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"en toros la verdadera revolución es la vuelta a las esencias, a la reafirmación del clasicismo; es decir, pureza, ortodoxia, respeto a la integridad del toro." Javier Villán.
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DE ABC. El torero sevillano recibió una grave cornada en el muslo derecho durante la faena de su primer toro este domingo en Pontevedra.
Morante de La Puebla no pasó la noche en el hospital donde fue trasladado tras sufrir una grave cornada durante la faena de su primer toro en Pontevedra. El diestro sevillano pidió el alta voluntaria pese a la importancia de la cornada, 10 centímetros de trayectoria en su muslo derecho.
El maestro, en estado de gracia, pletórico desde su reaparición al principio de esta primavera, estrella de los carteles la temporada veraniega, solicitó irse a casa tras ser atendido en el hospital Quirónsalud Miguel Domínguez de la capital pontevedresa. Según ha podido saber este periódico, Morante permaneció apenas unas horas en observación, pero recibió el alta por la noche y fue trasladado a su hotel, desde donde esta misma mañana ha emprendido rumbo a Sevilla.
En su vuelta, todo parece indicar que el torero de La Puebla, acompañado de su apoderado Pedro Jorge Marques, haga parada en Portugal, refugio del diestro en su convalecencia por el trastorno disociativo que padece.
Morante de La Puebla, que el viernes pasado cortó un rabo en Marbella, tiene previsto volver a los ruedos lo antes posible. Tanto como su estado de salud se lo permita. Pero su arrojo le lleva a asegurar que estará el próximo 18 de agosto en la primera de sus dos tardes en la Feria de Málaga.
Todo dependerá de la evolución de la herida y el elevado riesgo de infección de la misma. «Yo me encontré con una herida sucia, muy contaminada por la arena, que se lavó con generosidad», ha explicado esta mañana a ABC el cirujano jefe de la plaza de toros pontevedresa, donde recibió la atención de urgencia -limpieza, antibióticos y drenaje- antes de ser evacuado al Quirón.
La información facilitada al propio cirujano por parte del apoderado del diestro confirman que Morante ha pasado buena noche y que no ha tenido fiebre. Aún así, la recomendación de este médico es la de extremar la vigilancia y realizar una exploración antes de quitarle el drenaje: «El riesgo de infección que tiene es muy importante, dada la contaminación que tenía la herida», ha confirmado.
Les voy a confesar una cosa que no he dicho a nadie, porque no quise ser gafe, pero ahora lo voy a decir tras la cogida de Morante en Pontevedra porque estoy muy preocupado y asustado.
El viernes pasado día 8 vi la corrida de Candiles en Marbella, desde el tendido, junto a un amigo. Tuve el presentimiento de que esa noche podría ocurrir algo grave, pero claro, a esas cosas no se les echa cuentas por estar en un mundo de supersticiosos.
Luego empezó la corrida y ya la cosa empezó a torcerse con la cogida donde se fracturó la muñeca el banderillero Diego Román. Los toros no me gustaron porque aunque de presentación fueron correctos para una plaza de tercera en cuanto a juego me parecieron mentirosos, con buenos principios pero con malos finales, y eso desconcertó a los toreros que solo pudieron tener detalles, sin hacer una faena rotunda.
Así fue el primero. Y Morante, estuvo en Morante, como viene siendo Morante en esta temporada, sin duda la más regular de todas. Pero lo veía abstraído, poderoso, confiado, pero un poco torpe. Torpe, no físicamente (aunque lento), sino torpe mentalmente, porque a este primer toro se empeñó en matarlo en terrenos de chiqueros, una y otra vez. Y esto me preocupó tanto que pensé, "como siga así en las próximas corridas, se va a llevar un disgusto". Pero bueno, otra vez mi imaginación volaba... pelillos a la mar.
