05 junio 2025

MADRID. PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS. FERIA DE SAN ISIDRO 2025. SOLO UNA VUELTA AL RUEDO DE ALEJANDRO PEÑARANDA EN UNA INTERESANTE CORRIDA DE LAGUNAJANDA.

Confirmación de Alejandro Peñaranda en Las Ventas

 Una vuelta al ruedo se me antoja un balance muy pobre para una corrida en la que toda la atención radicó en el toro. 

En realidad lo que aconteció en el ruedo de las Ventas se puede resumir en una pregunta que alguien del tendido le hizo a Joselito Adame mientras trasteaba interminablemente al quinto toro: ¿TE QUEDA MUCHO?

Casi todos los toros de Lagunajanda tuvieron interés en su lidia, otra cosa es que los de luces, todos, supieran enjaretarlas.

Cuando aquel aficionado le preguntaba al mejicano es porque Joselito se puso pezorro. Había empezado entonado el trasteo, haciendo cositas que parecían algo y no eran nada y por eso la gente, ni caso. Acompañaba (verbo de moda en el toreo perfilero) y la cosa no rompía. El toro quinto, mal picado por difícil en el embroque al peto, que cumplió en palitroques, fue manejable, noble y bueno. ¿Qué mas se puede pedir a un toro embistiendo? Pero es que en el tercero de la tarde, que se venía embistiendo, luego muy seguido y dejándose bien por ambos pitones, Adame, dio un recital de perfilería y un sainete con la espada.

El chaval confirmante, Alejandro Peñaranda, no me dijo nada en el toro de la confirmación , vulgar. Temí estar ante otro paria de este oficio porque el torito, terciado, se dejó bien y con bondad, aunque yendo a menos. Menos mal que luego lo arregló en el sexto toro, otro terciado que solo tenía cara. El torito que se dejó bien en los dos primeros tercios llegó a la muleta con viaje y humillación, y el chaval, la verdad, lo hacía bien. Se colocaba, lo llevaba. Le daba la distancia. Lo entendía con corrección, yendo la faena de menos a más. Dio una estocada trasera y caída antes de la vuelta al ruedo. 

Me decepcionó profundamente Manuel Escribano. No quiero caer en el tópico de que los toreros acostumbrados a gayumbadas, luego con los toritos tiernos no dan la talla, pero es lo que yo vi en Escribano. 

El torito segundo descabalgó al picador por un derrote y luego se dejó pegar. En banderillas tuvo muchos pies y Escribano que las puso, las puso pasadas para que el tren de la embestida con motor no lo arrollara. A la muleta llegó el burel con fiereza al principio y luego se fue atemperando, humillando, hasta que se aburrió y se quiso ir. A mi me pareció un toro interesante que se aburrió porque no vio enemigo por delante. Nada dijo Escribano en el trasteo. Muchos muletazos pero siempre entando por debajo del interés del toro. Mal con la espada. Es verdad que el toro se movía en el momento del embroque.

El cuarto toro estuvo bien presentado. Manso, huyendo del caballo tuvo muchos pies en banderillas que resolvió el sevillano poniendo un primer par, pasado, (el motor es el motor), un segundo quebrando y al violín, y tercero sentado en el estribo y al quiebro. Por lo aparatoso de estas suertes parecieron pares mejores, pero ¡qué va!

Llegó con fiereza a la muleta, calamocheando, pasaba y no remataba. Las embestidas fueron a menos, yéndose sin irse de la suerte. Escribano se había ido a chiqueros en esa moda de colocarse de rodillas en los medios, que no en las rayas. Un signo de valentía pero menor. Ahí el riesgo es menor y el peligro se ve venir con lo que da más tiempo a reaccionar. Comenzó la faena con pases cambiados y estuvo delante pero no llegó a la concurrencia. No dijo nada. Aquello no rompió. Trasera.

¡Aquí paz y allí gloria!


1 comentario:

  1. Adame está considerado la gran figura de su país. Cómo serán los demás !!!

    ResponderEliminar