorto, que quiso saltar las tablas, que se dejó en varas y en banderillas aunque a la salida de los pares se refugiaba en ellas. En la muleta embistió a la voz. No tuvo recorrido. Calamocheó, y en acción de descaste no pasaba. Curro Díaz que estuvo voluntarioso y con oficio, tragó lo que pudo, y lo que fue, lo fue sin brillantez ninguna. Estocada baja.

El cuarto aplaudido de salida, no fue bien picado. Le gritaron a picador aquello de: "picador, qué malo eres", y a banderillas fue con la cara por las nubes. Luego en la muleta no se entregó. Mintió con embestidas que parecían que si, y eran que no. Amagaba, y no sirvió para la lidia. Descaste. La veteranía y el oficio del de Linares, le bastaron para mantener el cartel. Un metisaca y una baja.

¡Aquí paz y allí gloria!

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