Cuando salió el cuarto de la noche, embistiendo por derecho, Morante que salió con mucha disposición le enjaretó cuatro verónicas de muy señor mío... y en la cuarta le dije a mi amigo Paco, con ese lance acaba de partir al toro. (Partirlo en plan de acabarlo, rendirlo en su bravura, no en invalidarlo físicamente). Y así fue. El toro cambió a peor en los dos primeros tercios y al iniciar la faena de muleta, el de Gracigrande se vino arriba, pero Morante, dándole igual, se quedó en el sitio para deleitarnos con un ramillete de muletazos de su marca y de su ingenio. El toro apretaba por el pitón izquierdo, y a veces por el derecho se acostaba. Morante recibe un palotazo (con la pala del pitón izquierdo) en su muslo izquierdo... se resiente pero continua su labor. Y fue ahí donde pensé..."verás, si este tío sigue así esta temporada, un toro se lo va a llevar por delante" Fin del pensamiento. Luego en una tanda de naturales llegó la cogida. Una paliza de aúpa. Y fue cuando me acojoné... "hoy ya tiene dos avisos"
Por esto después de la cogida en Pontevedra, he reflexionado sobre algo que no es baladí y que todo el mundo parece olvidar. Morante de la Puebla es un hombre enfermo, que lleva sus temporadas de torero a modo de río Guadiana, y que en esta, su entrega es total, y esa entrega me asusta porque no quiero pensar, pero lo pienso, que por un lance del demonio quiera inmolarse, sin querer.
Llevo muchos años en esta profesión de periodista taurino y me he equivocado muchas veces, con las reacciones de los toros, y con las mentes de los toreros. En el fondo la tauromaquia tiene mucho de ese juego mental... además sé de lo que va esto de la enfermedad mental... no digo más. Pero sí diré que Dios quiera en esta ocasión me vuelva a equivocar y podamos disfrutar muchos años de Morante de la Puebla, como torero hasta que él quiera, y como hombre hasta que Dios quiera.
Ficha de la Corrida de Candiles - Marbella 8 de agosto 2025
Morante de la Puebla: Silencio/Dos orejas y rabo, inmerecidos, concedidos los trofeos porque el público se sensibilizó con la cogida de Morante en el cuarto con el que se confió pareciendo que estaba flipado. Valor, si, detalles también, pero ninguna faena de redondez. El público se conforma con poco. Al primero lo pinchó por empeñarse en matarlo en toriles. Al cuarto lo reventó en la cuarta verónica, exquisitas por cierto.
Juan Ortega: Oreja/Oreja, mucha oreja por cuatro lances de capote, mucha compostura, y bellas composiciones estéticas.
Pablo Aguado: Dos orejas/Palmas. Excesivas orejas por tan solo un buen quite al primer toro de Ortega y detalles de torería suelta. Tuvo el lote más desigual de presentación, e irregular de juego.
Se lidió una corrida de Garcigrande. Correctamente presentada. Propia para esta terna de toreros artistas. Todos los toros con buenos principios pero con malos finales, viniéndose abajo. El tercero fue aplaudido en el arrastre impropiamente.
PARTE Médico de DIEGO ROMÁN JIMÉNEZ, cogido por el segundo de la noche cuando lo bregaba. Llevaba colgando la mano derecha. (Dr. Aurelio Díaz)
Acude con traumatismo miembro superior derecho tras la lidia del tercer toro. Deformidad, dolor e impotencia funcional en la muñeca derecha. Se realiza reducción cerrada e inmovilización con férula antebraqueal consiguiendo reducción de la deformidad. Se administra analgésico y es trasladado a centro hospitalario para estudio radiológico. Se prevé cirugía
Pronóstico: grave
PARTE MORANTE DE LA PUEBLA, fue avisado primero con un paletazo en el muslo izquierdo y luego cogido. (Dr. Aurelio Díaz)
Herida incisa en el parietal derecho. Contusión en el glúteo mediano de la cadera derecha. Ha sido infiltrado con analgésico y anestésico intramuscular local
Pronóstico: Leve
Sin embargo no todas las figuras pusieron el cartel de no hay billetes. Desde los tiempos de Manuel Benítez "El Cordobés", que sí llenaba la plaza, hasta la aparición de Paco Ojeda y Espartaco, hubo llenos pero las empresas no se quedaron sin boletería. Quizás mi memoria falle, pero fueron estos dos toreros los últimos que pusieron el cartel de no hay billetes en sendas encerronas con seis toros. Paco Ojeda lo hizo en dos ocasiones, siendo en la última cuando sufrió un fuerte cólico nefrítico y tuvo que terminar su temporada.
La ganadería salmantina de Garcigrande ha traído a los corrales de la plaza ejemplares bien presentados para su categoría. Recordemos que la plaza de toros de Marbella, es de tercera.
