Cuatro toros de El Pilar, con volumen pero desiguales en cuanto a cuajo, alzada y cabezas, que salvo el segundo, con nobleza y clase, dieron escaso y deslucido juego por falta de fuerzas o de raza, cuando no por su sentido defensivo; uno de Castillejo de Huebra (5º), bien presentado y muy manejable, aunque a menos, y uno de Villamarta (6º), largo, serio y sin entrega, ambos cinqueños y sustitutos de sendos titulares devueltos por flojos.
Diego Urdiales, de azul noche y oro: pinchazo, estocada delantera desprendida y tres descabellos (silencio); estocada desprendida delantera (silencio).
David Galván, de malva y oro: estocada tendida delantera (vuelta al ruedo tras petición de oreja y dos avisos); estocada (vuelta al ruedo tras petición de oreja).
Víctor Hernández, de buganvilla y oro: estocada desprendida algo atravesada (oreja); tres pinchazos y estocada desprendida (palmas tras aviso).
Segundo festejo de abono de la feria de San Isidro, con casi lleno en los tendidos (20.586 espectadores, según la empresa), en tarde fresca y muy ventosa.
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