Javier Buendía. Grande entre los grandes del rejoneo.
FERIA DE MÁLAGA DE 1993.
SUPLENTE: José Hernández Rodríguez
EQUIPO GUBERNATIVO:
Antonio Ruiz Gil
Francisco Montilla García
Jesús Sánchez Amezcua
Antonio Herzog Chamizo
SUPLENTE: José Antonio Ruiz Toledo
Francisco Ortiz Aparicio
José L. Viera Ariza
José Hermoso
Antonio Herzog Chamizo
SUPLENTE: José Hernández Rodríguez
EQUIPO GUBERNATIVO:
Antonio Ruiz Gil
Francisco de Asís Montilla García
Jesús Sánchez Amezcua
Antonio Herzog Chamizo
MÁLAGA, FERIA DE AGOSTO 1993.
BIEN ESTÁ LO QUE BIEN ACABA.
PRELIMINARES:
Después de muchos años estando la presidencia ocupada por una sola persona, este año, y debido a unas circunstancias que partiendo de la indolencia de algunos taurinos, pasando por la propia enfermedad de don José Luis Fernández Torres, presidente, y concluyendo en los desacertados consejos de algún despabilado, al Gobernador Civil, hemos visto en la feria y en el palco a tres presidentes: José Antonio Ruiz Toledo, José Hernández Rodríguez, y el veterano José Luis Fernández Torres.
Esto, que en un principio pudiera parecernos un indicador de importancia a la categoría de la plaza, se convirtió en un desproporcionado desbarajuste de criterios a seguir en cuanto a la dirección de lidia y a la concesión de trofeos.
Mientras esto ocurría los carteles tardaban en salir. Seguramente no hay empresa en España que saque tan tarde los carteles como la de Manuel Martín Gálvez, lo que da idea de las muchas peripecias que tienen que hacer para poder redondearlos. Esto se entiende si pensamos que en la actualidad se ajustan los toreros siempre y cuando ellos aconsejen la ganadería y elijan compañero. Al final consiguieron redondearlos repitiendo a las figuras. Destacamos de entre ellos tres: el día 18 de agosto MANZANARES, CESAR RINCÓN y JOSELITO, el viernes 20, CAPEA,ESPARTACO y PONCE y el día 22, cerrando la feria, CURRO ROMERO, MANZANARES Y FINITO DE CÓRDOBA.
Otra cosa, y esta es la lacra de La Malagueta, es el ganado que se corría; algunas veces por su deficiente presentación, léase José Luis Pereda, Guadalest, Joaquín Buendía Peña y Gabriel Rojas; Otras por su juego, aunque ya se sabe aquello de los melones, ejemplo claro los de Pereda y los cuatro remiendos de Hermanos Sampedro, y finalmente porque este año no vino a Málaga ninguna ganadería torista, (no me gusta el término de dura).
“¡Madrid, Madrid, que nos das!”, decía un aficionado desde la andanada. ARMILLITA CHICO que abría el cartel, con un lote tardo y parado, no se esforzó. PEPE LUIS MARTÍN consiguió cortar una oreja al quinto de la tarde que la afición tildó de mulillera, ya que por el rezago de las mulillas el presidente no tuvo más remedio que concederla. En el segundo volvió a coger los palos, con acierto, suerte que no practicaba en público desde el día de su alternativa. Los toros de BENÍTEZ CUBERO, de juego desigual, fueron aplaudidos por su presentación, el primero y el quinto y al arrastre el segundo.
DESCASTADOS PEREDAS.
MEJOR FAENA: José María Manzanares
MEJOR GANADERía: Gabriel Rojas
MEJOR NOVILLERO: Trujillo
MEJOR SUBALTERNO: Vicente Yesteras
MENCIONES ESPECIALES: Javier Buendía y Curro Romero.
FERIA DE MALAGA. AGOSTO 1992. LA MALAGUETA. PRIMERA PLAZA DE ANDALUCÍA
Por Agustín Hervás
El esfuerzo realizado por todos los sectores taurinos malagueños ha sido, y lo sigue siendo, muy importe. Este se ve compensado cuando el aficionado, el puro, se siente a gusto en ella, no se ve defraudado y sabe por tanto que al menos la relación calidad precio se defiende.
Pero hay sectores del taurinismo andante, llámense periodistas peseteros, siempre advenedizos y por tanto no conocedores de la realidad malagueña, o apoderados mentecatos que no se enteran de la hora que es , o toreros que creen venir a disfrutar del enorme sol que tenemos, pescaíto y mar, que todos los años quieren romper la baraja con acusaciones, rencillas y tachaduras dictatoriales hacia la autoridad. Esta ha seguido manteniendo el papel de defensora de los derechos de los consumidores de este espectáculo, pese a encontrarse limitada, en contra de lo que pudiera parecer, por el nuevo reglamento, e incorporar al ya veterano presidente, para las novilladas, Francisco Ortiz, que junto con José Luis Fernández y Francisco Montilla, llevaron toda la responsabilidad y todos los malos ratos que los taurinitos quisieron dar.
Los empresarios, Martín Gálvez S.L. confeccionaron unos carteles carentes de redondez, pero eso sí, llenos de juventud, que le dieron cierto interés pero que no llegaron a cuajar, ya que tanto los matadores veteranos como los jóvenes, no apretaron el acelerador y, como casi siempre ocurre, desperdiciaron oportunidades importantes quedándose toros sin torear.
El mayor acierto de la feria, por lo que de inversión en el futuro tiene, fue incluir en ella tres novilladas picadas con cabida para cinco chavales malagueños.
Se abrió la feria el día 12 con la mansada, incluidos saltos de callejón, de los novillos de Carmen Lorenzo, esposa de El Capea, que presenció su juego y que pasó un disgusto tremendo. Se remendó con dos novillos de Buenavista que resultaron buenos. El malagueño Juan José Trujillo, después de andar decoroso con el primero consiguió cortar la primera oreja de la feria. Una oreja de ley puesto que la faena fue medida, justa, vibrante y emocionante. José María Recondo, apoderado del muchacho, masticaba chicle a cien kilómetros por hora y se sonreía. Por tanto y conociendo las exigencias del Belmonte Vasco, todo iba bien. José Antonio Ortega, que antes se anunciaba Orteguita, de la localidad gaditana de Los Barrios, estuvo discreto con su lote. Y el marbellí, Juan de Pura, después de haber tenido con anterioridad un acertado debut en La Malagueta, nos defraudó al dejarse ir un encastado sexto novillo de Buenavista con un excelente recorrido.
En la tercera novillada, del día 17, llegó el escándalo. La toreaba el niño del papá empresario. Dos circunstancias armaron el jaleo. La primera, la caída del cartel, por herido, de El Cordobés. No se aceptó la sustitución del hasta entonces triunfador Juan José Trujillo para que no le hiciera sombra al debutante Javier Conde. Pero claro, tampoco se podía poner a otro novillero malagueño porque en justicia el merecedor de esa sustitución era el chaval del barrio de Huelin. Total, decisión salomónica, mano a mano con Higares, que, por cierto, nos dejó con la miel en los labios y no nos la hizo tragar. La segunda circunstancia fue que los novillos de los Hermanos Sampedro habían sido rechazados por falta de sustancia cornea y ya sin tiempo material para preparar otra novillada y después de pensarlo mucho los ganaderos, prefirieron asumir su responsabilidad y acogerse al amparo del articulo 59.1 del nuevo reglamento.
Después de las tensiones matutinas, en el ruedo, callaron muchas bocas, la mía la primera, el hijo del empresario, porque aunque no hubo perfección técnica , los novillos eran sardinas, hubo algún problema con las distancias y que faltó cruzarse cuando hubo de hacerlo. Las faenas estuvieron llenas de detalles, destellos, quietud, valor, inspiración, calidad, gusto. Pero también con el capote hubo aire en los remates, entrega y resolución. Javier Conde hizo de su debut en su plaza de toros una ceremonia y como tal llegó a todos los públicos.
Esto ocurrió el 15. Dos motivos lo hicieron así. Un quite de Fernando Cámara a su segundo toro, quinto de la tarde, el mejor del encierro, por el que el vallisoletano se molestó. Y una protestadísima vuelta al ruedo que se empeñó en dar. Por cierto que luego no se acopló con ese buen toro. Pepe Luis Martín estuvo muy digno y torero toda la tarde pero con altibajos en la faena al cuarto, y Cámara con el lote más deslucido solo estuvo decoroso. Los toros inválidos de Sayalero y Bandrés frustraron toda posibilidad de triunfo.
De Cultoro.
El potro, que debutaba en el festival, sufrió una grave herida en el vientre que no pudo superar pese a los esfuerzos veterinarios
El mundo del rejoneo vive hoy una jornada de tristeza tras la pérdida de Romeo, uno de los caballos más jóvenes y prometedores del rejoneador onubense Andrés Romero. El suceso tuvo lugar este sábado, 26 de julio, durante el festival taurino celebrado en la localidad gaditana de Algodonales, donde el equino debutaba en público.
Durante el primer tercio de la lidia de su segundo novillo, Romeo fue sorprendido por un arreón inesperado del astado, que logró alcanzarlo y le propinó una cornada certera en el vientre. La escena, tan impactante como dolorosa, conmocionó al público asistente y obligó a interrumpir la faena de forma abrupta.
A pesar de la rápida intervención del equipo veterinario, que trató de estabilizar al animal en el patio de caballos, el potro murió dos horas después debido a la gravedad de la herida.
Romeo era un potro de apenas cuatro años, de capa albina y perteneciente al hierro de Peralta, una ganadería reconocida por su línea funcional y bravura. Andrés Romero lo había incorporado a su cuadra este mismo año con la mirada puesta en el futuro de su cuadra artística. El debut en Algodonales debía ser el primer paso de una trayectoria ilusionante que, sin embargo, quedó truncada de forma cruel.
Información de El Séptimo Toro
Viernes 3 de octubre . Emilio de Justo, Borja Jiménez y Tomás Rufo (Victoriano del Río)
Sábado 4 de octubre . Alejandro Talavante, Pablo Aguado y Jarocho, que confirmaría alternativa (Domingo Hernández)
Domingo 5 de octubre. Uceda Leal, Fortes y Víctor Hernández (Fuente Ymbro y Puerto de San Lorenzo)
Sábado 11 de octubre David Galván, Román y otro (Victorino Martín)
Domingo 12 de octubre. Festival taurino matinal en homenaje a Antoñete.
Domingo 12 de octubre. Corrida de la Hispanidad. Morante de la Puebla, Fernando Robleño – despedida – y Sergio Rodríguez, que confirma alternativa (Garcigrande)
Otros triunfadores de esta feria de 2005, fueron: Tejela, El Capea, Salvador Cortés, El Cid, Álvaro Justo, Sergio Serrano, Andy Cartagena, Álvaro Montes, Ventura, El Fandi, César Jiménez, Pablo Hermoso, Fundi, Padilla, Francisco Marco, Víctor Puerto y Bolívar.
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El domingo 6 de julio, el programa informativo Teleberri por la noche de Euskal Telebista, la televisión pública del País Vasco, emitió una pieza sobre los encierros de los Sanfermines con imágenes de los toros de Fuente Ymbro, que descansaban en los Corrales del Gas de la capital navarra. Y una voz femenina terminaba del siguiente modo: “Estos toros estrenan los encierros de este año, un recorrido de 848 metros; por la tarde, en la plaza, serán lidiados y asesinados”.
Y la televisión vasca se quedó tan pancha. No, no se trataba de un texto de opinión, sino de una información, como tantas otras de las que componen un espacio de noticias, en la que el autor o autora decidió saltarse a piola la legalidad vigente y arremeter despiadadamente contra los toros con el beneplácito, se supone, de sus superiores.
En el fondo, el asunto no tiene mayor importancia porque la ley que protege la tauromaquia y la considera patrimonio cultural de este país no la cumple casi nadie, desde el Gobierno de la nación -el ministro de Cultura se la ha pasado por el forro desde que accedió al cargo-, a autonomías diversas, numerosas diputaciones, multitud de ayuntamientos y todo tipo de organizaciones antitaurinas y animalistas.
Está bien que haya quien no disfrute con la tauromaquia y opine que sería conveniente erradicarla, pero lo que no parece adecuado es que alguien incumpla sistemáticamente aquella norma que no le gusta, al tiempo que, como buen demócrata, exija el estricto cumplimiento de la que sí coincide con sus preferencias.
Y algo más: llama poderosamente la atención cómo la desafección sobre lo taurino ha calado en la clase periodística, de modo que solo una minoría del gremio -no muchos más de los que se dedican profesionalmente a ello- se atreven a hacer profesión de fe de su cercanía a la fiesta de los toros.
Será, quizá, porque el antitaurinismo reinante ha conseguido que cale en gran parte de la sociedad la convicción de que la tauromaquia es una práctica franquista, y los aficionados, un grupo de vejestorios retrógrados, sicópatas y torturadores a quienes se les cae la baba con la morbosa imagen de la sangre que brota de un toro herido.
No hay comunicado de prensa de cualquier grupo antitaurino, por pequeño que sea, que anuncie una concentración ante una plaza de toros, una protesta por un abono para jóvenes o una queja por la celebración de un festejo, que no encuentre un eco extremadamente cariñoso en cualquier medio de comunicación. ¡Con lo difícil que resulta interesar a una redacción sobre cualquier asunto ciudadano!
Es evidente que está de moda ser antitaurino; es algo así como un pasaporte de altura moral que sitúa a quien presume de ello en el lado de los buenos.
RTVE, por ejemplo, podría considerarse, después del ministro Ernest Urtasun, como el referente más llamativo, y al mismo tiempo contradictorio, sobre el manifiesto olvido de la fiesta de los toros como signo inequívoco de bondadosa modernidad.
El 4 de junio de 2016 emitió la última corrida -el festejo benéfico de Asprona desde Albacete-, y desde mucho antes, la tele pública incumple la ley y censura los toros por considerarlos violencia contra los animales en horario infantil porque así lo consideran sus directivos al margen de la ley.
Sorprendentemente, emite desde hace años los encierros de la Feria de San Fermín, que bien podrían ser calificados como espectáculo de violencia contra las personas. No en vano han muerto 16 personas en la carrera, y es interminable la lista de corneados y contusionados por caídas, volteretas y atropellos. Se podría calificar el encierro como un divertimento de bárbaros, pero no es impedimento para que la televisión pública lo retransmita. Está visto que todos los maltratos no se miden con la misma vara, y que, a veces, importa más la moda que el respeto a la legalidad.
Claro que los antitaurinos, tan persistentes en su comprometido activismo y conscientes de la extrema facilidad para que su mensaje cale en la sociedad, cuentan con un aliado extraordinario: el propio sector taurino, tan displicente, tan alejado del mundo real y tan silente y acomplejado ante los ataques enemigos.
La insultante acusación de la ETB no ha tenido más contestación que una nota de la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (Anoet) en la que manifiesta su repulsa por lo que considera un tratamiento informativo sectario y exige una inmediata rectificación a este medio.
Bueno, también protestó el ganadero Álvaro Núñez, que el pasado día 9 fue invitado al programa Vive San Fermín, de TVE, que retransmitía el encierro. Casi de pasada, porque los presentadores parecían empeñados en no dejarle hablar, lamentó el ataque de la tele vasca, y en referencia a TVE pidió para el toreo el mismo tratamiento que dedica a los encierros. “Morante, que es un torero genial, y Roca Rey [ambos estaban anunciados ese día en la Feria del Toro] pasan desapercibidos en televisión y no se habla de ellos durante el año”, añadió.
Y hasta hoy.
La televisión vasca lanzó la piedra de los “asesinatos” y aún mantiene escondida la mano de una necesaria y justa disculpa; la tele nacional seguirá emitiendo los encierros, con éxito de audiencia, por cierto (los de 2025 se han despedido con una media de casi 1.400.000 espectadores diarios, los más vistos desde 2022), pero ni una sola imagen en directo de los festejos taurinos que se celebran en este país.
Tienen motivos los antitaurinos para estar contentos: el Gobierno central y la televisión pública dan la espalda a la tauromaquia, y a los profesionales taurinos que viven del espectáculo les importa muy poco -prácticamente, nada- el futuro de su propio negocio.
Pero en esta vida no se puede tener todo: la pantalla en negro de TVE adquiere colorido taurino habitual en las televisiones autonómicas de Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha, a las que se unen circunstancialmente Extremadura, Aragón, Murcia, Valencia y Castilla y León.
Algo es algo, lo cual no evita la gravedad del incumplimiento reiterado de la legalidad por parte de quienes están llamados a dar ejemplo. Si se quiere, el insulto de la ETB podría ser considerado como una anécdota, pero es la punta de un iceberg que esconde una falta de respeto y una gran falacia: los antitaurinos no están, por el hecho de serlo, en el lado de los buenos. Ni mucho menos.